La fabada es una gran cosa, pero más tarde me di cuenta de que es la culpable de que Asturias no tenga grandes poetas como Castilla y Andalucía. Después de comer una fabada, no hay hombre que sueñe ni que sea capaz de hacer un soneto. No hará más que rascarse la panza a la sombra de un castaño.
Pues nada, pa decir bocayaes val cualquiera, hasta ún de Roces. Vamos perdona-ylo.
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