Habían anunciado tanto que iban a retransmitir en asturiano el partido de hoy a las seis, Compostela-Uviéu, habían presumido tanto de la "hazaña" y de la "primera vez", que me puse a verlo. Después de unos minutos de decepción, sintiendome engañado, descubrí que lo que se hacía era retransmitirlo no por televisión, sino por radio.
¡Otra vez la diglosia de los señoritos! ¡El asturiano, como en los tiempos del franquismo, "solo si hablan los pobres o los ignorantes": en televisión, que es el medio dotado del máximo prestigio, en castellano (en "castellanés", mejor, esa jerga de las retransmisiones futbolísticas"); en la radio, bueno, por una vez y presumiendo de ello, en asturiano!
¡Menuda hazaña de los balones!
¿Pero qué íbamos a esperar de una radiotelevisión, de la que el PSOE renegó durante quince años (al tiempo que vilipendiaba a quienes la proponíamos) y en la que, cuando se puso en marcha, se dio orden tajante de que nadie hablase ni una palabra en asturiano, y de que, si por ventura se tenía que decir una palabra, se dijese con subrayado oral retintinesco?
¿Pero qué íbamos a esperar del PSOE en relación con Asturies y nuestra cultura?
¿La culpa? Mía, por supuesto, porque a mis años todavía sigo creyendo en milagros.
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