Invítolos a lleer esti artículu de Juan Soto Ivars n'El Confidencial, sobre la cultura, internet y el robu
Cultura libre, vaya patraña
Quiero invitarles a pensar sobre una mentira gorda de nuestro tiempo. Este es un texto urgente. Un texto desesperado.
- Avanti.
La cultura, la información, el conocimiento: son bienes inasibles, son cosas que en la era digital dejan de ser cosas y se convierten en flujo, en aire, en respuesta inmediata de bits al pulsar un botón. Antes un libro, la película o el disco estaban protegidos por su precio, a veces excesivo. No todos los ciudadanos podían acceder a la cultura. La cultura era un privilegio. ¿Es verdad lo que digo?
- No. No, no es verdad.
Las bibliotecas se nutrían con las novedades literarias y hacían acopio del fondo editorial. Los videoclubs daban por cien pesetas casi cualquier película y la televisión las emitía también, con el estorbo de la publicidad. Grabábamos cintas a nuestros amigos. Decir que la cultura libre viene con internet es dar por hecho que antes de internet la gente pobre era inculta. Y lo cierto es que nadie, en los años ochenta, se consideraba inculto por ser pobre. Había muchas vías para acceder a la cultura sin dejarse los cuartos. El Estado, con todas sus flaquezas, con todos sus excesos, garantizaba el acceso del pueblo al conocimiento. Y las editoriales y productoras tenían margen para abaratar precios. ¿Recuerdan la colección de libros a cien pesetas de Alianza?
- Pero entonces llegó internet. (Seguir)
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