¿UN GOBIERNO DE TRACA O UN GOBIERNO DE TRUCO?

En los últimos días se ha vuelto a reproducir una vieja discusión en el Gobierno que nos agobia: la Viceconsejera de Medio Ambiente, doña Belén Fernández, ha reiterado que son absolutamente necesarias y urgentes una incineradora para las basuras de toda Asturies y una presa en Caleao, la primera porque el actual vertedero se agota en el 2015, la segunda porque la zona central de nuestro país lleva ya tiempo consumiendo más agua de lo que es la afluencia de su caudal. IU, socios de Gobierno de doña Belén y el PSOE, ha vuelto a repetir lo dicho tantas veces por ellos: que ninguna de las dos obras son necesarias y que no se harán.

¿Qué cabe pensar al respecto? Desechemos, en principio, que doña Belén padezca alguna grave enfermedad psiquíca o que sufra alteraciones temporales por la ingestión de alguna sustancia alucinógena, entre otras cosas, porque las afirmaciones sobre la absoluta necesidad y urgencia de ambas estructuras han sido proclamadas en multitud de ocasiones por otros miembros del PSOE, como el señor Areces o la señora Carcedo. Así las cosas, sólo caben dos opciones: es cierto que se necesitan la presa de Caleao y la incineradora; es falso.

Empecemos por esta última hipótesis: las afirmaciones del PSOE no responden a realidad ninguna. ¿A qué se debe, entonces, su insistencia, en una materia que, en principio, no despierta simpatías populares? Sólo conozco una respuesta razonable, la ha dado IU (La Nueva España, 03/01/10, página 31): los socialistas confunden «las necesidades de la población con los intereses de algunas empresas», defienden «más los intereses del hormigón que los del desarrollo sostenible». En claro, el PSOE (puesto que no es sólo doña Belén Fernández, lo reitero, quien sostiene esa postura) es un gestor de los intereses de ciertas empresas, trabaja de consuno con ellas. De decir eso a afirmar que tiene intereses en las mismas y de las mismas obtiene beneficios no existe más distancia que la de la prudencia o la del disimulo.

La pregunta es entonces: ¿qué hace IU en un Gobierno que engaña a los ciudadanos y del que se puede presumir que es concomitante con empresas constructoras? ¿Es que ellos son cómplices, por ventura? Porque, en todo caso, son colaboradores en el sostenimiento del tinglado.

Supongamos que la necesidad y la urgencia de ambas infraestructuras son ciertas. ¿Por qué no han sido ya puestas en marcha hace tiempo? ¿Es que se difieren —contra los intereses de los asturianos— porque al PSOE le interesa más atender a su negocio (el Gobierno, sus consejerías, el reparto de prebendas y poder que de ellas dimana) que al negocio común de los ciudadanos? Y, otra vez desde el punto de vista de IU, ¿es que conociendo la necesidad de esas instalaciones se oponen a ello porque no quieren perder una parcela de su voto, sacrificando así la atención a los asturianos?

Y, ahora desde el punto de vista de los ciudadanos, ya no del de los miembros del Gobierno: ¿es útil un Gobierno del cual una de las dos partes, según consideremos una u otra alternativa, nos engaña? ¿De qué nos sirve un Ejecutivo cuya prioridad no es resolver nuestros asuntos, sino mantener sus sillones, su poder y las prebendas que de ellos derivan? El término “progresista”, la ética de atención a la mayoría de la sociedad y de actuar con racionalidad y no con prejuicios; de guiarse por el interés de todos y no por el particular ¿es congruo con la conducta de ambos socios y con la del Ejecutivo en su conjunto? ¿De qué vale un Gobierno que no gobierna o en que, en otra opción, una parte lo hace para defender sus intereses y la otra traga con ello? ¿Es esto el “voto útil”?

Siendo piadosos, ¿es un Gobierno de traca, que desgobierna con contradicción entre los socios y sin saber, en realidad, qué hacer? ¿O es un Gobierno de truco, en que la cuestión es «hacer que hacemos», sin hacer en realidad nada, pero ocupándose con exquisito cuidado de producir el ruido necesario para que las “divinas palabras”, los mensajes hipnóticos, mantengan a sus adeptos en estado de ilapso dependiente?

Asoleyóse na Nueva España d'ayer.

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