En defensa de Miguel Ángel García


La residencia de mayores de LLastres se inauguró aprisa y corriendo a primeros de año, con pocos residentes y muy pocos medios. Un joven enfermero, Miguel Ángel García, denunció esas carencias. Eran tan elementales como que faltaban termómetros o tensiómetros. Quien sabe algo de la residencia me cuenta que sigue habiendo, a día de hoy, carencias de servicio y moblaje.

El caso es que, tras la denuncia, el director de la residencia informó de que el citado trabajador "no reunía condiciones para realizar su trabajo de forma eficaz o correcta". 
El castigo del ERA, de la administración asturiana, ha sido propia de una secta: el joven y entusiasta Miguel Ángel García fue despedido y excluido de la bolsa del ERA para trabajar en otra residencia

Yo espero que de forma inmediata la consejera de Servicios Sociales, doña Pilar Varela Díaz, intervenga inmediatamente y, sobre reponer a Miguel Ángel García en sus derechos, actúe para evitar este tipo de actuaciones "institucionales".



El despedido, el tercero por la derecha. Semeya de La Nueva España





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