El báculo del Rey
Reflexiones en torno a la escultura de tres bultos de la austriaca Inés Doujak en el MACBA
09.04.2015 | 03:53
Xuan Xosé Sánchez Vicente Suponga que sale usted de su casa o de su urbanización. De pronto se da de bruces con una estatua. Con pasmo se reconoce usted en una figura en posición prona a la que alguien está sodomizando. ¿No le parecería intolerable que alguien vejase su persona en efigie? ¿Entendería usted que debe aceptar esa presencia en nombre del arte? ¿O, más bien, reclamaría inmediatamente la retirada del agravio y exigiría, tal vez, reparaciones?
Es una parábola pero no es una ficción. Una austriaca, Inés Doujak, ha presentado en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona una escultura de tres bultos con el título de "No vestida para conquistar", dentro de la exposición "La bestia y el soberano". En ella, un reconocible ex Rey Juan Carlos I, inclinado sobre el suelo y vomitando flores sobre cascos nazis, es sodomizado por una líder sindicalista boliviana, Domitila Barrios, que, a su vez, es tomada por un perro pastor alemán.
Inicialmente, el director del MACBA, Bartomeu Marí, tomó la decisión de no permitir la exhibición de la obra, por considerarla "poco apropiada". Sin embargo, hubo de volverse atrás y, finalmente, presentar la dimisión ante las críticas y protestas que su postura suscitó. El conjunto de esas críticas utilizó dos argumentos fundamentalmente, la censura de la "censura", esto es, la negativa a cualquier prohibición de cualquier tipo, y el de la libertad de expresión, todo ello envuelto de forma implícita en una de las tantas supersticiones (o papanatismos) de la contemporaneidad, el de la sacralidad del arte y del artista.
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