Putin, retratos al instante

(Ayer, en La Nueva España) PUTIN, RETRATOS AL INSTANTE Aparece el señorito Almodóvar por una manifestación contra la OTAN y las bases, perdón, por la invasión de Ucrania para librarla de los nazis. Manifiesta: “Putin no es comunista, está más cerca del zarismo y del ultranacionalismo que otra cosa”. Lo entiendo, el señorito Almodóvar y su clan han pasado la vida, y se la han ganado, defendiendo que el comunismo es lo más de lo más, de ahí que le siente como un tiro, lo irrite, que el país del primer comunismo, de un miembro del partido comunista en su día y de un espía de la KGB, produzcan la invasión y destrucción de Ucrania. (Por cierto, cuando logre transmutarme en millonario –no hace falta que tenga caballos- es posible que yo me convierta a una de esas organizaciones de discurso igualitario). Lo que entiendo peor es –la figura es ironía- que García-Page (“Putin no es comunista, es un aspirante a zar”) o que Adrián Barbón (“no es comunista” sino un “autócrata”, un “ultranacionalista reaccionario e imperialista”) vengan a defender que lo que hace Putín no es debido a su comunismo, y que por eso es malo lo que hace y malo él. Irónicamente no les falta razón. Putin no ha matado a cuatro millones de ucranianos de hambre, no ha transterrado a otros tantos ni los ha encerrado en Siberia, no ha exterminado a los bardos campesinos, los kozbars, ni a los kulaki…, no ha eliminado la independencia de Ucrania (por ahora). ¿Para qué seguir? Tal vez tengan razón, puede que aún no sea lo suficientemente comunista, y nada digamos si acudimos a otros ejemplos del “socialismo real”, como los de China, Corea del Norte, Camboya… La mayor parte de Unidas Podemos y de Izquierda Unida (ambos partidos, miembros del Gobierno de Pedro Sánchez) están en contra de la guerra. Están, ahora, en contra de la guerra, con Ucrania invadida, los civiles masacrados, las ciudades bombardeadas, la población aterrorizada y en fuga. No están en contra de la invasión, no, sino “a favor de la paz y en contra de la guerra”. Y discrepan del envío de armas a Ucrania para que se defienda, ya que “el único camino es el diálogo y la paz” y “el envío de armas alarga la guerra y no vale para nada”. No sé que me causa más impresión en estos tipos. No sé si son unos cínicos, si tienen algún déficit en las conexiones de sus sinapsis, o si es que están dominados por esa ceguera selectiva que llaman “ideología” y que provoca un sesgo de conocimiento impidiendo ver la realidad. Porque su postura equivale a facilitar el triunfo más rápido de Rusia, el dominio más inmediato de Ucrania y su imposición en ella (de momento). Es como si utilizasen aquella recomendación cínica: “ya que te van a violar, relájate y goza”. Más o menos como el Bertrand Du Guesclin de la leyenda: “Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor”. Así los retrata Vladimiro, mientras lanza bombas de racimo y toma nucleares. Por cierto. Una encuesta de Gallup Internacional cuyos resultados son semejantes a lo largo de los años: solo un 21% de los españoles estaría dispuesto a coger las armas para defender a su país en una guerra. Es decir, que si una nación extranjera nos invadiese, destruyese nuestra economía, violase lo que quisiese, robase los tesoros artísticos (como hizo Francia con Napoleón), matase a nuestras familias, nos impusiese el Gobierno, solo un 21% de los ciudadanos de este país estaría dispuesto a defenderse e impedirlo. Y ahora, la encuesta que nadie hace, pero que pueden hacer ustedes. Si los atacantes fuesen “de los suyos, de los de ellos”, ¿cuántos españoles estarían dispuestos a coger las armas en su favor? Siento perturbarlos en este día.

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