(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos)

L'aprecederu

Fantasía en el Senado

El nombramiento de Areces, experto en quimeras, como portavoz socialista en la Cámara Alta

XUAN XOSÉ SÁNCHEZ VICENTE 17.10.2016 | 03:38

Me llaman. Me paran por la calle. Escandalizados por el protagonismo renovado del señor Areces en el Senado. Unos recuerdan sus fiascos o sus pufos: la regasificadora, El Muselón (¡y mira que algunos avisamos!), la Zalia (que ha tenido que rebajar los precios hasta un 40% para conseguir vender alguna parcela)...

Otros, muchos, se quejan del tiempo que lleva don Vicente en la política y piden renovación y juventud. No puedo admitir el principio, no sólo por razones pro domo mea, sino por causas objetivas. Parece ahora que lo óptimo en la política es la temeridad de la juventud y la inexperiencia. ¡Como si apostásemos por ellas en cualquier otro ámbito de la vida!

Me parecen esos motivos suficientes para el encargo que Fernández le ha hecho a Álvarez, pero para mí hay uno más importante, el de la fantasía inigualable de don Vicente Alberto. Mientras era alcalde de Xixón nos regó de fantásticos proyectos que sirvieron para entretener a la buena gente: un dique semisumergido en la playa; un tren-tranvía que parecía ya inmediato, con su maqueta y todo; y, especialmente, unas lanzaderas aéreas que sobrevolarían la ciudad para salvar los 600 metros que separaban las estaciones del Llangréu y el Norte.

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