La fe oculta montañas

(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU LA FE OCULTA MONTAÑAS No hay día en que no me sorprenda. A veces me entran las dudas. Veo que el peaje del Huerna va a subir un 5% y escucho un coro de protestas. ¿Cómo “subir”? ¿Pero no lo había suprimido Zapatero en el 2003? ¡Ah, sí, que trasladó la caseta de cobro de Asturies a León! En ocasiones, al tiempo que me sorprendo, se me distienden los labios en una sonrisa, tanto que, ahora en invierno, temo que brote una boquera. Por ejemplo, tras vueltas y revueltas, don Pedro ha confesado que la razón última y única del indulto y la amnistía es aquello que sus socios catalanes llamarían “el negoci”, es decir, la Moncloa, eso sí, a fin de sacrificarse por nosotros llevándonos a las cumbres del progreso económico, que ha tardado hasta ahora -nuestro diferencial con la media europea no cesa de agrandarse-, y, sobre todo, consiguiendo la pacificación de Cataluña, alterada desde el 2017 por el PP (gobernaba Rajoy) y por los jueces, que tuvieron la osadía de aplicar la ley. Es más, en un meritorio pareado, don Pedro ha proclamado en un mitin que “la amnistía es buena para la economía”. ¿Cómo? ¿Por qué? Averígüelo Vargas. La verdad es que tanto esos dos argumentos como otros no son más que opiáceos para amansar a los fieles (las encuestas apuntan a que un número importantísimo de feligreses socialistas se oponen a la medida, y que algunos estarían dispuestos a cambiar su voto), y, a los que siguen impasible el ademán, darles argumentos para defender la postura pedrina, esto es, para que hagan de la necesidad virtud y comulguen con el tósigo. Porque no es cierto que la fe mueva montañas, pero sí que las oculta: no hay más que endulzar y disfrazar adecuadamente la realidad para que el que se mantiene incólume en la fe permanezca en ella y aun combata en su nombre.

No hay comentarios: