VERANIEGA

(Ayer, en La Nueva España) VERANIEGA En los meses de verano, y especialmente en el mes de agosto, asiste uno a lugares que no visita a lo largo del año. Igualmente, llegan novedades en forma de diversiones o exposiciones culturales. Frecuente es también que acudan a la llamada veraniega entretenimientos o actuaciones que se repiten, año tras año, por estas fechas. Uno de esos acontecimientos reiterados es el Salón de Teatro Costumbrista de Candás, que va este año por su trigésima tercera edición. Suelo yo también hablar de él: se estrenan bastantes obras, las actuaciones de las compañías se superan, el discurso se actualiza y se adapta a los últimos acontecimientos o tópicos… Y nuca falla el público. Es curioso, el teatro tradicional asturiano, o el no tan tradicional pero que se mueve, innovando mucho, en ese marco, tiene siempre un público fiel, lo mismo que lo tiene la tonada, un público al que, sin embargo, a la literatura canónica, incluso la muy buena o la que aborda temas muy actuales, le es más costoso llegar, como si fuesen dos mundos en las antípodas. Yo tengo alguna explicación de ello, que no voy a dar aquí. Sí quiero, sin embargo, felicitar al director del Salón de Teatro Costumbrista, el médico Alain Fernández, y a su equipo, así como aplaudir a las compañías, a los autores y al público: treinta y tres años de continuidad y renovación no son moco de pavo, o sea, caxigalina. En compañía de algunos familiares he visitado en la antigua rula de Xixón El legado español en los EE. UU., una exposición que promueve el Ministerio de Defensa. Por un encuentro previo con dos de los militares que tienen a cargo la exposición, el domingo 20 de agosto realizamos un recorrido detenido, con explicaciones detalladas de lo contenido y representado por cada uno de los no pocos carteles y mapas que componen la muestra. Dos son las ideas centrales que guían la exposición: mostrar la deuda cultural y militar de los Estados Unidos con España, especialmente en relación con su independencia de Inglaterra, para la que proporcionamos dinero, pertrechos, armas, municiones y hasta alguna operación militar. (Y a propósito del dinero, hay todavía, de aquella, una cuantiosa deuda reconocida que no ha sido pagada, lo mismo que no lo ha sido la posterior de la compra de la Florida. ¡Hay pufistas inveterados!). La segunda es la de denunciar las mentiras de la Leyenda Negra propagada por las naciones que combatían contra España, en especial la referida al racismo y la esclavitud. Se apuntan las tempranas Leyes de Indias, el mestizaje y algún caso ejemplar de amestamientu, como el del Capitán Mandinga, Francisco Menéndez (de apellido, por cierto, tan asturiano), un esclavo que huyó de los ingleses y buscó refugio en la Florida española. Y, por supuesto, se puede comparar el trato hacia los indígenas de unos y otro. Del mismo modo, se pone de relieve un caso de presencia destacada de la mujer, como la de Isabel Barreto, que ostentó el título de almirante de la Armada de Felipe II. Desde el punto de vista asturiano, algunas curiosidades: el primer español nacido en aquellas tierras fue un descendiente de un tinetense, y el primer día de Acción de Gracias lo celebraron asturianos, precisamente el 8 de septiembre, y no con pavo, con garbanzos. Un agradecimiento especial a nuestros guías, los tenientes Evaristo Martínez-Radío Garrido y Jorge Fernández Castro, auxiliados por el teniente Torres. Sus explicaciones fueron abundantes, precisas, entretenidas y expresadas con brío y entusiasmo. Por otra parte, y no cosa menor, toda la charla fue realizada en asturiano culto, un motivo de especial satisfacción para nosotros y, supongo, para ellos, así como para las personas que a intervalos se iban sumando al grupo. Coda: El verano ha ido tan bien que los principales ayuntamientos están pensando cómo ampliarlo o aprovecharlo mejor para el año que viene. Veremos.

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