Universidá d'Uviéu 1934





Acta del Claustro ordinario del 17 de Octubre de 1934

Asistentes Srs: D. Carlos del Fresno, Vicerrector; Sr. Buylla, Decano de Ciencias; Sr. Galcerán, Decano de Derecho; Sr. Vallina, Decano de Filosofía y Letras; Sr. Sela (D. Aniceto); Sr. Espurz (D. Demetrio); Sr. Traviesas; Sr. Eguren; Sr. Frontera; Sr. Álvarez Amandi; Sr. Tejerina; Sr. Álvarez Gendín; Sr. Sela (D. Luis); Sr. Yzaguirre; Sr. Masip; Sr. Melón; Sr. Rubio; Sr. Esparza (D. Antonio); Sr. García; Sr. Estrada, Secretario General.

En la Cátedra de Química Analítica del Pabellón de la Facultad de Ciencias y bajo la presidencia del Excmo. Sr. Rector D. Leopoldo García Alas, quedó reunido el Claustro ordinario de esta Universidad a las cuatro de la tarde y con asistencia de los Srs. Catedráticos y Profesores que al margen se expresan.

El Sr. Rector dice que no puede darse lectura al acta de la sesión anterior por haber desaparecido todos los libros de Secretaría en el incendio que destruyó por completo la Universidad.

A continuación hace uso de la palabra para exponer el doloroso motivo de esta reunión, conocido de todos y que a todos ha de impresionar vivamente por el cariño profundo que sentían por nuestra gloriosa Universidad.

Añade que por vivir muy cerca del edificio tuvo el sentimiento de presenciar parte de lo ocurrido y describe cuanto pudo apreciar desde su casa. Procuró mandar recado al comité que actuaba en este barrio, pero no le fue posible. El hecho ocurrió el día mismo en que se retiraban los que se apoderaron de la Universidad. Tengo la seguridad –añade– que la destrucción no fue consecuencia de un accidente de la lucha, sino que la Universidad fue incendiada con toda intención.

En la investigación que se hizo al día siguiente de restablecerse la paz, se encontraron cierres de bidones de gasolina y otros objetos que prueban cómo el incendio fue provocado. También hubo diversas explosiones que contribuyeron a la destrucción y aniquilamiento de los arcos y paredes del claustro. Decir que protestaba con toda energía de lo ocurrido y que la desgracia le llega al alma, como a la de todos, es inútil. De eso ni siquiera debe hablarse.

El Sr. Espurz pide que cuanto antes y sin remover siquiera los escombros, se saquen fotografías que sirvan de documento probatorio. Se acuerda así y el Sr. Rector continúa diciendo que la Universidad no es la materialidad de un edificio, sino que es un espíritu, algo más elevado y el Claustro ahora reunido, representa el espíritu de la Universidad. Esto que él dice, es el mismo pensamiento del querido compañero que es hoy Subsecretario de Instrucción Pública, D. Ramón Prieto que ya ha visto la Universidad destruida y comenzó las gestiones no sólo para que se vuelva a construir el venerable edificio, sino para que se mejore. Después había que pensar en rehacer, dentro de lo posible, las valiosas Bibliotecas, tanto la General, como las de Derecho, Ciencias y Filosofía y Letras y también el moderno y completo material científico.

Al lado de éstos, hay otros problemas importantísimos; como son el problema administrativo, el de rehacer en lo posible los archivos y el reanudar, donde y como se pueda, las enseñanzas. En cuanto a esto último por indicación del Sr. Prieto se han hecho gestiones cerca de ciertas personas, que por el momento no han dado resultado. Visitó al Sr. Rector al director de la Escuela Normal que no fue destruida y le participó, que por haber ahora pocos alumnos tiene cátedras suficientes, que con una pequeña reforma, quedan en condiciones para la enseñanza universitaria. También existe el Conservatorio de Música, la Sociedad Económica de Amigos del País y otros Centros a los que se puede recurrir en caso necesario, así como solicitar del Estado temporalmente el edificio en construcción para Gobierno Civil.

Para encargarse de estos detalles de buscar local, se acuerda nombrar una comisión formada por los Srs. Rector, Vicerrector, Decanos de las Facultades y Secretarios que con la mayor rapidez comenzarán las gestiones y darán cuenta al Claustro de los resultados que obtengan.

El Dr. Yzaguirre dice que es preciso distinguir en esto diferentes aspectos. Ante todo hay que condenar enérgicamente los hechos y luego atender a la reorganización de la enseñanza y de la vida administrativa. Advierte el Sr. Rector que respecto a lo último envió un telegrama al Sr. Ministro dándole cuenta oficial de la destrucción de la Universidad y en él pedía instrucciones para la reorganización de la vida administrativa de lo que hay precedentes en la destrucción de los registros Civiles de la propiedad y otros en las luchas políticas; es este asunto que sólo puede resolver la superioridad.

En cuanto a la Universidad debe tenerse en cuenta que los hechos aquí ocurridos han producido en el pueblo honda indignación y el mismo pueblo se encargará de reafirmarla y sostenerla.

El Sr. Gendín cree que entre los escombros puedan aparecer objetos y libros de mucho interés. Convendría hacer con cuidado los trabajos de recoger materiales. Contesta el Sr. Rector que por de pronto se tomarían las medidas para que no entre nadie en el recinto y hasta convendría que algún portero se alojara en el pabellón de Ciencias esta temporada.

Por lo visto hay peligro de que se produzca alguna explosión. El descombrar se hará bajo la dirección de peritos y siempre a presencia de alguna persona de la Universidad.

Se acuerda nombrar una Comisión encargada de vigilar los trabajos de desescombro formada por los Srs. Vicerrector, Vallina, Eguren, Gendín y Secretario.

Por de pronto se harán las fotografías que sirvan de documento para la historia de la Universidad y para que en el Ministerio se den cuenta de la magnitud del desastre.

El Sr. Espurz espera que pueda encontrarse gran parte de la colección de minerales y otras cosas valiosas no fusibles pero de esto no conviene hablar para evitar unas posibles rapiñas. También se acuerda que la Secretaría General comience a actuar cuanto antes en el Pabellón de Ciencias.

El Sr. Yzaguirre pide la palabra para decir que teniendo en cuenta la poca atención que el Ayuntamiento ha tenido para la Universidad, propone que se acuerde solicitar se dé el nombre de D. Fernando Valdés Salas a una calle importante de Oviedo y añade el Sr. Galcerán que indicando además que fue el fundador de la Universidad.

Así se acuerda por unanimidad.

El Sr. Administrador pide la palabra para hacer presente que tenía ya preparadas las cuentas del curso de 1932-1933 para enviarlas inmediatamente al Ministerio y también tenía hechos los asientos de las cuentas 1933-34 desde 1º de octubre de 1933 hasta el mes de abril de 1934.

Todos estos documentos se hallaban en el armario de la administración. El jueves día 4 había quedado en la Universidad para hacer los pagos de la semana y dejó en un sobre el dinero correspondiente a las facturas de la Cátedra del Sr. Melón y otros gastos que en total podían ascender a 4.000 pts. Salvó parte de la documentación que oportunamente guardaba en su domicilio, pero sólo consiste en algunas facturas y el libro donde anotaba los pagos semanales desde fines de abril a septiembre de 1934. Además recogió dinero de la Universidad con otro suyo que tiene en su despacho particular y también salvó el libro de cheques de la c/c del Banco de España. El Sr. Rector dice que el Claustro ha oído complacido la relación del Sr. Frontera al que agradece lo hecho y dice que también otros funcionarios son acreedores del agradecimiento de la Universidad, como el Sr. Maside y el Conserje de la misma Claudio Suárez. Pide que conste en acta la satisfacción por estos hechos y que así se haga público.

El Sr. Rubio propone que se indemnice a los que salieron perjudicados y el Sr. Galcerán cree que de esto debe tratarse en Junta de Gobierno y así se acuerda.

El Sr. Masip también pide que el Claustro acuerde protestar de la destrucción del Instituto por explosión intencionada. Por unanimidad se acuerda protestar en la forma propuesta por el Sr. Masip.

Se acuerda enviar a la Superioridad el siguiente telegrama: Rector Universidad a Ministro de Instrucción Pública. «Claustro Universidad reunido hoy por primera vez después luctuosos sucesos acordó por unanimidad condenar con indignación vandálico hecho destrucción edificio, Bibliotecas, Laboratorios Universidad cuyo espíritu seguirá viviendo con mayor vigor no sólo en la conciencia del profesorado sino en la de todo pueblo culto de Asturias. La misma condenación expresa respecto a la destrucción del Instituto Nacional de 2ª enseñanza. También acordó organizar en el más breve plazo posible las respectivas enseñanzas en los locales que puedan utilizarse e improvisarse e interesar de ese Ministerio las normas necesarias para la administración de la vida universitaria».

Finalmente se acuerda conceder un voto de confianza al Sr. Rector para resolver todos los incidentes que puedan presentarse y dar cuenta al Comandante Militar de la plaza de todos los acuerdos y solicitar su apoyo para cuanto se relacione con la reanudación de la enseñanza.

Y no habiendo más asuntos que tratar se levanta la sesión, extendiéndose la presente con el Vº Bº del Excmo Sr. Rector de la que yo como Secretario General certifico.

Guillermo Estrada

Vº Bº
El Rector
Leopoldo García Alas

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