In more than 90 years of monitoring, human activity has been shown to trigger only 154 quakes, most of them moderate or small” - US National Research Council
 
Se ha generado una polémica enorme por los movimientos sísmicos vinculados, presuntamente, al almacenamiento subterráneo de gas llamado Castor. Y creo que merece la pena revisar algunos conceptos que se han comentado en los medios durante toda la semana.
 
Uno de los errores que he podido comprobar en las redes sociales es identificar la inyección de gas en un almacenamiento subterráneo con el fracking, del que hablamos en detalle en mi artículo Fracking Si, Por Favor. Hablar de los terremotos de Castellón para criticar el fracking es como hablar de un accidente de avión para criticar los automóviles. No tienen absolutamente nada que ver. Para empezar, los almacenamientos subterráneos de gas se encuentran a 1.750 – 2.300 metros de la superficie, mientras que la perforación hidráulica (fracking) se lleva a cabo a más del doble de esas profundidades.
 
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En más de noventa años de análisis, la actividad humana ha sido responsable de sólo 154 temblores, la mayoría pequeños, comparado con 14.450 terremotos de magnitud 4 o superior anuales, según un estudio del National Research Council de Estados Unidos. En el caso del fracking, sólo dos temblores, uno en Oklahoma y otro en Reino Unido, ambos de menos de 3 en la escala Richter, de 10.000 pozos anuales.
 
Castor, el almacenamiento subterráneo de la polémica, es uno de los 650 que existen en el mundo, donde no se ha detectado ninguna actividad sísmica relevante. Es un antiguo yacimiento de petróleo agotado, explotado por Shell en los años 70 y 80. Cuenta con una capacidad de extracción de 25 millones de metros cúbicos/día y una capacidad de inyección de 8 MMm3/día
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En España existen cuatro almacenamientos: Serrablo, Gaviota, Yela y Marismas, que funcionan con absoluta normalidad y donde se realizan controles y seguimiento minuto a minuto. Gaviota funciona desde 1994; Serrablo, desde 1989; y Yela comenzó a operar en 2012.
 
La Unión Europea obliga a los países miembros a tener reservas estratégicas de gas en almacenamientos subterráneos para garantizar el suministro. En Alemania hay 48 de estos almacenamientos; en Francia 15; y en Italia 10.