L'aprecederu
Arbitristas
Sobre las decisiones difíciles de comprender
Xuan Xosé Sánchez Vicente
Lo mismo que existe una vieja palabra, "demagogia", para designar lo que desde hace poco se denomina "populismo", existe otra para denominar muchas de las normas que emanan de las administraciones: "arbitrismo", vocablo que cubre desde la ocurrencia difícil de llevar a la práctica a la idea que complica la vida a los ciudadanos, aunque solvente algún problema.
He aquí una, la nueva Ley de Habitabilidad de Asturias. Junto con cosas necesarias, contiene otras discutibles: obliga a una ducha enrasada. Y si no es compatible con una bañera, ¿han de quedarse sin bañera los compradores? Se establecen las dimensiones mínimas del dormitorio, a fin de que pueda llegar a la ventana una silla de ruedas. ¿Y si quien diseña su vivienda no desea esas dimensiones? Es cierto que hay medidas razonables, pero en todo el texto hay una voluntad de imponer y de coartar la libertad de los ciudadanos y su capacidad de elección (¿suponiendo acaso falta de juicio?). Y todo ello tenderá a encarecer la vivienda.
Excepcionales arbitristas son quienes están al frente de la DGT (hagan ustedes un día la prueba de sumar los porcentajes que el organismo atribuye a cada uno de los vectores de los accidentes y quedarán sorprendidos). Ahora pretenden obligar a todos los ayuntamientos a establecer un límite de 30 km/h en las vías de un solo carril. El pretexto es que a esa velocidad se reducirían las muertes en un 95%. Dejemos de lado la precisión de la estimación, saben ustedes de sobra la dificultad de conducir a esa velocidad. También, los atascos que se forman y, seguramente, el aumento del consumo.
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