Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
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Lo de Javier Nart: aféitase cantando yá al riscar
Javier Nart Peñalvert (abogáu, tertulianu y, hasta agora, eurodiputáu por Ciudadanos) acaba de dase de baxa de Ciudadanos, como fai unos díes se diera de baxa de la Executiva. ¿Razón? La negativa de Ciudadanos a negociar col PSOE.
Dase de baxa de Ciudadanos, pero sigue col escañu d'eurodiputáu. Un choyu (¡y tan choyu!) pa cinco años.
L'escañu tienlu por dir nes llistes de C'S, non por ser Javier Nart. ¡Quién lu diba sacar a él eurodiputáu?
¿Coherencia? ¿Ética? ¿Honradez? A mi parezme l'acción d'un d'esos que se llevanten toles mañanes mui ceo, y que nun paren de cantar a pesar de ser tan temprano.
Güei, en LNE: El acoso a Albertu Rivera
Güei, en LNE: El acoso a Albertu Rivera; factores, actores, consecuencias, resultados hipotéticos, votantes, expectativas.
Güei, en LNE: Barruntos de amor
Barruntos de amor: lo que denota la constitución de la Mesa de la Xunta: amores ente PSOE e IU, desamores ente PSOE y Podemos, amores (obligaos) ente PP y Ciudadanos, pronósticos (cumplidos) sobre Ciudadanos.
Los partidos, ante todo empresas: el casu d'Ángel Garrido
El casu d'Ángel Garrido, el cabezaleru del PP de Madrid qu'acaba de pasar de güelpe a Ciudadanos vien exemplificar, una vegada más, lo que yo decía nel mio artículu "Los partidos, ante todo empresas", qu'asoleyé en La Nueva España del 09/04/19:
PARTIDOS: ANTE TODO, EMPRESAS
No suele señalarse, pero
la ocupación fundamental de los partidos es su propia conservación, lo que,
traducido en términos concretos, significa la conservación de los empleos de
sus “trabajadores” y dirigentes. En ese sentido no son distintos de cualquier
negocio o empresa. Es cierto, que, sobre esa ocupación, dirigen su actividad
hacia otros quehaceres que tienen que ver con el gobierno del Estado, las
comunidades o los ayuntamientos; a la satisfacción de las necesidades de los
individuos, al regimiento de la vida colectiva, etc. Lo ha roborado
recientemente, seguramente sin pensar lo que decía, el alcalde socialista de
Valladolid, Óscar Puente, al censurar la marcha de la diputada Soraya Rodríguez
de su partido: “Se va porque se le ha acabado la posibilidad de vivir de la
política dentro del PSOE y lo que quiere es vivir de la política en otro
sitios”. Lo que, sensu contrario, quiere decir que lo que hacen todos en
política es, fundamentalmente, vivir de ella.
Ahora bien, los
beneficios que se derivan de los resultados electorales en términos de empleo,
sean cuales sean, son siempre escasos, insuficientes. De modo que el que
consigue la jefatura de la empresa se queda con la totalidad o la mayor parte
del botín, que reparte entre los suyos: con quienes lo han ayudado a hacerse
con la dirección de la nave y con quienes calcula que lo van a ayudar a
mantenerse en ella. Miren ustedes alrededor y lo verán, aquí y en Madrid, es
decir, en toda España: los casadistas desplazan a los marianistas, los
sanchistas a los susanistas, los barbonistas a los javieristas, los
errejonistas a los iglesistas, estos a los espinaristas, los garzonistas a los
que no lo son…
Externamente, ante el
público y el electorado, las remociones y trueques en las listas electorales
que todo ello conlleva se presentan como una “renovación”, una palabra de
connotaciones emocionales positivas, cuyo contenido, al margen de los cambios
en la nómina, se desconoce habitualmente o es sumamente confuso. En todo caso,
lo que indica es que los partidos están seguros de que han fallado en algo o en
mucho a sus electores potenciales y que han de ofrecerles un nuevo estímulo
para que vuelvan a acudir a los apostales donde se los espera.
En esa búsqueda de
nuevos estímulos provocados generalmente por los incumplimientos (luego
hablaremos de ellos), las formaciones políticas se lanzan a fichar a nuevos
candidatos, a candidatos que “no sean políticos” o poco marcados como tales, a
políticos incontaminados. Algunos: el señor Barbón ficha a doña Celia
Fernández, Ciudadanos a don Juan Vázquez, Sánchez a Pepu Hernández, Casado al
padre de Mariluz Cortés, Rivera a Marcos de Quinto… y un sinfín de nombres que
ustedes pueden seguir por toda la Península.
Esos incumplimientos con
respecto a las promesas electorales o de gobierno no se deben solo a la mala
voluntad, la inexperiencia o la inutilidad, que también, sino a una regla
inherente al proceso democrático: quien quiera ser votado deberá decir a sus
electores potenciales aquello que estos quieren escuchar y demanden, sea ello
posible, inconveniente o responda a expectativas imposibles de cumplir. Y a tal
fin, ha de dar por buenos esos requerimientos, ya mienta, exagere o, como suele
suceder, crea a medias en su impostura o exageración. Quienes no lo hagan, ¡vae
victis!
Y es que eso que
eufemísticamente podemos llamar “opinión pública” se mueve, como dolidamente
recordaba Xovellanos cuando los individuos de la Junta Central se vieron
vilipendiados y perseguidos por “el pueblo”, se mueve, digo, con ese proceder
con que Guicciardini define al común de la gente: “inclinada a esperar más que
lo que se debe, a tolerar menos de lo que es necesario y a estar siempre
disconformes con las cosas del presente”. Lo que, en términos de la democracia
del voto, se traduce en la irresponsabilidad del votante: el vota lo que le
apetece y ahí va y que te preste, sean las que sean las relaciones de lo votado
con la realidad o las consecuencias del voto.
Por otra parte, el
control del acceso a los beneficios del cargo, su entrega a unos y su exclusión
de otros, la entrada de nuevos beneficiarios que no han pasado la vida dentro
de la organización defendiéndola, cotizando, haciendo proselitismo, provoca
terremotos en el interior de los partidos políticos, fundamentalmente entre el
grupo de los que tienen aspiraciones al mando o al puesto. “¿Qué ley, justicia
o razón, negar a los hombres sabe, privilegio tan suave, excepción tan
principal…?” podrían decir con el Segismundo de La vida es sueño los excluidos. Y ahí las reacciones son diversas,
según las personas, según las organizaciones. En general, la gente de
izquierdas, y muy especialmente la del PSOE, suele aguantar más las vagamares
dentro de su organización, lo que yo creo que no se debe solo al catecismo que
profesan sus militantes o votantes, sus creencias o ideología, sino también a
profundos elementos emocionales de la personalidad. En la derecha, el
desistimiento de la organización suele ser más rápido, fulminante a veces. Y
con frecuencia se produce un trasiego de cambios entre formaciones, de
alternancias reiteradas entre “ahora me voy” y “ahora me vengo”, “en el camino
no me detengo”, que uno no puede por menos que agradecer la ocasión que le dan
para la sonrisa y aun para la carcajada.
Pero de eso, del
culierrabundismo y de los culierrabundantes, mejor hablamos otro día.
Güei, en LNE: exacerbados (IU, FADE, Peta, animalistes, otros)
(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos)
Exacerbados
IU anula un encuentro con la FADE por haberse reunido ésta con Vox
Xuan Xosé Sánchez Vicente
Pensatible, plasmáu y silenciosu, como'l pitu a la vista del raposu. Con permiso de don Teodoro Cuesta, así quedé cuando el 08/12/18 veo en LA NUEVA ESPAÑA que IU anula un encuentro con la FADE por haberse esta reunido con Vox. La razón: que Vox es un partido que tiene propuestas "inconstitucionales". De verdad, nunca hubiese creído que una entrevista de un actor social con un agente político, a fin de exponer un documento empresarial archiconocido, pudiese estar sometida al juicio de otro partido político y que este se lanzase a opinar sobre la conveniencia o no de la reunión. La cosa ha subido de tono con una respuesta un poco faltona de don Belarmino Feito, que bien pudiera haber ahorrado ciertas calificaciones, respuesta a la que han seguido otras declaraciones un poco más faltonas aún de don Gaspar Llamazares.
(Dejaré aquí claro mi juicio: están en contra de la Constitución no aquellos que defienden cualquier cosa, sino aquellos que pretenden obtenerla saltándose las leyes, es decir, pasándose por el arco de triunfo la Constitución. Por ejemplo, quienes convocan refrendos ilegales o dan un golpe de estado proclamando la república catalana -aunque luego se les aflojen los esfínteres-. Y son sospechosos de actuar en contra en cualquier momento, aquellos que han tenido comprensión o tolerancia con el crimen o lo han practicado).
Pero en todo este espatuxu y griterío de IU contra Vox no hay sólo una cuestión de diferencia ideológica, o de temor acaso. Aun concediendo que haya tal cosa, es fundamental entender también que IU se ha puesto las pinturas y la máscara de caza para salir a campo abierto a la captura del voto agitando el espantajo del partido abascalino. Por excitar a sus votantes, en primer lugar, pero, sobre todo, porque su competidor-socio, Podemos, se les ha adelantado con idénticas pinturas, máscaras, gritos rituales y estandarte.
Estamos en todo caso en tiempos de exacerbación y de grupos y grupúsculos que pretenden convertir en norma universal sus prejuicios u opiniones. Ahí está la ministra Teresa Ribera anunciando que por ella prohibiría los toros y la caza (¿y los pexes?, ¿sabe doña Teresa lo que sufren mientres dan les aboquiaes?). Otros, un grupo llamado el PETA (la P es, por lo visto, de "personas"), propone suprimir troquelaciones que expresen crueldad hacia los animales o "desprecio" hacia ellos. Por ejemplo, eliminar "coger el toro por los cuernos". ¿Tal vez "coger al marido (o 'a la marida', en cursilés) por los cuernos"?
Y ya, en el colmo de los colmos, he aquí que los vecinos de La Manzaneda, en Grao, quienes, en el ámbito de sus fiestas, venían rifando una xata desde 1600, decidieron suspender la rifa por temor a los animalistas. La causa, una Ley aprobada en La Rioja por PSOE, Podemos y Ciudadanos, que, entre otras cosas, como la obligatoriedad de sacar a pasear a las mascotas dos veces al día y no dejarlas solas más de 48 horas, impide utilizar animales "como reclamos publicitarios, regalos, rifas y sorteos".
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Estos pintorescos de C'S
Agora amenacen, per boca de Rivera, de romper los alcuerdos col Gobiernu si faen más recortes o suben los impuestos.
¿Pero cómo se pueden cuadrar les cuentes y implementar tolos nuevos gastos que pretende Ciudadanos, si nun se pueden facer recortes nin subir los impuestos?
Nun lo sabíamos, pero equí hai munchos políticos que son como'l magu Merlín.

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Clínica y mística de Juan Carlos Girauta
Esti Girauta, tan tiesu siempre, tan engoláu, que paez qu'anda siempre col culu apretáu, ¿será qu'anda floxu? ¿O será qu'acaba de baxar del Sinaí, de ver directamente la cara del Señor, mientres-y apurría les Tables de la Llei colos 150 mandamientos?
La jura de los Horacios (la financiación autonómica nel futuru)
(Asoleyáu ayer en LA NUEVA ESPAÑA)
LA JURA DE LOS HORACIOS
Conocen la leyenda de los
tiempos iniciales de Roma. Resumida: pese a los lazos familiares y al llanto de
sus mujeres, los Horacios juran luchar a muerte, por la patria, contra los
Curiacios. Lo plasma en un delicioso cuadro el pintor neoclásico Jacques-Louis
David.
Así los partidos políticos
asturianos: “Los partidos,
dispuestos a pelear unidos una mejor financiación para Asturias”, titulaba LA
NUEVA ESPAÑA del 08/07/16.
Cualquier
persona ligeramente informada sabe desde hace muchos años que Asturies goza de
una financiación privilegiada en este momento, lo que le permite tener
políticas sociales y un estado del bienestar que no tendría con una
financiación inferior, o que nos llevarían a aumentar déficit y endeudamiento (si pudiésemos). De modo que
la cuestión no va a ser “mejorar” nuestra financiación, sino mantenerla, o, de
forma más realista, no perder demasiado. ¿Lo saben las organizaciones
asturianas? Por supuesto, pero de lo que se trata es de engañar al personal,
entretenerlo con la mentira hasta que la realidad caiga sobre él como un
pegollu de piedra.
Por otro lado,
padecerá un incontenible acceso de risa, con riesgo incluso de micción
involuntaria, quien oiga afirmar que las sucursales asturianos de las casas
centrales van a ofrecer la menor resistencia a lo que ellas decidan. Se podrían
aducir miles de ejemplos. ¿Pero para qué? Los partidos tradicionales han
recibido siempre las órdenes de Madrid en posición de decúbito prono, y no
ahora, sino desde siempre, incluso en la II República. Y aun, en ocasiones,
como la FSA-PSOE, con don Javier Fernández al frente, han contribuido
decisivamente contra nuestros intereses, apoyando, por ejemplo el federalismo
asimétrico para Cataluña o su Estatuto. Y los nuevos, exactamente igual:
Podemos se ha plegado a los dictados madrileños una y otra vez, para las listas
electorales o para el carbón, por ejemplo; y C’S no es más que un recorta y
pega de Madrid, al margen de que su programa es el de adelgazar las autonomías.
De modo que, para mantener los
servicios —y el despilfarro o la falta de control anejos en muchos casos— no
habrá más remedio que acudir a la multiplicación de impuestos, aquí en
Asturies, y a seguir exprimiendo la riqueza existente conseguida a través del
trabajo presente o pasado. IU, el más fiel seguidor de la irónica definición de
la política económica por parte de los gobiernos que hizo Ronald Reagan (“Si se
mueve, pon-y un impuestu; si entovía se ximielga, regúlalu; si dexa de
ximielgase, subsídialu”), ya ha marcado el camino en la negociación de los
nuevos presupuestos: seis nuevos impuestos, con pretextos varios: todos para
recaudar y, en el fondo, de acuerdo con su ideología, para decirnos cómo
debemos vivir, esto es, según ellos, “para salvarnos (de nosotros mismos)”. A
PSOE y Podemos, naturalmente, ese camino les encanta: se coge el dinero de
quien lo tiene o lo produce y se distribuye para quien y dónde apetece. La
mayor parte, de forma correcta, para lo que llamamos el bienestar y el Estado;
otra, inútilmente, para caxigalines y ocurrencias.
De pronto aparece mi trasgu particular, Abrilgüeyu, supongo que en
hábito playero: no viste y calza otra cosa que su montera, sus madreñas y un
impúdico tanga.
—¿A qué andes con tou esi rollu culturalucu de los Horacios, que sólo
ye pa presumir? ¡Cambia’l títulu!
—¿Tú que pondríes? —entrúgo-y.
—Pues “A Dios rogando…”
—¿Quies decir que “A Dios
rogando y col mayu dando?”. Nun veo yo cómo…
—Sí, home, sí. “A Dios rogando y col mayu dando”. “A Dios rogando”, pa
disimular, como si fuesen facer algo frente a los suyos pa meyorar la
financiación.
—¿”Y col mazu dando”? ¿Quies decir que van ser efectivos o eficaces?
—¡Non, home, non! ¡Qué inocente yes! La frase nun ta completa: “y col
mazu dando, enriba les vuestres cabeces”, les de los asturianos. Esa ye la
completa. Per un llau tragando colo que decidan pa otros; per otru, subiéndovos
los impuestos o recortándovos eso que llamáis el bienestar. Eso sí, metiendo
munchu roídu pa que paeza otra cosa.
Güei, en LA NUEVA: Psicofoníes, pixotes, risaes (discursos políticos sobre la formación de Gobiernu)
(Trescribo, como davezu, dalgunos párrafos.)
Psicofonías, pixotes, risadas
Los mensajes contradictorios de los partidos ante las negociaciones para formar Gobierno en España
16.07.2016 | 05:34
Xuan Xosé Sánchez Vicente Existen. Somos varios millones los que lo hemos comprobado. "Nunca hemos vetado a Rajoy" ha proclamado el señor Rivera recientemente. Pues hagámosle caso: lo hemos oído nosotros pero no lo ha emitido él. A mayores: he aquí las palabras de su cabezaleru aquí, el señor Nicanor García: "Nunca vetamos a Rajoy. Siempre dijimos que se puede negociar un gobierno del PP, pero con la condición de que haya reformas, de que cambien cosas, y eso también implica un cambio de personas. El resultado no pueden ser las mismas personas con las mismas políticas y con nosotros al lado". ¿Ven? Psicofonías.
Ahora bien, si de las musas pasamos al teatro y analizamos las palabras de don Nicanor (que, por cierto, son las mismas que recitan todos los secuaces de Ciudadanos en toda España: ¡fíjense si funcionan bien el correo y la disciplina!), lo que dice es lo siguiente: "no vetamos a Rajoy, tienen que cambiar las cosas y también las personas", esto es, "no vetamos a Rajoy, pero lo vetamos". Discurso uróboros, argumentación pixota, que, como ustedes saben, es un pexe que se fríe metiendo la cola en su boca, de modo que el trayecto concluye en el mismo sitio en que empieza; así la argumentación pixota: después de un corto recorrido vuelve al mismo sitio inicial, solo que para negar lo afirmado, o viceversa.
Otros, como un gato cuántico, predican al mismo tiempo uno y lo contrario. Lo hace el PSOE en todas sus instancias (también aquí funcionan envidiablemente correo y cotorreo). Acudamos a la emisión de don Javier Fernández: "No vamos a apoyar a Rajoy ni por activa ni por pasiva, Rajoy debe formar gobierno con las fuerzas afines al PP (¡Ah!, ¿pero tiene el PP fuerzas afines? ¿No quedamos que nadie quiere pactar con él?) y no queremos terceras elecciones". Pues si el PSOE no se abstiene o apoya, habrá terceras elecciones. Otra cosa es imposible.
Ya ven, esto de la política viene a ser desde el punto de vista de la lógica un chafarrinón semejante al del Cristo de Borja. Ahora bien, no crean que no tiene éxito, lo tiene, como la propia pintura. Psicofonías y milagros son sucesos a los que los feligreses dan fe y prestan admiración en el mundo real.
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Rajoy
(Asoleyóse ayer en LA NUEVA ESPAÑA.)
Démosle la vuelta
Si los votantes eligieron al PP, ¿cómo habrán visto a los otros para preferir a éstos?
28.06.2016 | 03:22
Démosle la vuelta
Xuan Xosé Sánchez Vicente "¿Cómo es posible?" Esta es la pregunta que aguijonea desde ayer por la noche a muchos comentaristas y votantes; la que guaña en las redes sociales con más velocidad y empuje que la hierba en mayo y junio.
"¿Cómo es posible que hayan votado a estos mayoritariamente?" A pesar de LA CORRUPCIÓN así, con mayúsculas, por antonomasia, porque otras, como la de Asturies, Andalucía o Cataluña no existen en el imaginario colectivo; a pesar del paro (que no ha bajado sino por la emigración); de los recortes en la sanidad y la educación (que no han sido realizados porque faltase dinero, sino por la sola voluntad de hacer más pobres a los pobres y de enriquecer a los ricos); a pesar de la emigración de tantos miles y miles de jóvenes de las generaciones mejor preparadas de la historia; de los recortes de derechos laborales, realizados únicamente para beneficiar a la patronal; de la práctica desaparición de los contratos fijos y su sustitución por contratos basura; del recorte de las libertades de expresión y de manifestación, acercándonos casi a las dictaduras; del rescate de los bancos y no de los ciudadanos; de la indecente sumisión a Angela Merkel en el ajuste de las cuentas (y, a la vez, sin haber cumplido el recorte del déficit programado); del crecimiento de la deuda, al tiempo que se recortaban las inversiones y el gasto en una suicida política de austeridad; del recorte en las pensiones y, a la par, de la disminución de la "hucha" para pagarlas; a pesar, a pesar, a pesar? Y, luego, naturalmente, quejas, desprecios o insultos contra los ciudadanos que han vuelto a elegir al vago e incompetente (e "indecente") de Rajoy Brey.
Admitamos que es todo así, tal como se ve y se argumenta por la oposición política y social (incluidos tantos intelectuales y tertulianos). Aceptemos, además, que ello es evidente para todo el mundo; y difícil es que no lo sea tras la lluvia continuada durante años de esa agua nacida en las nubes de las televisiones, los opositores y, en parte, de comentaristas de la derecha antimarianista.
Bien, démosle la vuelta. La pregunta debería ser entonces esta: ¿cómo se ve a los otros para que, pese a todo ese desastre y repugnante evidencia, hayan preferido al PP? ¿Cuán poco confiarán en ellos para defender su empleo, el crecimiento de los puestos de trabajo, su protección en el paro, el mantenimiento de la sanidad y la educación, el sostenimiento de las pensiones, la tranquilidad y la paz social, el futuro de sus hijos y nietos??
Repitámoslo. Admitamos que todo es así como se cuenta. Tengámoslo por indubitable y universalmente conocido. Esa es la pregunta, entonces, ¿cómo se ve a los demás para haber preferido a estos?
Y no piensen solo en el ganador en ventaja de las elecciones, el PP. Piensen ahora en los votantes del PSOE y en sus detractores; en aquellos que creen que, pelo arriba o abajo, PSOE y PP son lo mismo y tienen idénticas responsabilidades. La pregunta es la misma, no "¿cómo es posible"?, sino "¿cómo habrán visto a los otros para preferir a éstos?".
Porque ver, sí que los vieron, ¿verdad?
Tien que llora-yos d'emoción el corazón
A los del PP. ¡Home, tantos comentaristes políticos diciéndo-yos que lo meyor que-yos podía pasar yera dir a la oposición "pa rexenerase"!
Y, sobre tou, sentir a la xente de los demás partíos, PSOE y Ciudadanos, principalmente, pero tamién Podemos y IU, decir qu'eso (dir a la oposición pa rexenerase) ye lo meyor que-yos podía pasar como partíu, porque ellos quieren un PP fuerte nel futuru, rexeneráu, eso sí, ¡ye tan tienro que los adversarios s'esmolezan pola to salú, recuperación y éxitu (futuru)¡
Nun sé cómo los del PP nun lloren d'emoción y agradecimientu.
Demagogos, fatos y éxito político
«Un demagogo es aquel que publica doctrinas que sabe falsas a hombres que sabe que son idiotas.»
Y, para que nos entendamos, es aquel que tiene éxito, con el que los votantes están encantados y de quien creen los ciudadanos que está preocupado por sus problemas y que se los va a solucionar.
He ahí una reflexión sobre los votantes y los ciudadanos. Vale también para los del aduar, sus mamporreros y el enjambre tertuliesco.
He ahí una reflexión sobre los votantes y los ciudadanos. Vale también para los del aduar, sus mamporreros y el enjambre tertuliesco.
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