A lo largo de mi vida profesional quizá la consulta que más veces he atendido, especialmente de los usuarios particulares, es algo así como: "Mi ordenador se está quedando lento. ¿Ya es hora de que me compre uno nuevo?". A lo que mi respuesta es, invariablemente "Depende. ¿Qué trabajos haces con el ordenador?". Y si la respuesta es, como suele ser, "Lo normal... usar el correo, algo de Word, Excel para llevar mis cuentas personales, acceder a Internet...". La siguiente pregunta es ¿Cuánto tiempo hace que tienes el ordenador? Y, si la respuesta es cuatro años o menos, mi consejo es siempre el mismo: "No lo cambies. Haz una copia de los datos, formata el disco y reinstala el sistema. Verás como tu ordenador va tan rápido como el primer día y es lo suficientemente rápido para que te sientas cómodo".
Sin embargo, es un hecho que los ordenadores, con el uso, se van volviendo cada vez más lentos, a veces hasta llegar a ser insufribles. En general no es algo que extrañe a los usuarios, ya que estamos acostumbrados al deterioro de las cosas, nosotros mismos incluidos, con el paso del tiempo. Pero no ocurre así en el caso de los ordenadores. Un ordenador mantiene su velocidad de trabajo constante a lo largo de toda su vida. Nunca degrada su velocidad. Es imposible.No obstante, nuestra experiencia personal nos dice justo lo contrario, que nuestro ordenador cada vez va más lento. Y también es cierto. Pero entonces, ¿cómo es posible afirmar al mismo tiempo como ciertas dos cosas totalmente opuestas, como que el ordenador no pierde velocidad y, al mismo tiempo, que va más lento? Veamos.
La velocidad de un ordenador para procesar una tarea está en función fundamentalmente de su procesador, de su arquitectura (lo que se denomina genéricamente el Chipset) y de la velocidad de acceso al disco. Y nada de eso varía ni se hace más lento a lo largo del tiempo. Pero hay una serie de cosas que sí varían con el paso del tiempo, y que son los causantes de la ralentización sufrida por el usuario. Vamos a repasar las más normales.
Número de tareas en ejecución: Los ordenadores son multitarea, es decir, ejecutan varias tareas al mismo tiempo. Lógicamente, aunque la velocidad del ordenador permanezca constante, si el número de tareas que se ejecutan simultáneamente aumenta, la velocidad de cada una disminuye. Y eso es lo que hace que la suya, la que realmente le importa, vaya más lenta. Pero, ¿por qué aumenta el número de tareas? Pues unas se instalan ellas solas, otras las instala el usuario sin darse cuenta, otras se instalan con el permiso del usuario, aunque no sea consciente...Si quiere hacer la prueba, vaya al Administrador de Tareas (normalmente la combinación de teclas Control+Alt+Supr le permitirá el acceso) y ahí podrá ver todas las tareas que se están ejecutando en este momento en su ordenador. Todas consumen recursos, todas hacen su ordenador más lento, aunque algunas son necesarias y otras no.
¿Y qué pasa si compra un nuevo ordenador? Pues pasa que todos esos programas indeseados se quedan en el antiguo... hasta que se vuelvan, esos mismos u otros, a instalar. Al principio habrá una gran mejora de velocidad, pero durante unos meses nada más. Poco a poco volverá a sentirlo lento.
Los virus y antivirus: Los antivirus son un dilema del tipo de "Ni contigo ni sin ti, tienen mis penas remedio". Si no ponemos antivirus, nuestro ordenador se llenará de virus que son, en definitiva, programas que se ejecutan en la trastienda y hacen nuestro ordenador más lento. Pero, si ponemos antivirus, este está continuamente en ejecución, vigilando todo lo que se hace, controlando todo lo que se mueve y consumiendo una cantidad ingente de recursos. Son un control de carretera que inspecciona cada coche que pasa. O sea, un atasco permanente. Pero, ¿qué pasa si compra un ordenador nuevo? Pues que será más rápido... hasta que instale el antivirus o le infecten los virus. No hay solución.
Las redes entre Iguales, Peer-to-Peer o P2P: Probablemente la causa más frecuente de ralentización de los ordenadores personales sea el uso de programas de este tipo, como los Emule, Edonkey y otros de la misma familia. Estos programas son una fuente inagotable de placer para los usuarios ya que les proporcionan películas, series, música y programas de ordenador de forma gratuita y abundante. Sin embargo tienen un problema. Su principio de funcionamiento se basa en una red distribuida de usuarios, en la que cada uno pone a disposición de los demás sus recursos propios. Es decir, yo puedo descargar una película desde el ordenador de cualquiera de los participantes en la red a cambio de permitir que los demás hagan lo mismo con el mío. Parece justo ¿no? Pues entonces me instalo el programa, empiezo a buscar y, de repente, me encuentro de lleno en la cueva de Alí Babá. Todo a mi alcance, todas las películas, todas las canciones, todas las series... y comienzo a descargar. Al principio todo es fantástico, mi disco se va llenando con mi lista de peticiones y yo no tengo más que sentarme a disfrutar. Y como yo tengo poco que dar y mucho que tomar, la vida es maravillosa y el goce sin fin. Pero, poco a poco, la situación se va invirtiendo. Y ahora resulta que soy yo el que tiene muchos contenidos en mi ordenador y, en consecuencia, hay muchos que quieren acceder a él. Y mi ordenador cada vez se dedica menos a atender mis peticiones y más a atender las de fuera porque, no lo olvidemos, es una red entre Iguales. Y, claro, mi ordenador cada vez me resulta más lento.
Pero ¿qué ocurre si compro un ordenador nuevo? Pues que, aunque instale el Emule de nuevo, vuelvo a ponerme en la nómina de los pobres, con lo que puedo colgarme de los ordenadores de los demás sin tener nada que aportar del mío. Y mi ordenador, que ahora solo trabaja para mí va más rápido... durante un tiempo. Hasta que vuelva a la situación anterior de igualdad. Y de la consiguiente lentitud.
El nuevo sistema operativo: Nunca faltará un amigo que, cuando usted le comente que su ordenador va cada vez más lento le pregunte: "¿pero, qué sistema operativo tienes?". Y cuando le responda cual es el suyo, que no será el último disponible porque casi nunca lo es, le dirá con suficiencia: "¡Buf! Pero si ese es lentíiisimo. Lo que tienes que hacer es actualizar al último, que es rapidíiiisimo". Si usted cae en la trampa de hacer caso a su amigo, comprobará con desesperación que su ordenador ahora va bastante más lento aún.
¿Qué ha ocurrido? ¿Su amigo se ha reido de usted? ¿Debe retirarle su amistad y buscarse otra compañía para ver el futbol? Pues no, seguramente no. Bueno, cambie de amigo si quiere, pero no por esa razón. Lo que ha pasado es sencillamente que cada nueva versión de sistema operativo hace muchas más cosas (la mayoría de las cuales usted ni sabe ni le importan) y, por lo tanto, consumen muchos más recursos de hardware. O sea que su máquina, inevitablemente, irá más lenta al actualizar al nuevo sistema. Pero, lo más importante, ¿y su amigo? ¿Le ha metido una embolada para luego reírse de usted?.
Probablemente no. Seguramente lo que ha pasado es que, o bien ha instalado el nuevo sistema operativo en su antigua máquina con una instalación limpia en lugar de actualizar, con lo cual se ha deshecho de todos las tareas indeseadas que ralentizaban su máquina, o ha comprado un nuevo ordenador, lógicamente con la última versión de sistema operativo. Y también más rápido, claro. O sea que su afirmación de que con el nuevo sistema operativo su máquina va más rápida, es cierta, pero su conocimiento de informática escaso. De todos modos, puesto que eso no es importante para el fútbol, no creo que por eso necesite cambiar de amigo.
En cuanto a lo que necesita para que su ordenador no vaya lento, eso es otra cuestión. En general, y sin conocer su caso concreto, le daría los siguientes consejos, a tener en cuenta de forma moderada:
- Si su ordenador es Pentimu 4 o anterior, compre un nuevo ordenador. No por la velocidad de proceso, que puede ser incluso más baja, sino porque, al disponer de más de un núcleo, puede aliviar al procesador principal de muchas tareas de sistema y del peso excesivo del antivirus.
- Si quiere tener instalado un Emule o similar, instálelo en un segundo ordenador para que se ocupe de importunar a sus "peer" y atienda a los inoportunos requerimientos de estos. Un ordenador para estas tareas no necesita grandes recursos. Mueva sus películas, una vez descargadas al ordenador de trabajo. En realidad está siendo un poco tramposo en la práctica de la "igualdad", pero qué le vamos a hacer. Así es la vida.
- Si tiene menos de 2 GB de memoria RAM, amplíe hasta este tamaño. La memoria RAM es relativamente barata y notará una mejoría notable en el rendimiento de su ordenador.
- Si ya tiene un procesador con dos núcleos o más (Core2Duo, DualCore, QuadCore…) y dos GB de RAM o más, formatee el disco y reinstale el sistema operativo y los programas de trabajo desde cero. Verá que bien funciona su ordenador de nuevo.
- Pero, por supuesto, si ya se ha cansado de su viejo ordenador, no tiene problemas de dinero y le apetece comprarse uno nuevo, pues... ¡adelante! No me haga ningún caso y cómprese un ordenador nuevo. Verá como ahora todo va mucho más rápido... durante un tiempo.
Rubén Sánchez Vicente
Director Técnico de Bilbomicro Informática
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