(Asoleyáu ayer en LA NUEVA ESPAÑA)
LA JURA DE LOS HORACIOS
Conocen la leyenda de los
tiempos iniciales de Roma. Resumida: pese a los lazos familiares y al llanto de
sus mujeres, los Horacios juran luchar a muerte, por la patria, contra los
Curiacios. Lo plasma en un delicioso cuadro el pintor neoclásico Jacques-Louis
David.
Así los partidos políticos
asturianos: “Los partidos,
dispuestos a pelear unidos una mejor financiación para Asturias”, titulaba LA
NUEVA ESPAÑA del 08/07/16.
Cualquier
persona ligeramente informada sabe desde hace muchos años que Asturies goza de
una financiación privilegiada en este momento, lo que le permite tener
políticas sociales y un estado del bienestar que no tendría con una
financiación inferior, o que nos llevarían a aumentar déficit y endeudamiento (si pudiésemos). De modo que
la cuestión no va a ser “mejorar” nuestra financiación, sino mantenerla, o, de
forma más realista, no perder demasiado. ¿Lo saben las organizaciones
asturianas? Por supuesto, pero de lo que se trata es de engañar al personal,
entretenerlo con la mentira hasta que la realidad caiga sobre él como un
pegollu de piedra.
Por otro lado,
padecerá un incontenible acceso de risa, con riesgo incluso de micción
involuntaria, quien oiga afirmar que las sucursales asturianos de las casas
centrales van a ofrecer la menor resistencia a lo que ellas decidan. Se podrían
aducir miles de ejemplos. ¿Pero para qué? Los partidos tradicionales han
recibido siempre las órdenes de Madrid en posición de decúbito prono, y no
ahora, sino desde siempre, incluso en la II República. Y aun, en ocasiones,
como la FSA-PSOE, con don Javier Fernández al frente, han contribuido
decisivamente contra nuestros intereses, apoyando, por ejemplo el federalismo
asimétrico para Cataluña o su Estatuto. Y los nuevos, exactamente igual:
Podemos se ha plegado a los dictados madrileños una y otra vez, para las listas
electorales o para el carbón, por ejemplo; y C’S no es más que un recorta y
pega de Madrid, al margen de que su programa es el de adelgazar las autonomías.
De modo que, para mantener los
servicios —y el despilfarro o la falta de control anejos en muchos casos— no
habrá más remedio que acudir a la multiplicación de impuestos, aquí en
Asturies, y a seguir exprimiendo la riqueza existente conseguida a través del
trabajo presente o pasado. IU, el más fiel seguidor de la irónica definición de
la política económica por parte de los gobiernos que hizo Ronald Reagan (“Si se
mueve, pon-y un impuestu; si entovía se ximielga, regúlalu; si dexa de
ximielgase, subsídialu”), ya ha marcado el camino en la negociación de los
nuevos presupuestos: seis nuevos impuestos, con pretextos varios: todos para
recaudar y, en el fondo, de acuerdo con su ideología, para decirnos cómo
debemos vivir, esto es, según ellos, “para salvarnos (de nosotros mismos)”. A
PSOE y Podemos, naturalmente, ese camino les encanta: se coge el dinero de
quien lo tiene o lo produce y se distribuye para quien y dónde apetece. La
mayor parte, de forma correcta, para lo que llamamos el bienestar y el Estado;
otra, inútilmente, para caxigalines y ocurrencias.
De pronto aparece mi trasgu particular, Abrilgüeyu, supongo que en
hábito playero: no viste y calza otra cosa que su montera, sus madreñas y un
impúdico tanga.
—¿A qué andes con tou esi rollu culturalucu de los Horacios, que sólo
ye pa presumir? ¡Cambia’l títulu!
—¿Tú que pondríes? —entrúgo-y.
—Pues “A Dios rogando…”
—¿Quies decir que “A Dios
rogando y col mayu dando?”. Nun veo yo cómo…
—Sí, home, sí. “A Dios rogando y col mayu dando”. “A Dios rogando”, pa
disimular, como si fuesen facer algo frente a los suyos pa meyorar la
financiación.
—¿”Y col mazu dando”? ¿Quies decir que van ser efectivos o eficaces?
—¡Non, home, non! ¡Qué inocente yes! La frase nun ta completa: “y col
mazu dando, enriba les vuestres cabeces”, les de los asturianos. Esa ye la
completa. Per un llau tragando colo que decidan pa otros; per otru, subiéndovos
los impuestos o recortándovos eso que llamáis el bienestar. Eso sí, metiendo
munchu roídu pa que paeza otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario