(Asoleyóse ayer en La Nueva España)
PEDRO Y PABLO,
CONTRA EL FEMINISMO Y CON CAMPOAMOR
“No es no”, repite una y otra vez el feminismo. Pues ya
ven, pese a sus proclamas, Pedro y Pablo se pasan por la entrepierna
postelectoral la consigna y siguen la diagnosis campoamorina: “Saben bien los amantes
instruidos que quieren decir “sí” tres “nos” seguidos”.
Porque la
pasión lleva al perdón y al olvido. Pixie y Dixie Pedro: “¿Os imagináis esta
crisis en Cataluña, con la mitad del Gobierno defendiendo la Constitución y la otra mitad con Podemos dentro,
diciendo que hay presos políticos y defendiendo el derecho a la
autodeterminación?”. Afirmó que tras el 10N no veía posible un Gobierno unido
con Unidas: “¿Merece la pena ser
presidente, tener un Gobierno condenado a fracasar y vernos abocados a unas
elecciones dentro de cinco o seis meses?”. Que: “no dormiría tranquilo” teniendo en un Gobierno
personas de la confianza de Pablo Iglesias (¡Ya no a él¡), y que, asimismo,
"el 95% de los ciudadanos de este país no dormirían tranquilos ni algunos
votantes de Unidas Podemos" si hubiera personas "del círculo cercano
al señor Iglesias" sentados en el Consejo de Ministros.
Y, ahora, a 24 horas de las elecciones, Pedro llama a
Pablo. Pablo abraza a Pedro. Pedro estrecha entre sus extremidades superiores a
Pablo. ¿Cómo llamarían a este tipo? ¿Mentiroso, trapacero, voluble,
cantamañanas, falambaldre, con una preciosa palabra asturiana? Se lo dejo a
ustedes. Tienen miles de opciones, en asturiano y en castellano.
¿Y cuáles son las arras del matrimonio? Pues son ustedes,
siete meses perdidos entre abril y noviembre, algún daño en el empleo, deudas
con las comunidades autónomas y 140 millones de euros gastados en las elecciones.
¡Ah! Y la multiplicación del voto de Vox. ¡Magnífico! Puesto que paga el pueblo,
¡oh amigos, capitanes y príncipes…¡
¿Y por qué lo ha hecho, uno y otro, decir, mentir, hacer
lo contrario de lo dicho? “Quia nominor leo”, como en la fábula del León que se
comió su parte y la del botín de sus tres compañeros. Él es el presidente del
Gobierno, él es el que manda, y, como en el cantar, “el mundo me importa poco”.
La cobardía y la mentecatez de las patronales
empresariales
Antes de las elecciones de abril,
tras ellas, antes de las de noviembre, durante la campaña, no hubo día que las
patronales empresariales no reclamasen imperiosamente un gobierno estable para
que hubiese inversión y empleo. Ahora que, con el pacto PSOE-Podemos más
algunas fuerzas independentistas, puede haberlo claman (en el desierto) y les
sobreviene el llanto y el crujir de dientes. ¿Eran unos mentecatos y no sabían
que esta suma era la única opción posible? ¿No conocían acaso la índole de los
sumandos, sus propuestas y prejuicios? ¿O es que son unos cobardes y no se
atrevieron nunca a decir lo que pensaban y querían?
Me viene a las mientes la fábula
de la ranas que pidieron rey a Júpiter. Ya saben, al final el rey que les manda
el celestial, una serpiente de agua, acaba con todas ellas.
Y habrá que echarles en cara
aquello con que Aixa vituperó a Boabdil: “llora como mujer aquello que no
supiste defender como un hombre”.
Por cierto, no piensen ustedes
que la serpiente se va a limitar a engullir a las ranas.
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