Arturo Arias, el magníficu periodista d'El Comercio, que nun parez miranos con malos güeyos, dedicóme otra d'eses graciuques coles que de xemes en cuando nos afalaga. Allúgola equí tres da-y les gracies y deseá-y bones fartures (y salú pa dixeriles). ¡Gracies, Arturo!
Oriciomancia

-Soy una firme convencida de que los seres humanos atravesamos por un breve período definido por filósofos esotéricos como etapa de conciencia mágica. Durante aquel fructífero tiempo nuestros lejanos ancestros poseían facultades que hoy en día se consideran paranormales...
-¿Acasu eren humanos en la acepción figurada y cada vez menos usada de persones que se compadecen de les desgracies ajenes? -interrumpió el vetusto playu Nolo Vasllenar. La bruja respondióle sonriente:

Antes de proceder a la apertura del oriciu reservado para la práctica adivinatoria, intervino un comensal desde una mesa del fondo:
-¡Mira a ver si te diz el resultao de les próximes autonómiques!
Nadie puso reparos, de modo que Sibila procedió a examinar minuciosamente el interior del erizo marino. Un par de minutos más tarde levantó la testa para vaticinar:
-Habrá un empate entre PSOE y PP, que se mantendrá a pesar de que los socialistas contarán con el apoyo habitual de IU, mientras que los 'peperos' pactarán con Foro Asturias. La única manera de desequilibrar la balanza será un pacto con los asturianistas, que contarán con un par de escaños.
-¡Ja, ja, ja...! -se carcajeó el preguntador, cuya identidad quedó entonces al descubierto: se trataba de Xuan Xosé Sánchez Vicente. Luego se supo también que los oricios consumidos los había pescado él mismo en el pedreru de Huerres (Colunga), e incluso seleccionó el 'oriciu coñón' usado en el rito.
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