En La Nueva España: "Entre la trivialidad y el riesgo" (utilidá y utilización del votu).

(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos.)

Entre la trivialidad y el riesgo

Reflexiones al inicio de la campaña electoral

10.06.2016 | 03:53
Entre la trivialidad y el riesgo
La campaña electoral que ya empieza traerá pocas novedades. Acaso, alguna formal: parecen, por ejemplo, proliferar los vídeos como forma de comunicación e, incluso, los himnos, remodelados o no. Pero no hay nada nuevo que vayan a decirnos o puedan decirnos los concurrentes: en forma de programa lo han dicho ya en la campaña de las anteriores elecciones o lo vienen diciendo en estos meses. Sin embargo, sí hay una importante novedad: lo que han dicho mediante el hacer (o no hacer) a lo largo de los días transcurridos entre las anteriores urnas y el comienzo de estas. Ahora el ciudadano menos avisado ya sabe -si es que quiere saber- qué son de verdad los nuevos partidos o cómo se van a comportar los viejos. "Por sus obras los conoceréis", dice el Evangelio mateíno. Y es que las palabras son o pueden ser los disfraces del engaño, pero los hechos son la prueba testifical del ser.
Ahora bien, esa trivialidad de la comunicación en palabras, programas y gestos no puede hacernos olvidar que están en juego cosas muy importantes, cosas que nos pueden ayudar a seguir, con más o menos altibajos, el camino de progreso y bienestar de los últimos siete lustros o hundirnos en una ciénaga de desempleo y conflictos sociales, como lo evidencia el programa explícito en hechos y discursos -por más que ahora traten de ocultar el tósigo sirviéndolo en copa de cristal de Bohemia adornada en su borde con una corona de azúcar rosado y escarchado- de alguna congregación de partidos.
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Permítanme hoy, al empezar esta romería de quince días, invitarlos a considerar dos cuestiones con respecto a su voto. La primera, usted no vota a ninguno de los candidatos ni a ninguno de los partidos, ni a Rajoy, ni a Sánchez, ni a Iglesias, ni a Rivera. Usted se vota a sí mismo: sus intereses, los de sus próximos y los de sus prójimos. [...............................................................................................]

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