Predicar nun ye dar trigu: Les promeses del ministru Cascos

ESTE ES UN ARTÍCULO DEL 2003
(¡CRÉANLO Y LÉANLO!)


PEDRICAR NUN YE DAR TRIGU
(O LAS REALIDADES DEL SEÑOR CASCOS )

El ahora ministro de Fomento, Dn. Francisco Álvarez-Cascos, realizó en días pasados su primera comparecencia parlamentaria como encargado de esa rama del Gobierno. Sus palabras no pueden ser más desalentadoras para los asturianos: la mayoría de nuestras infraestructuras no estarán acabadas antes del 2.007. Es posible que la autovía del Cantábrico no llegue al centro, completa, hasta el año 2.010. La conexión con Madrid por autovía no se verá hasta pasado el 2.007, la autovía a Galicia no llegará antes del 2.012 o 15 y la conexión por Madrid en un tren aceptable no se producirá, con suerte, tampoco, antes de esa fecha. ¿Ha dicho esta palabras con precisión don Francisco? En parte las ha dicho con esa exactitud, en parte, en la medida que no ha querido señalar más concreciones de fechas, las ha dejado entender.

Todo ello es, simplemente, un desastre para los asturianos en materia de comunicaciones exteriores. El PP se pone, así, en el mismo plano de inutilidad y abandono de Asturies que el PSOE. durante sus quince años de gobierno en Madrid.

Pero quizás resultará ahora útil recordar qué decía el Señor Ministro de Fomento cuando su partido no estaba en el poder o, más recientemente, cuando el no tenía esa concreta responsabilidad ministerial.

En lo relativo a las conexiones no ferroviarias con Madrid, antes del triunfo electoral de su partido (en el 95), nuestro personaje exigía la gratuidad de la autopista del Huerna; ya nos ha explicado ahora varias veces que tal cosa es imposible. En lo que respecta a la conexión Onzonilla-Benavente (ya un invento de finales del 91 de Felipe González y Fernández Villa para tapar la reducción de plantillas de Hunosa), don Francisco encontró siempre inaceptable y escandaloso su retraso y prometíó su inmediata ejecución una vez llegado el PP al gobierno. Ahora nos la promete para el 2.007, con un “horizonte máximo de ejecución en 2010”. Si pensamos que los horizontes en infraestructuras tienen en común con lo que llamamos horizonte en nuestra percepción del espacio y la geografía que siempre se alejan al acercarnos, hemos de horrorizarnos pensando en la distancia final de esa meta.

En cuanto a las comunicaciones ferroviarias con Madrid (piénsese que no las tenemos ni hacia el este ni hacia el oeste), no serán aceptables (un viaje de más de tres tres horas no lo es) antes del 2.015 o 2.020, y eso no sólo no es lo que el Ministro prometiera otrora, es que constituye una ofensa, pura y simplemente.

El Señor Cascos prometió que la autovía desde Santander al centro de Asturies estaría lista en el 2.002 o 2.003. No la tendremos completa antes del 2.007 o 2.010, lo cual es un escándalo. Pero es que no va a retrasarse sólo el litigioso tramo Unquera-Llanes: la mayoría de los tramos restantes no estarán disponibles antes del 2.005 o del 2.007 (con suerte). Para muestra no hay más que fijarse en que los 2,8 quilómetros de Venta´l Probe-Colunga acumulan ya casi dos años de retraso.
 
La autovía hacia Galicia, frente a anteriores promesas del señor Cascos de tener en ejecución todos los tramos antes del 2.005, constituye una entelequia en estos momentos, que el Ministro sitúa “en el horizonte del 2.010”. El tramo hacia el aeropuerto desde Avilés, la autovía Xixón-El Musel, están prácticamente desaparecidos, frente anteriores promesas de ejecución inmediata.

¿Para qué seguir? A la altura del 2.010 Asturies no tendrá comunicación por autovía ni con Madrid, ni con Santiago, ni, probablemente, con Santander. En la fecha del 2.015 seguiremos padeciendo el problema de la comunicación ferroviaria del Payares. En una palabra, los señores Cascos y Aznar golpean nuestro asturiano trasero como en su día lo golpearon los señores Martínez Noval y González.

El Ministro de Fomento demuestra, pues, en contraste con sus palabras en la oposición y sus promesas electorales, la verdad del refrán castellano: una cosa ye pedricar y otra dar trigu. Y demuestra, una vez más y para quien quiera verlo, que los políticos no tienen otra patria que su partido político y que sus compromisos no son los que pudieran establecer con los votantes (por razones de débito pragmático), ni con los ciudadanos de su lugar de origen (por razones de débito moral), sino los que sus partidos establecen para el conjunto de los ciudadanos y para el conjunto de los intereses y los poderes del conjunto de la geografía (en este caso, del estado) donde se asientan.

Tal vez nos costará muchos años (y mucho desempleo y emigración) a los ciudadanos asturianos entender esta verdad tan evidente y elemental como poco querida de ver.

No hay comentarios: