(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos)
Empresarios valientes
Un aplauso a la nueva dirección de la patronal asturiana por manifestar su opinión sobre los problemas y proponer soluciones
Xuan Xosé Sánchez Vicente
El 24/08/2016 publicaba aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, un artículo con este título: "Empresarios valientes". El título era irónico. Subrayaba la "valentía" del equipo directivo de la FADE que, a través de su presidente, había pedido perdón a los sindicatos si los había molestado por unas declaraciones en que se vinculaba la resistencia de las empresas a sobrepasar el listón de los 50 empleados con las exigencias de representación sindical que ello implicaba, lo que no era más que la constatación de una evidencia. La protesta de los sindicatos provocó, como hemos dicho, esa especie de palinodia. El artículo aprovechaba para apuntar una cobardía semejante en la patronal española, en concreto, de su dirigente don Juan Rosell.
Las cosas parecen haber cambiado en Asturies con el actual equipo de la FADE y su presidente, don Belarmino Feito. Desde comienzos de año, en que el somedano es elegido, la FADE y su cabezaleru están teniendo un notable protagonismo social y político, colaborando con las patronales de otras regiones para abordar necesidades comunes, manifestando su opinión sobre los problemas de nuestro país y proponiendo soluciones para ello, como han hecho recientemente en el documento "22 Acciones Ineludibles".
No cabe más que aplaudir la decisión y el empeño de esta nueva dirección de FADE, su voluntad de hacer "visible" el mundo empresarial y sus puntos de vista. De modo que el encabezamiento de este comentario no debería ser el que es, "Empresarios valientes", que sólo se trae aquí como el recuerdo irónico de una conducta inapropiada, ni menos el de "¡Valientes empresarios!", que allí citaba como un ejemplo de gramática y prosodia con efectos semánticos. Tal vez debería ser el de "Empresarios en su sitio" o "¡Ya era hora!".
La evolución del empresariado en Asturies y la percepción que del mismo se ha tenido -y, en parte, se sigue teniendo- merecerían un análisis histórico porque es muy peculiar. El golpe del 34 y la posterior Guerra Civil causaron la retracción de los emprendedores durante mucho tiempo y su huida hacia climas más templados o hacia inversiones menos problemáticas. La estatalización franquista produjo dos consecuencias: unos negocios que vivían en torno a la empresa pública, y de cuya dependencia algunos salieron creciendo hacia afuera y otros no, y una competencia difícil en salarios y estabilidad en el empleo. Al mismo tiempo, a partir de la llegada de la democracia, la mayoría de los medios reflejaban -y siguen reflejando en gran medida- los conflictos sindicales en una proporción de espacio mucho mayor de lo que ocurre en los medios de fuera. Y suelen hacerlo, además, desde el punto de vista y el discurso de los empleados y los sindicatos, reflejando así, por otra parte, lo que, en último término, no es más que el reflejo de una mentalidad social bastante extendida.
Por cierto, vi la entrevista que en "Vidas públicas, vidas privadas" realizó don Justo Braga a don Belarmino Feito. Me llamó la atención que dedicasen bastantes minutos al asturiano. Las explicaciones del somedano iban desde el amor a "su bable" y a "los bables", en general, hasta el rechazo al asturiano general y a la cooficialidad. Como la mayoría de quienes tienen posiciones semejantes, da la impresión de que no han pensado detenidamente sobre la cuestión y que manejan una serie de tópicos poco fundados. Y, desde luego, nunca dan muestras de ese amor a su bable de la única forma que puede amarse una lengua, hablándola.
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