A propósito de los riesgos que para la economía entraña la cuestión catalana, que ahora empiezan a apuntar los mercados y las agencias de calificación (a Ficht la ha seguido S& P), permítanme recordarles literalmente lo que decía el 11/07/12, en un artículo titulado "Profecías y jaculatorias" (y apunten, por favor, lo de la "argentinización").
En todo caso, y ya que vamos de profecías, permítanme que yo reitere otra: si las variables de argentinización de nuestra sociedad y las de la evolución de la cuestión catalana no pesan demasiado; si, como parece posible, los asuntos de la estabilidad del euro y de la financiación bancaria se resuelven, si cumplimos razonablemente el objetivo de déficit, pronto se calmará el panorama y, antes de lo que pensamos, empezaremos a crecer, aunque muy lentamente. Tengan por seguro que, por equivocarme, no me premiarán, como a doña Elena Salgado, con un chollín en ENDESA de muchos miles de euros anuales. Me los quitarán, aun acertando, PSOE, IU y UPyD. Pero ese es otro tema, que para ustedes, sin duda, tiene un interés menor.
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