Unas notas sobre el Padre Galo


                  (Asoleyóse en LA NUEVA ESPAÑA del 10/09/2019)




                    UNAS NOTAS SOBRE EL PADRE GALO

               Recientemente, un acontecimiento social me incitó a realizar una muy amplia lectura del Padre Galo, “Fernán Coronas”, y a reflexionar sobre su obra y el significado de la misma. Con las limitaciones de un artículo, paso a exponerlas.
               El “descubrimiento” de Galo Antonio Fernández Fernández a principios de los ochenta del siglo pasado suscitó un gran entusiasmo. El P. Galo, sacerdote Oblato, había residido en algunos países fuera de España y dominaba varias lenguas. Entre principios de siglo y finales del los 30 (muere en 1939) escribe, entre otras cosas, miles de poesías, tanto en castellano como en asturiano. Al mismo tiempo, instalado definitivamente en Cadavéu, Valdés, lleva una vida humilde, entregada a la caridad y volcada hacia las gentes y cultura de su entorno. En esa línea, desarrolla un asturianismo cultural, lingüístico y político (reivindicativo de la identidad asturiana y en exigencia del respeto a Asturies en el resto de España) cada vez más intenso.
               En 1984, bajo el impulso de Carlos Rico Avello, miembro de una familia de Valdés con la que Fernán Coronas tenía amistad, y de Manuel Fernández de la Cera, Consejero de Cultura entonces, aparece el libro Rimas y refranero, donde se recoge una importante cantidad de poemas escritos en asturiano. Como he dicho, el “descubrimiento” provoca un inmediato entusiasmo hacia su obra. Fundamentalmente, por una razón: porque, dentro del panorama de nuestra literatura supone un notable avance a la modernidad, ya que, frente a la casi total ausencia del “yo” en la literatura anterior, en su obra predomina la confesión personal y la emoción lírica. Seguramente, además, la resistencia del IDEA a publicar su obra, con pretextos filológicos que están a veces cerca de la ignorancia y que, si  no mala voluntad, demuestran una concepción reduccionista de lo que “deben ser” una lengua y una literatura, ayudó a la fama del P. Galo. (Por cierto, posteriormente a esa edición, muy meritoria, siguió otra muy ampliada, Poesía Asturiana y traducciones (1993), con prólogo del actual responsable de Política Lingüística, Antón García).
               Sobre la escritura y la abundantísima obra de Fernán Coronas debemos decir dos cosas. La primera, respecto a su escritura: es el P. Galo un autor muy creativo lingüísticamente, a veces con criterios distintos a lo largo del tiempo, y si bien es cierto que la época es la de la creatividad lingüística en España y Europa (Surrealismo, Creacionismo, Dadaísmo…), esa creatividad (que, por cierto, ensayaba por la misma época su amigo Pepín de Pría), motivada, entre otras cosas, por la búsqueda de un lenguaje elevado o literario, choca o sorprende muchas veces. La segunda es que, en esa sobreabundancia creativa, hay mucho de caxigalina, mucha poesía de ocasión, escritura poco revisada. Sin embargo, como diría Machado, “hay siempre un ascua de veras en su incendio”. Tal vez la cita es injusta en lo literal o da una idea confundida. Digámoslo, pues, con claridad: en la obra de Galo hay perlas notables en tres ámbitos emocionales, el paisajístico, el patriótico-asturianista y en el religioso. Disfruten de algunas:
               Aquí hemus escanciavus / ducísima escanciada / de zusmiu saborosu / estúrigas mazanas: / la roxa sidra nuesa / nun cuépanu de faya… (Brinde nun Curión).  …Inda hemus añadiré / pa que retumbiu faiga: / “¡Nun ye asturianu bonu / quien de la lluita salga, / ya recobrar nun quera / lux a esbaldríu de casa!” (Un innu asturianu).
               Que de outramiente me miran / ya queixosinas me falan / las partes de la vivienda / ya todu lu que hay en casa: / lus ballicantes tabiques, / ya las parés afumadas, / lus pelluvius cun lus pingus, / lus rendixus cun berriana, / el soyu, chen de furacus, / ya’l desván que s’abichara… (La casina vieya).   Durme nenu, durme nenu, / nun biercín de finas callas, / que maína foy al rigu, / foy al rigu la to mama. / Cuandu volva vei traete, / vei traer de xuntu al augua / muitas rosas ya claveles / pa facete una almogada. / Durme nenu, durme nenu, / na cunina blanca, blanda, / su las alas callandinas / del tou ánxele de guarda (Durme nenu).
Nun sabe naide la harmosura escelsa / de lus amores mieus, / nin sabe naide la duzura casta / del bon querer en Dieus. / Nun sabe nadie cúmu asina abaten / el duelu ya el dolor; / nin sabe nadie cúmu encima suplen / los xúbilos de amor… (Nun saben d’amor verdaderu). Vírxene de Riégala, / mae del llugare, / la piedade tua / nu’nus desampare. / Tú que te surriste / pa los nuesus buelus, / cu’la tu surrisa / vólvenos consuelus. / Volve surrisate / cu’la surrisada / que parez feitina / de la lluz d’albada (Vírxene de Riégala).

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