A Zapatero y Bono no se los puede puede calificar de otra cosa, por su reunión con Pablo Iglesias, que de cantamañanas; por otra parte, lo que siempre fueron.
Y eso si no se trataba de una reunión "conspirativa", para tratar de llegar a acuerdos, tender puentes o sondear la posibilidad de pactos con el partido del anagrama Pablo Iglesias. Entonces sería peor, podríamos llamarlos conspiradores de feria y tontos, sin dejar de ser por eso cantamañanas.
De una forma o de otra, se trata de la actitud irresponsable y al margen del sentido común y del mínimo respeto a su partido de un par de señoritinos (lo que siempre fueron) aficionados al bel canto a primeras horas.
Por cierto, ¿regalaría don José Bono a don Pablo un reloj de aquellos miles que regalaba en las campañas electorales quitándoselos de su propia muñeca, como si regalase el suyo personal?
Es posible, porque, como se sabe, "el raposu pierde el pelu, pero non les zunes".
Y, además, ya se sabe: si se pierde el pelo, ahora se pueden poner implantes. ¿No es verdad, don José?
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