Prejuicio, pasión y ejemplaridad

                                     (Asoleyóse en La Nueva España del 16/09/19)



                          PREJUICIO, PASIÓN Y EJEMPLARIDAD

               Comprendo que haya quien no entienda la utilidad del asturiano o que se oponga a su normalización por las razones que sean. Pero suele subyacer en esas posturas una auténtica pasión, con pulsiones que van desde la distinción de clase a las del autoritarismo. Es “el síndrome de la u”, que el otro día ejemplificaba M. A. Revilla en televisión: se reían de él (y lo despreciaban) en Santander “porque era de los de la u”. Me lo reveló un día Antonio Masip: “Si, por lo menos, se propusiese Uviedo, que no acabase en u”. Repito: uno entiende las reservas y argumentos frente al proceso de normalización, pero hay mucho más detrás cuando personas que se presumen distinguidas patean en el Campoamor porque se los salude en asturiano. Mucho más.
               Asimismo hay mucha desinformación voluntaria sobre lo que son las lenguas. Cuando se habla de “bable de laboratorio” o de “lengua inventada” se pasa por alto que todas las lenguas cultas y escritas han sido inventadas en algún momento. El castellano por Alfonso X, el alemán por Lutero. Catalán y gallego lo han hecho desde hace menos de un siglo, menos aún el euskera.
               Hay también mucho que decir sobre el asturianismo lingüístico y la demanda de cooficialidad. Se ha convertido esta en un bálsamo milagroso que recuperaría socialmente la lengua.  Ayudaría, pero no es ese el problema de la supervivencia de nuestra lengua, sino un problema de ejemplaridad de quienes tienen autoridad. En ese sentido hay actos desoladores. Acabo de ver en un programa de la TPA a dos próceres del asturianismo cultural hablar en estricto castellano. En dos entrevistas, a dos cabezaleros (-ero y –era) en igual actitud. ¡Y académicos! Podría seguir.
Si quienes deben dar ejemplo no lo hacen, de nada valdrá la oficialidad.
Por cierto, ¿la supresión de la web en asturiano del Sespa es el comienzo de la cooficialidad amable?

No hay comentarios: