Tras el reventón

(Ayer, en La Nueva España) TRAS EL REVENTÓN Plasmu. Jueves, 14. Cinco de la tarde. Estoy comprometido para una cita: una breve actuación de mi nieto en un concierto escolar. No obstante, decido ver previamente la comparecencia del Presidente, que se retrasa. Tengo puesta la primera de TVE. En la espera, todos los turiferarios y disculpadores habituales del PSOE están desatados, los periodistas de la TVE, los de El País: que aquello es un escándalo sin precedentes, que el Gobierno debe dar explicaciones y actuar. Son los mismos que, hasta hacía 24 horas, venían sosteniendo -recitando la cartilla impuesta por los socialistas- que todas las noticias que desde tiempo atrás venían saliendo sobre corrupción y mordidas, así como otras colaterales -esposa y hermano del Presidente, fiscal general...- eran todo bulos, indicios sin consistencia, inventos de la fachosfera… De pronto, ya no en horas veinticuatro, sino en minutos, los audios de Santos Cerdán convertían en evidencia lo que no era más que invención conspirativa. El cambio del discurso. Cerdán encapsulado. Desde las filas gubernamentales y desde el PSOE desaparece de pronto el discurso de que todo era un invento del enemigo. Ahora se reconoce el “pecado” de Santos Cerdán. Él es insalvable. Lo expresa perfectamente la ministra Montero: se siente “profundamente traicionada por Cerdán”. Y alaba la contundencia de Pedro Sánchez al cesarlo. Hacía, por cierto, pocos días que la Montero, como otros ministros, manifestaron que ponían la mano en el fuego por el señor Santos. (Digitalicea, por cierto, un simpático meme de la dicharachera con las manos vendadas por la quemadura). De modo que el discurso se articula ahora así: de una parte, se centra en Cerdán y se hace abstracción del resto de la trama hasta ahora desvelada: Víctor Aldama, Koldo, Ábalos -diputado por el PSOE y aforado, antiguo ministro, antiguo secretario de Organización-; de otra, se destaca la energía purificadora (la “contundencia”) del PSOE, frente a la tolerancia del PP y sus “infinitos” casos de corrupción: Gürtel, Bárcenas, el hermano y la pareja de Ayuso, Ayuso y las residencias, la foto de Feijóo con el narcotraficante… ¿Quién es o era el señor Santos? Pues aparte de ser el llambeculos complaciente y reiterativo de Puigdemont en Waterloo, que lo era por imperativo de Sánchez y el PSOE, era secretario de Organización del PSOE, reafirmado en el cargo el 1 de diciembre de 2024 en el Congreso Federal, donde celebró la confianza con un durísimo discurso contra los medios y el Poder Judicial. Afirmó en él que era víctima “de una cacería humana” organizada por “la industria del odio en televisión, los periódicos digitales, la prensa de toda la vida y también en sede judicial, sí, también en sede judicial” (atronadora ovación de los congresistas socialistas). El señor Cerdán, por cierto, venía mandando ya mucho, desde hacía tiempo, en Aragón y Navarra. Ni un paso atrás, ni para tomar impulso. Ignoro cómo se sentirán, en concreto, o cómo reaccionarán la mayoría de los militantes socialistas o los votantes ante el reventón de la evidencia. Lo que sí constato en las redes sociales es que, de forma prácticamente unánime, las entradas de los enfotaos de izquierdas siguen el discurso oficial: encapsulan el problema en Cerdán (con lo cual obvian la extensión de la red en profundidad, tanto en el tiempo como en el territorio) y se afanan en listar una innumerable lista de delitos y delincuentes del PP, condenados, en juicio, absueltos, sospechosos, que enfrentan a la limitación (nada de los ERE u otras lindezas, alguna asturiana, por supuesto) de casos del PSOE y su limpieza. Y, un colofón: cualquier cosa, por supuesto, antes que un gobierno de la derecha y la ultraderecha, enemigos del pueblo y aún más corruptos. De todas formas hay algunos indicios. LA NUEVA ESPAÑA interrogaba el domingo a algunos cargos públicos del PSOE y la periferia. Como García-Page, algunos preferirían un adelanto electoral de las generales, a fin de que las municipales y autonómicas no coincidieran con ellas, ante el temor que el castigo por la corrupción en el Gobierno y en partido arrase con todo. Otros, entre los que se encuentra el señor Barbón, creen que hay que seguir con la agenda, tan benéfica para la mayoría de la sociedad, hasta el 27. Algunos son muy claros en su interés. Así José Luis Alperi, secretario General del SOMA: “Un adelanto supondría un balón de oxígeno innecesario a la derecha”. La cuestión de fondo. ¿Es que nadie sospechaba nada de todos esos sistemas de recaudación por obra adjudicada que venían de tan atrás? ¿Cuál era el método persuasivo para que directivos de organismos o ministerios estatales contratasen a las dulces amigas de esta gente? Más allá, ¿se puede suponer que esa recolección impositiva se realizase desde el puro interés particular y no bajo el amparo de una financiación irregular del partido? ¿Que se atendiese a sus demandas sin que detrás estuviese esa coyuntura? Es posible, ¡pero tan poco probable! Las peticiones efectuadas concretamente, por ejemplo, a Javier Herrero e Isabel Pardo de Vera, cargos públicos que podían adjudicar obras para que actuasen en beneficio de determinadas empresas, hacen aumentar las sospechas. Lean ustedes aquí, si les apetece: https://www.lne.es/espana/2025/06/14/desmonta-uco-trama-corrupta-empezo-cerdan-navarra-extendio-espana-118624964.html Ternura. No todo van a ser críticas. Miren el emponderamiento feminista de Koldo, recomendando a Cerdán que colocase a una moza: “¿Te acuerdas de la chica rumana y demás? No solo hay que valer para follar. Ella, la pobre, está en el paro”. Víctimas colaterales. Puede uno reír, tomar esto como una comedia, llorar, indignarse…, pero no deberíamos olvidarnos de las víctimas colaterales, de las de los implicados, los recaudadores, y los de las señoritas que hasta ahora han salido a la luz. ¿Cuántos familiares no se habrán visto sorprendidos y avergonzados? ¿A cuántos no se les habrá retirado el saludo o mirado con sospecha? En las universidades, colegios o institutos, de cuántos no se mofarán o vejarán, o simplemente, se sentirán ellos avergonzados? Los efectos deletéreos de estas acciones tienen también sus víctimas inocentes.

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