Poca delicadeza

(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU POCA DELICADEZA Vísperas de Reyes un desprendimiento en el Colegio San Vicente de Xixón causó dos muertos (reiteramos el pésame a sus familias). Como consecuencia, se observaron problemas en el edificio y se suspendieron las clases. Ya pueden imaginar: niños en sus casas, padres sin poder trabajar, etc. En la búsqueda de soluciones se produjeron dos momentos de escasa delicadeza por parte de los gobernantes. El primero. Educación ofrece las aulas de la Laboral, a cambio de una renta. Es posible que el cobro por el uso de las alas de ese centro (del Principado) fuese inevitable por alguna norma burocrática, es posible que solo quisiera ser una reversión de la subvención que el San Vicente recibe. En cualquier caso, en esos momentos de zozobra de docentes, padres, escolinos, poner por delante el tema del dinero, cuando la obligación del Gobiernu era proporcionar alojamiento, es una gran falta de delicadeza. Como lo es la respuesta de don Adrián Barbón a la madre de un alumno, que, angustiada, pedía una pronta solución: “Lo único que tenemos siempre a disposición de los padres y madres son las plazas que ofertamos en los centros públicos que son del Gobierno de Asturias”. He ahí la patita del sectarismo contra la enseñanza concertada (¿y de dónde, por cierto, iba a sacar las plazas en la pública don Adrián?). Falta de delicadeza extrema es la del trato de don Pedro Sánchez con el periodismo en general y con algunos medios en particular. Ya saben, a la utilización omnímoda del plasma, a las ruedas de prensa sin preguntas en una medida sin precedentes, suma ahora la exclusión de los medios “no amigos” a las ruedas de prensa de La Moncloa. Es un paso adelante sobre el de encerrar a los periodistas durante una hora en tanto él se paseaba por la Laboral de Xixón. Bueno… ¿falta de delicadeza? ¿Y sus adeptos, cómo lo llaman?

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