Milagrinos llaborales

Antayeri, en LNE L’APRECEDERU MILAGRINOS LLABORALES Hay en mi barrio cuatro chigres por los que paso. Los cuatro están atendidos todas las horas del día por una sola persona, su propietario. ¿Creen ustedes que, de dar para más la cosa, no tendrían un empleado? ¿E imaginan la alegría con que recibirían, de tenerlo, la propuesta de que su empleado trabajase un día menos cobrando lo mismo, o, acaso, un par de horas menos a la semana? Pues esas son las alegres iniciativas de la progresía, sindical y política: menos horas de trabajo o, incluso, un día menos, cobrando, por supuesto, lo mismo, y sin perder ningún otro derecho. Ahora está en marcha una campaña para que la semana de cuatro días se traslade a la Administración. En plata: que los funcionarios trabajen solo cuatro días a la semana. No se rían ustedes, pero, según afirman los proponentes, ese trabajar menos días, aparte de aumentar la satisfacción y la salud de los trabajadores -cosa indudable-, los haría más productivos, es decir, que, trabajando menos días, “sacarían más papeles”. Si tienen contacto con la Administración, ya saben cómo andan las cosas: siete días para una cita, con suerte. O este otro dato: las ayudas, ya autorizadas, para los coches eléctricos o sus lugares de recargo llevan tres años de retraso porque están atascadas. Si los funcionarios trabajasen menos aún, todo sería más rápido. (La argumentación lleva ímplicito un razonamiento inevitable: si trabajando menos horas sacasen más papeles, es que ahora no lo hacen porque no quieren). Pero supongo que la propuesta no será solo para los oficinistas, será también para médicos y profesores. Calculo que no se pretenderá que cierren consultas y clases un día a la semana, sino que se contratarán más médicos y profesores. ¿Y el dinero? ¡Ah!, eso en las propuestas progresistas nunca existe. Bueno, en realidad, se oculta que lo pagarán los demás trabajadores, con más impuestos y más paro.

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