El ex-presidente Juan Luis Rodríguez Vigil viene publicando en las páginas de La Nueva España una serie de artículos donde aborda los problemas del campo asturiano, que tienen un nudo central: el desperdicio de sus posibilidades, su nula rentabilidad. De esos dos elementos deriva una parte sustancial -no toda- de su despoblamiento.
Como parte de su análisis, don Juan Luis señala la ineficacia de nuestra Administración y el balagar de tópicos y prejuicios -algunos modernos, de carácter casi místico- con que se aborda la cuestión del campo.
Como todos los análisis y propuestas de don Juan Luis, lo que hace es interesante. Ahora bien, llama la atención el que don Juan Luis, presidente en su día del Principado, se olvide de que son él y sus partido, el PSOE, los grandes responsables de la falta de modernización del campo asturiano y los sembradores de tópicos ideológicos y mendaces sobre nuestra aldea. Ocurre lo mismo con el señor Arango o el señor Quintana cuando, ahora, se ponen a señalar los defectos de nuestro agro o los problemas de los espacios protegidos, entre ellos, Los Picos. Como si no hubieran sido ellos mismos los responsables de la cuestión y los incitadores del estado de cosas actual.
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