(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos.)
Procesiones y rituales
08.05.2016 | 05:32
Xuan Xosé Sánchez Vicente Como todos los primeros de mayo, diversas procesiones sindicales han recorrido las calles acompañadas de estandartes y emitiendo diversas secuencias oracionales. No difieren en eso de los desfiles corporativos de cualquier otro grupo o cofradía cuando discurren por la vía pública para celebrar la fiesta de su aniversario y manifestar, al tiempo, su peculiar identidad ante el resto de la ciudadanía.
Quizás algún lector pensará que la comparación es inadecuada, en cuanto que, frente a esos otros grupos o cofradías que representan únicamente fracciones de la sociedad, los sindicatos pretenden representar una totalidad: la de la clase obrera, esto es, el casi universal conjunto de todos aquellos que no son propietarios de los medios de producción o del dinero. Y, al mismo tiempo, para muchos, de forma explícita o implícita, representarían "la razón en marcha" en el desarrollo de su teleología: el fin de la historia. Ahora bien es evidente que, al margen de la "música" metafísica de ese discurso, el sindicalismo "de clase" no representa hoy en día, de facto, al conjunto de los asalariados, sino únicamente a una pequeña proporción, tanto en la representación real como en la representación discursiva. Y para verlo no hace falta sólo acudir a las cifras de manifestantes, basta con escuchar lo que la mayoría de autónomos autopatronos piensan de las centrales sindicales.
De modo que, sobre no ser distintos en ese aspecto a cualquier representación gremial, se comportan como ellas exigiendo sus peculiares intereses. En concreto, pidiendo a la gente que vote un gobierno de izquierdas para echar al PP. ¿En defensa de quienes dicen representar? En todo caso, por su propio interés como organizaciones, ya que con un gobierno de izquierdas disponen siempre de más poder y reciben mejor trato.
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Por lo demás, esas procesiones del uno de mayo tienen su parangón con aquellas religiosas de tipo apotropaico, como las que se realizan, por ejemplo, para impetrar el agua o el fin de la sequía. Porque, si las observamos con un mínimo de atención, las secuencias oracionales que se profieren en ellas equivalen a pedir milagros o, más bien, a exigirlos a nadie. Es más, en muchos casos, de realizarse, podrían suponer un grave daño para los ciudadanos, como les ocurrió a las arciprestiles batracios que a Júpiter pedían un rey.
¿Porque cómo se crea "empleo digno y de calidad"?
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