Una testigo protegida en Pravia


En Pravia lleva sucediendo, desde hace unos meses, una de las cosas más graves a las que está asistiendo nuestra sociedad: una joven, testigo de un delito (no un gran delito, por cierto, no un delito con muerte ni nada parecido), ha tenido que convertirse en testigo protegido, esto es, desaparecer, cambiar de domicilio y de aspecto, perdiendo su libertad y su vida social. Con todo y con ello, ha sido localizada y es amenazada cada poco.

Lo primero, evidentemente, es manifestar nuestra solidaridad con la chica, así como nuestra admiración hacia ella. Lo segundo, exigir a las autoridades judiciales y gubernativas más seriedad y profesionalidad en el tratamiento del caso.


Pero cabe también hacer alguna reflexión sobre la gravedad del asunto: señalar cómo avanzan el delito y las actuaciones mafiosas en Asturies, a pesar de que se nos diga lo contrario. Lo segundo, apuntar lo endeble de nuestro sistema judicial y policial para garantizar la seguridad de los testigos y su presentación de testimonio, teniendo en cuenta siempre que el que alguien se tenga que ocultar para proteger sus vida es un fracaso total de nuestra sociedad.


En tercer lugar cabe exigir una total transformación de la justicia: muchos elementos pseudogarantistas y, sobre todo, la lentitud en la tramitación de las causas, operan a favor de los delincuentes, no de los presuntamente acusados sin fundamento, ni, por supuesto, de las personas honradas.


Pero, especialmente, hay que ir a una profundísima reforma del sistema judicial y de los elementos procesales, de forma que, en casos como éste, los juicios se puedan realizar en un tiempo de días, y no de meses o años.


Finalmente, hay que actuar de forma que los testigos no deban convertirse en esa especie de prófugos que son los testigos protegidos, garantizando, por otra parte, su seguridad y vida normal de forma eficiente, así como, evidentemente, la confidencialidad de sus datos.

1 comentario:

Solsticiu dijo...

Sí manín, ye vergonzoso cómo furrula la xusticia. Seguro qu'esta moza tendrá que marchar del so pueblu pa que la dexen en paz, y los delicuentes seguirán perhí toos gallasperos