IGLESIAS STEALTH
Uno
de los fenómenos más curiosos de los últimos meses es el aparente
desplazamiento del planeta Iglesias/Podemos y Cía de las órbitas en que solía
localizárselo, de modo que quienes hace poco tiempo conocían la exacta posición
y distancia en que orbitaba dicho cuerpo con respecto al observador tienen
ahora dificultades para ubicarlo.
En
efecto, al margen de la dialéctica de “la casta” frente a “la gente” (que ha
disminuido, por cierto, su capacidad de tintura para situar el discurso del
cuerpo Iglesias/Podemos y Cía), parecen haber desaparecido dos de los
principales atributos que definían su órbita: Venezuela y el bolivarismo;
Tsipras, Syriza y Grecia. Se ha extinguido la luz que los alumbraba con una
intensa luminosidad.
No
hace falta que les recuerde a ustedes cuánto han llegado a igualarse en el
discurso y en la acción de los fundadores de Podemos ellos y la Venezuela de
Chávez y Maduro. Han estado allí; han cobrado allí; han ilustrado, dicen, al
chavismo, y han llorado la muerte del golpista fundador del movimiento. Aunque
seguramente lo saben, pueden ustedes refrescar su memoria en https://www.youtube.com/watch?v=PSn6kCOwof8.
Y en ocasión bastante cercana han predicado el modelo venezolano como
“alternativa para Europa, modelo para la Europa del sur”: https://www.youtube.com/watch?v=zDlWsNm6fnE.
(Por cierto, advertirán también la extremada cursilería con que el sujeto don
Pablo suele adornar su retórica, o mejor: constituye parte de ella; acaso, de
su personalidad).
El
otro eje reciente de la construcción de su identidad política ha sido la
identificación con Tsipras, Syriza y Grecia, cuando parecía que el partido y el
revolucionario “hermanos” iban a comerse el mundo (bueno, sólo a Merkel, los
bancos y las oligarquías financieras). Así, Tsipras y Syriza “representaban el
futuro”; “no van a querer volver al
pasado, no van a volver a asumir que haya que tener posturas serviles y arrodillarse ante
Alemania”; “el partido de Alexis Tsipras gobernará
anteponiendo las necesidades del pueblo heleno, y no las exigencias de
Bruselas”; "lo que ha ocurrido en Grecia es una magnífica noticia para
griegos, europeístas y demócratas" (amén). Y ello, haciendo siempre
restallar en el aire su cursilería: "Tsipras es un león defendiendo a la patria de los buitres. Podemos está
con él”.
Pero,
como todo el mundo sabía, se ha visto que lo prometido y asegurado por
Tsipras/Pablo era mentira, y que, en consecuencia, se ha tenido que bajar
brutalmente las pensiones, subir impuestos, privatizar y otras medidas eiusdem
furfuris.
¿Hablan
ahora don Pablo/Podemos y Cía de Venezuela y Grecia como modelos? Ni palabra.
Incluso, procuran negar lo que han dicho, afirmando no haberlo afirmado nunca.
¿Es que han cambiado entonces de posición orbital ese planeta? ¿Piensan
distinto sobre el futuro a que piensan conducirnos cuando gobiernen? En
absoluto: como un avión stealth se han cubierto de capas de invisibilidad para
impedir que se detecte con facilidad su verdadera posición, es decir, sus
verdaderas intenciones, que no han cambiado.
Quizás
algunos, al oír la palabra, habrán pensado en la película “Stealth, la amenaza
invisible”. Nada que ver, porque pese al silencio sobre estas cuestiones (y
sobre otras) en los últimos meses, aquí la invisibilidad la presta no tanto la
capa “harripotteriana” del sujeto cuanto la voluntad de desmemoria histórica
del observador. A diferencia de las estafas, en los timos se necesita el
concurso voluntarioso del timado.
PS. En un artículo
anterior demandaba yo a la consejería de Agricultura más rapidez en el trámite
del despacho de los carnés para el manejo de productos fitosanitarios. El
retraso de su despacho —de unos cuatro meses, decía yo— causa perjuicios graves
a la gente del campo. Al escrito, de 3 de mayo, contestaba el 11 de mayo don
Máximo Braña Argüelles, jefe de Sanidad Vegetal, negando tal retraso. No hace
falta que yo me reafirme en mis datos, basta con acudir a sus palabras: "A fecha actual se está ultimando la entrega de los cursos celebrados en marzo y abril, que se
enviarán a lo largo del mes de mayo”. De marzo a mayo, son, que yo sepa, tres
meses en total, y lo de mayo está aún por ver.
Pongan
más diligencia (o más medios), que es lo que importa, y no la controversia.
(Asoleyóse en LA NUEVA ESPAÑA del 01/06/16
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