Esta ye (en positivu) la sanidá de la que disfrutamos


(Tresllanto de La Nueva España d'ayer estes declaraciones de don Antonio Murcia Mazón, al que-y doi les gracies poles sos palabres. Poques vegaes se ven declaraciones sobre la sanidá que nun sean quexes, protestes o demandes, más o menos atendibles. El señor Murcia pon en valor y apondera cuánto val la sanidá que tenemos, más entovía en comparanza con otros países del ámbitu occidental.Xunto col agrademientu a don Antonio Murcia, tamién el reconocmientu a A. Rubiera y a La Nueva España pol so aciertu).
ANTONIO MURCIA MAZÓN | Exjefe del servicio de Traumatología y Ortopedia de Cabueñes

"No hay nada más aburrido que dedicarte toda la vida a una cirugía que no te guste"

"Nunca recibí indicaciones para operar menos, para meter menos pacientes en lista de espera o para recurrir a implantes más baratos"

01.12.2015 | 03:58
Antonio Murcia Mazón.
Antonio Murcia Mazón. 
El doctor Antonio Murcia Mazón encara la recta final de su intensa vida laboral a dos bandas: en la Universidad de Oviedo, donde llegó a catedrático, y en la sanidad pública asturiana. Nacido en Orihuela (Alicante), lleva 43 años en Asturias, de los cuales 28 los ha pasado en Cabueñes, como jefe del servicio de Traumatología y Ortopedia. Hace varias semanas sus amigos y compañeros le dedicaban un homenaje por su jubilación. Aunque aún no es completa. Sigue operando dos días a la semana, mañana y tarde, en el hospital de la Cruz Roja, a pacientes de la lista de espera que se genera en Cabueñes. Es, dice, una forma de no dejar toda la actividad de golpe. "Me veo operando como máximo año y medio más, porque hay que dejarles la plaza a los jóvenes", sostiene.
-Hubo un tiempo en que había días que pasaba la mañana en Cabueñes, a las dos de la tarde iba a Oviedo a dar clase a la Facultad y a las cuatro volvía a Gijón a la consulta privada. Consulta que dejé cuando saqué plaza de profesor titular en la Universidad. Creo que tanto a la cirugía como a la docencia tienes que dedicarte a pleno rendimiento. Y eso que con la cirugía privada puedes ganar suficiente dinero para vivir un poco más cómodo. Quizás no sea el caso de aquí en Asturias, donde por tradición el peso lo tiene la medicina pública, pero sí en otros sitios de España. Y probablemente en eso ha influido que la sanidad pública en Asturias está excesivamente bien, aunque siempre habrá quien no se encuentre satisfecho.
-Pocos satisfechos hay ahora con las listas de espera.
-Lo que hay que decir con claridad es que en Asturias la mayoría de los enfermos que tienen que operarse de una artroplastia de rodilla, de cadera o de cataratas no esperan mucho más de seis meses. Aquí esperan dos, tres, cuatro meses?. En otras comunidades no es infrecuente que se den casos de enfermos que están en lista de espera uno o dos años.
-Pero parece que con la crisis la situación puede haber empeorado.
-Yo no he percibido nada. Puedo decir que en estos últimos años no he recibido indicaciones ni sugerencias para que operáramos menos, para que apuntáramos menos pacientes en la lista de espera o para que recurriéramos a implantes más baratos de los que usábamos. Eso que sí ocurrió en otros sitios, aquí no. Y es bueno que la gente lo sepa.
-O sea, que en su opinión la lista de espera es claramente fruto de la demanda en aumento.
-Sí. El enfermo ya no quiere tener dolor ni estar más incapacitado de lo estrictamente necesario. Antes a una persona con una artrosis de cadera o rodilla le miraban, le decían que estaba mal, pero es muy posible que le dijeran que era muy joven para operarse. Ahora ese mismo paciente tiene claro que el dolor lo tiene ahora, y que es ahora cuando se quiere operar. Por eso cada vez operamos a gente más joven. Y por el otro bando están los pacientes mayores, a los que también podemos ofrecer cirugías con garantía por la mejoría de la anestesia.
-¿La ortopedia es donde más se nota el incremento?
-Sí, pero no solo. Hoy todo el mundo a partir de los cincuenta pasa por el cardiólogo. Y lo mismo se puede hablar de las detecciones precoces de cáncer? y muchas más cosas.
-¿Y qué se puede hacer entonces con las listas de espera?
-Hay cosas que no se explican bien. El HUCA y Cabueñes deben ser hospitales que atiendan las cirugías más complejas, más difíciles, en enfermos más deteriorados o que tienen otras comorbilidades. Esos no pueden operarse en otros sitios. Pero un ciudadano con 63 años, con artrosis de cadera o rodilla, es un enfermo sano y no debería estar esperando en la misma lista que esos otros. La suya es una cirugía que se puede hacer en un hospital más pequeño, o que no tenga uvi? Creo que si a ese enfermo se le pregunta si tiene inconveniente en operarse en otro hospital público por médicos de la misma solvencia, seguro que no le importaría. Al que le incomode o le trastorne, se le respeta, obviamente, pero hay actividad que se debería estar resolviendo en otros sitios, reservando los hospitales grandes a las cosas más complejas.
-¿Ha tenido sentido el real decreto que fijó que para los casos de prótesis de cadera y rodilla la espera no debería ser de más de medio año?
-Yo creo que sí, mucho sentido. Porque se ha concienciado a todo el mundo, gerentes y profesionales, que es injusto que un enfermo tenga que esperar mucho tiempo. Y eso lleva aparejado el compromiso de que si a alguien no se le opera en un tiempo prudente, puede hacerlo por su cuenta y se le devuelve el dinero. En los años que estuve en Cabueñes no creo que hubiera casi ninguna reclamación de ese tipo.
-Pero las listas de espera son noticia casi semanal. ¿No comparte que haya un problema en Asturias?
-La lista de espera no es mala, en absoluto, no hay tiempos desmesurados. Que fuera mala lo podrían decir los que esperan un año o dos y acaban gastándose en sanidad el dinero que tenían preparado para otras cosas. Pero en Asturias los pacientes son conscientes de que tienen calidad en su sanidad pública y prefieren esperar. Aunque yo haría algunas sugerencias para un programa más ágil de derivaciones.
-¿Eso en Gijón pasa por aprovechar mejor el recurso de Cruz roja?
-Por ejemplo. Hoy en día los implantes de cadera y rodilla, las intervenciones de cirugía artroscópica de rodilla, las fracturas de tobillo, la cirugía percutánea del pie... todo lo que es patología general quirúrgica se hace con absoluta garantía en todos los hospitales periféricos de la comunidad.
-Le veo muy complaciente con la sanidad pública española.
-Me gustaría que quien dice que la sanidad española es mala tuviera en cuenta que fuera de España ante cualquier percance sanitario lo primero que te piden es la tarjeta de crédito, porque si no ni te atienden. Hacemos valoraciones inadecuadas porque no conocemos o se nos olvida qué pasa fuera.
-¿Lleva mal oir tantas críticas como se oyen?
-Sí, como llevo mal oir hablar de las repercusiones de los recortes en sanidad. Donde ha habido recortes ha sido en comunidades donde, por ejemplo, se han hecho implantes con materiales traidos de China o Corea. Aquí en Asturias el 90% de los implantes son hechos en inglaterra, Francia o EE UU. Tampoco se habla de los tratamientos carísimos que siguen suministrándose en los hospitales. Deberíamos reconocer todos que Asturias tiene una sanidad quizá por encima de la media nacional.
-¿Y la cuerda hasta donde estira?
-Los responsables de gestión deben hacer un buen trabajo para que cada año se pueda intervenir a un 10% más de enfermos con el mismo presupuesto.
-¿Qué servicio de Traumatología deja en Cabueñes?
-En nuestro servicio los profesionales han tenido oportunidad de formarse desde hace veinte años en un centro que era conocido y reconocido por encima de la media nacional. Quedan personas altamente cualificadas dedicadas a las parcelas a la que han elegido dedicarse por devoción y afinidad. Empezamos un equipo de cinco profesionales y ahora somos casi 25 o30. Los médicos jóvenes que hacen urgencias deben saber hacer de todo pero luego tienen que superespecializarse en una patología que les guste. No hay nada más aburrido que hacer toda la vida una cirugía que no te guste..
-Usted ha sido un profesional muy comprometido con la especialización y la formación continua. ¿Tan necesario lo ve?
-La superespecialización redunda en beneficio del paciente y de la calidad de lo que hace el cirujano.
-¿Qué le ha quedado por hacer?
-Me hubiera gustado que el uso del navegador en quirófano y esta cirugía virtual no estuviera por lo general arrinconada en un pasillo en el antequirófano y fuera una cirugía de mayor implantación.
-Esa inquietud le ha llevado a colaborar incluso con los ingenieros del campus de Gijón.
-En el campus de Gijón hay gente con altísima formación y cantidad de tecnología a nuestra disposición. Pero para eso hay que sacarle horas al tiempo. He trabajado con Rafael Pedro García Díaz, titular de ingeniería en la Politécnica, y ha sido muy productivo tanto en tesis como en trabajos de presente y futuro. Así logramos, por ejemplo, diseñar el modelo exacto de implante que le venía perfecto a un paciente. Es, por analogía, como cuando antes sólo podías disponer de un zapato de medida estándar y ahora, para quien lo necesite, hay zapatos con medidas especiales tanto en anchura como en altura... Esos son implantes especiales de los que podemos poner tres o cuatro al año y el coste es asumible.
-Deja Cabueñes a las puertas de una obra de ampliación y reforma.¿Qué necesidades le ve usted al Cabueñes del futuro?
-Yo creo que lo que necesitan los hospitales son quirófanos y personal que optimice esos servicios.
-¿En tantos años de ejercicio profesional el paciente ha cambiado mucho?
-No tanto. Lo que ocurre es que hoy nadie quiere resignarse a tener dolor, y si le molesta un pie quiere que se lo resuelvan, con cirugía o no, para seguir haciendo maratones si es el caso.
-¿Y eso no es reprochable? Todo se fía a la cirugía.
-No, a mí me parece muy bien que la gente quiera resolver sus dolores, independientemente de edad, situación o condición. Al que le duele algo hay que resolvérselo.
-Ha pasado por la sanidad dejando su impronta y su prestigio. ¿Cómo se logra eso?
-El prestigio te lo dan tus compañeros. Yo solo no puedo hacer nada. Toda la actividad quirúrgica que he desarrollado ha contado con la ayuda de todos. Y en la Universidad ha ocurrido igual: los libros que he publicado, las tesis que he dirigido y la actividad científica que he desarrollado no la habría podido hacer solo. Sí me siento muy orgulloso por haber hecho que Cabueñes fuera conocido en todo el territorio nacional, y por haber llegado tanto en mi vida quirúrgica como académica al nivel más alto.

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