Castro y Jorge Semprún

En Federico Sánchez se despide de ustedes, Jorge Semprún trescribe les palabres que pronunciara cola entrega del Premio Cervantes al escritor paraguayu Augusto Roa Bastos (26 d'abril de 1990). Aprovechando que la principal novela del escritor ye Yo, el Supremo, que trata d'un tema tan recurrente na lliteratura sudamericana como'l del dictador, "Había decidido concluir mis palabras aludiendo directamente a Fidel Castro, último dinosaurio de aquella tradición de dictadores":



«Algún día», había previsto decir para terminar aquel discurso, y así lo terminé efectivamente, «algún día, hoy mismo, ¿por qué no?, ahora mismo, alguien dirá, yo mis­mo, por ejemplo, en alguna ocasión literaria, y ésta pa­rece inmejorable, diré la pervivencia en la actualidad americana del caudillo carismático y populista, de barba florida y mano implacable, porque se pretende paternal, alguien dirá el último capítulo de esta novela desgracia­damente inacabada; el último capítulo, ojalá feliz, del otoño del patriarca caribeño, que un día llegó a la capi­tal de su isla, después de una guerra popular, y procla­mó en su primer discurso: "Ha llegado la hora de que los fusiles se arrodillen ante el pueblo...". Pero han pa­sado treinta años y el pueblo sigue arrodillado ante los fusiles y el Patriarca sigue encerrado en su interminable discurso, su monólogo monolítico, que pretende hablar en nombre del pueblo pero que sólo monopoliza su si­lencio amordazado...»

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