LA ENERGÍA (OSCURA) DE DON PEDRO
Ya saben ustedes cómo ha recibido la industria
electrointensiva (de la que dependen 150.000 empleos, entre directos e
indirectos) la última subasta de interrumpibIlidad eléctrica: “Desastre”,
“tragedia”, “emergencia”…, así ha sido calificado el proceso y, por ello, sus
resultados.
Ni que decir tiene que ello hace
menos competitivas esas industrias y pone en peligro puestos de trabajo. Pero
recordemos, asimismo, que don Pedro y los suyos habían prometido arreglar el
problema de los costos de la energía para estas industrias. Pues ya ven. Lo que
alegan a su favor es que el precio de la energía ha bajado en España (por el
viento, la lluvia y los precios internacionales del gas, no por ellos), y que
van a pedir a la UE poder prestar más ayuda en compensación de los costes
indirectos del CO2. ¡Nunca la mano te duelga!
Recuerden,
por otra parte, que vienen prometiendo aprobar el estatuto de la industria
electrointensiva y medidas complementarias desde que gobiernan. El 24 de enero
de este año, en Davos, Sánchez se entrevistaba con Mittal. Así decía el titular
de LA NUEVA ESPAÑA, “Sánchez promete a Mittal
medidas para bajar el coste energético de la industria”. La disculpa es que no
se puede actuar ahora por estar el gobierno en funciones, pero, como se le
recuerda, estando en funciones acaba de aprobar por decreto los incentivos para
las instalaciones de renovables, y para ello no hubo nihil obstat.
Si para solucionar los problemas de la energía, no
pone mucha energía don Pedro, sí la pone para prometer y no meter. Por ejemplo,
el gobierno central debe muchos millones a las autonomías por IVA no
transferido desde el 2017. ¿Puede hacerlo estando en funciones? Después de las
elecciones de abril, no podía (a fin de favorecer que las comunidades
presionasen a favor del pacto de Gobierno); ante
s de las del 10 de noviembre aseguró que sí (para no perder votos); pasadas estas, si te prometí no me acuerdo.
s de las del 10 de noviembre aseguró que sí (para no perder votos); pasadas estas, si te prometí no me acuerdo.
En lo que sí pone más energía, un verdadero torrente,
don Pedro es en conseguir votos para su trasmutación de “en funciones” a
“efectivo”. Yo no sé si las huestes del PSOE (votantes y afiliados) y otras
gentes de izquierda y de buena voluntad son conscientes de cuál es el camino
que se está andando y la apuesta que está en marcha. Examinemos, y olvidémonos
de las mentiras contradictorias de don Pedro entre la campaña y hoy (uno, al
fin y al cabo, es un lector asiduo de la carta de San Pablo a los efesios sobre
la caridad).
Lo que está sobre la mesa es que existe un “conflicto
político” (¿de qué índole?, ocultémoslo dicen ambas partes) que debe resolverse
mediante el diálogo. Lo que se argumenta es que, hasta ahora, no se dialogó y
que por esa falta de diálogo (por culpa de la derecha, naturalmente) se ha
llegado hasta donde estamos hoy. Quizás debería recordarse que tanto con Mas
como con Junqueras se dialogó hasta la extenuación, que se lo pregunten si no a
Rajoy y a Soraya, a esta en particular, que quedó con cara de boba al ver cómo
Junqueras la había estado engañando todo el tiempo. Lo que ocurrió es que no se
les dio lo que querían. ¿Y qué querían? ¡Ah! Entramos en el busilis del asunto.
Los negociadores y biempensantes dialogantes no
independentistas dicen que dialogando se puede llegar a un acuerdo. Pero, ¿se
mienten a sí mismos o creen que los nacionalistas catalanes van a aceptar
ningún acuerdo que no sea el del derecho a la independencia, esto es, la
celebración de un referéndum entre los votantes censados en Cataluña (de ningún
modo, un referéndum en toda España, que sería lo hoy constitucional) sobre la
separación de Cataluña de España.
¿Les parece bien o inevitable? De acuerdo. ¿Han
respondido la siguiente pregunta? ¿Cuántas comunidades pedirán a continuación
ejercitar el mismo derecho? ¿Y la siguiente? ¿En virtud de qué se podría
impedir la extensión del mismo derecho a los demás? Y, por hoy, la última: ¿qué
caos social y político, es decir, económico y de empleo, se organizaría?
Creo que muchos caminan con alegre entusiasmo y
esperanzado discurso sin ver o querer ver la próxima revuelta del camino.
En todo caso, es mucha más la energía que pone don
Pedro en resolver su problema y el de los suyos (aunque esa factura energética
la paguemos los demás) que la que pone en resolver el de las empresas electrointensivas
y sus empleos.
Fijémonos, por cierto, en el abogado del Estado (ese
que ha dicho don Pedro que estaba a sus directas órdenes) en relación con el
caso Junqueras y, de rebote, con los demás penados y prófugos. Y comparemos su postura
con la de los fiscales y los jueces inmersos en la materia.
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