Hoy en LA NUEVA ESPAÑA

La enemiga y persecución al asturiano. En LNE (papel y digital). Doy, como otras veces, el comienzo del artículo:

Dictadorzuelos, incompetentes y otros

La cruzada de algunas empresas e instituciones contra el asturiano

20.03.2015 | 04:28
Dictadorzuelos, incompetentes y otros
Les pido disculpas, ante todo, por las referencias personales de este artículo, pero creo que son ilustrativas, tanto de las dificultades para ejercer derechos elementales como de algunas de las mentalidades de este país.
Tengo una tarjeta de Repsol para disfrutar de descuentos en el combustible. Pues bien, a principios de año la empresa decide renovar las tarjetas y me llega la nueva. Ahora tienen el nombre del usuario, que antes no tenían. La mía pone "Juan José Sánchez". Me dirijo a la estación de servicio en donde me suelo proveer y delante de mí hacen la reclamación. A los dos días, me llega una nueva. El usuario vuelve a ser "Juan José Sánchez". Nueva visita, nueva reclamación en mi presencia, con deletreo otra vez del nombre y llega la tarjeta por tercera vez al mismo individuo.
Fue necesaria una cuarta reclamación y la queja a otro departamento del ordinario para que la cuarta tarjeta llegase correctamente. Según me hace saber la encargada de la estación de Xixón, cuya profesionalidad, paciencia y amabilidad quiero agradecer, una de las respuestas del responsable de Madrid a la tercera queja fue la de que "lo dejase, que ya se cansará el cliente".
¿Creen ustedes que si el titular de la tarjeta fuese un Jordi le podrían Jorge, si un Xoan gallego Juan, si un Kepa o Eneko del País Vasco, Pedro o Íñigo? ¿Y si fuese un nombre inglés o extranjero, lo traducirían? ¿Se juegan conmigo un céntimo de gominolas a que no?
Ha salido estos días, como sabrán ustedes, mi última novela. Se titula "Bajo el viaducto", en castellano, "Al pie del viaductu", en asturiano. Vayamos a esta última. Se expende en internet en la plataforma de La Casa del Libro. Intentamos que en esta versión, la reseña, enviada por nosotros, esté en asturiano. Nos dicen que no puede ser porque la página está en castellano.
Es una solemne mentira, lo sé, pero ya no estamos dispuestos a pelearnos más después lo que ha pasado con respecto a la lengua en que se escribe: nos dicen primero que se va a poner en "bable-leonés", después lo ponen en "bable". Reclamamos insistentemente para que pongan "asturiano". Achacan la imposibilidad primero al sistema informático. Luego nos dicen que los informáticos están trabajando en resolverlo. Efectivamente, lo hacen. Al pie del viaductu se anuncia ahora en "castellano". Otra vez, llamadas y protestas. Nuevo cambio. Ahora, la lengua de la novela es ¡"coreano"! Por fin, tras nuevos esfuerzos y enfados, vuelve al principio: "bable".

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