(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos)
Pasando de todo (Cataluña)
Las repercusiones del proceso independentista catalán
Xuan Xosé Sánchez Vicente 29.08.2017 | 03:19
Pasando de todo (Cataluña)
Olviden ustedes lo que era antes el Día del Caudillo, el 1 de octubre, y su presunto referéndum catalán. Pónganse un poco más allá, en la independencia proclamada de Cataluña, ya tras el referéndum, ya tras unas elecciones plebiscitarias. ¿Cuáles serían las consecuencias?
Dramáticas, tanto en Cataluña como en el resto de España. Económicas, sociales y políticas. En Cataluña, más de la mitad de la población se vería despojada de su condición de españoles y obligada a vivir en un territorio donde progresivamente "lo catalán" iría desplazando "lo español" y donde se produciría una presión creciente sobre "los españolistas". En el ámbito económico sería terrible: correrían peligro (al menos durante un tiempo) los servicios públicos por dificultades de financiación, así como el pago de prestaciones sociales y pensiones. Sin banco europeo que les permitiese financiarse, tendrían que acudir a la emisión de bonos, pagarés y belarminos con un altísimo tipo de interés, si es que alguien se animase a prestarles dinero; muchas empresas emigrarían y habría un parón notable en la economía.
En el resto de España padeceríamos otras plagas. Para empezar, tendríamos que correr con la deuda catalana (unos 70.000 millones de euros), que es deuda del Estado español, y habría repercusiones inevitables sobre la prima de riesgo, el crecimiento y el empleo, menores que en el caso catalán pero advertibles. Y, a partir de ahí, Euskadi ser vería obligado a recorrer el mismo camino: sea cual sea la voluntad del PNV actualmente, no tendría otra solución, presionado por el radicalismo abertzale. Seguramente, por otro lado, no se cerraría ahí la lista de comunidades atraídas por el ejemplo.
¿Constituye todo ello un conjunto probable de acontecimientos? Aunque no inevitable, sí. ¿De carácter gravemente dañoso? Sí. ¿Preocupa algo de ello a los españoles? Nada. Únicamente al 2,6%, según la reciente encuesta del CIS. ¿Es que están seguros de que no se va a producir la independencia? ¿Es que les da igual porque desean que los catalanes se larguen de una vez? Algo de ello podrá haber, pero, a mi entender, la razón es que los ciudadanos de este país, salvo en lo que afecta a sus propios intereses inmediatos, pasa de todo o, de otra forma, mantienen una ceguera voluntaria al respecto, que siempre es menos incómodo que poseer la consciencia del peligro y tener que pensar en él o tratar de obrar para evitarlo.
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