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Güei, en LNE: Hermana oveja

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Hermana oveja

Reflexiones a colación de los ataques de lobos al ganado en Asturias

                                                  Guardo varios escritos en los que animalistas afirman que el lobo no es un problema para el campo, ni para los animales que el hombre cuida ni para la continuidad de la vida campesina. Y, con la Rosaura de "La vida es sueño", repito aquello de "Con asombro de mirarte, con admiración de oírte, ni sé qué pueda decirte, ni qué pueda preguntarte", cuando se producen noticias como la que LA NUEVA ESPAÑA recogía el 26 de diciembre: en el concejo de Piloña el lobo acababa de matar seis ovejas y había dejado a otras dos destrozadas y a punto de morir. El suceso resultaba extraordinario en un punto, las ovejas pertenecían a un propietario que desde hace más de veinte años concurre con su rebaño a la cabalgata de Reyes de Xixón.
El ataque del lobo no es más que uno de los muchos factores de acoso que sufren quienes en Asturies viven del agro y la ganadería: las restricciones al uso del territorio, las normativas cada vez más exigentes (y menos adecuadas a la realidad de las explotaciones o los territorios) en materia ambiental, todo conspira para hacer más incómodo o imposible el vivir de la actividad agraria. Si unimos eso a una tendencia general de tipo cultural que, desde hace décadas, invita a huir de los pueblos a la ciudad, la despoblación de una gran parte del territorio está asegurada: dentro de veinte años, los actuales paisajes "domados" estarán echados a monte.

Cambiar el software

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Artículu íntegru. Asoleyóse nel suplementu extraordinariu de La Nueva España del 19/12/2016, con motivu de los 80 años del periódicu.

      CAMBIAR EL SOFTWARE


               Modificar nuestra mentalidad colectiva (nuestras cabezas) es, a mi juicio, el mayor desafío que tiene nuestra sociedad. Porque es nuestra mentalidad colectiva la que impide, en muchas ocasiones, que puedan ser planteadas las soluciones adecuadas o la que hace que las acciones que se emprendan no sean plenamente eficaces.
               Dos son fundamentalmente las peculiaridades de nuestra forma de ver el mundo y de estar en él que resultan negativas: nuestra escasa conciencia colectiva de asturianidad, nuestro escaso aprecio por lo nuestro y los nuestros; la segunda, una concepción del mundo que tiende a mirar hacia atrás en vez de situarse en la realidad del presente y que, a su vez, tiene mucho de mentalidad mágica.
               No creo que nadie discrepe de nuestra escasa capacidad para apreciar y valorar lo nuestro y los nuestros y, en consecuencia, para hacernos oír. No me refiero aquí, créanme, a un asturianismo político, sino a algo más simple y cotidiano. Por ejemplo, a la admiración y respeto que profesamos a quienes vienen de fuera y al escaso aprecio que manifestamos hacia nuestros vecinos en cualquiera de sus saberes o negocios. Esa falta de empatía hacia lo asturiano tiene decenas de manifestaciones que tienen que ver con el negocio o con el empleo. No hay, por ejemplo, nada más desconocido para muchos asturianos que la propia Asturies. Los ejemplos podrían multiplicarse: salgan ustedes fuera y no habrá restaurante en que no le sirvan las aguas del lugar, aquí eso es muy difícil. Y lo mismo ocurre con la apreciación de nuestra cultura, desde la contemporánea a la prehistórica, o con la historia de nuestro Reino y nuestro arte asturiano, que no somos capaces de convertir en un imán para el turismo, entre otras cosas porque lo valoramos nosotros en poco. ¿O qué decir del turismo interior?
               Y, hacia afuera y en lo político, eso nos hace daño. No se trata de que haya aquí más o menos inversiones, o de que las obras se dilaten en el tiempo de forma inaceptable: en esas materias todo el mundo tiene agravios. Pero lo que sí es cierto es que nuestras formaciones políticas tienden a apoyar, por “razones de Estado”, decisiones que benefician a otras comunidades y que a nosotros nos perjudican. Y en lo interior, se pactan o se dejan de pactar unos presupuestos en función de los eventos de la política estatal. Que no exista entre nosotros esa conciencia de comunidad facilita que los ciudadanos no exijan otro comportamiento a los partidos y que se acepten esas decisiones perjudiciales.
               (Todo ello es compatible, cómo no, con que miles de asturianos amen la gastronomía de su concejo, la virgen de su pueblo o las patatas de su campiña. Pero ese amor, ese asturianismo, es intrascendente, y no se convierte en un actuar que supere el valle o la ciudad).
               El segundo de los vectores que convendría modificar sería el de lo que podríamos llamar una visión del mundo que es a la vez “orfeíca” y “moiseíca”. Orfeíca, en cuanto que mira hacia atrás en vez de hacia delante y, olvidando cuál es el mundo contemporáneo, sus innovaciones tecnológicas y la interdependencia entre países, sigue viendo la realidad como si el país viviese todavía en un ámbito semiautárquico donde las decisiones económicas y empresariales dependiesen casi exclusivamente del Gobierno. Moiseica, en la medida en que no se entiende que no existen derechos que consistan en devengos si no existen ingresos, y que piensa que no hay más que exigir para que, como el maná, el dinero descienda desde el cielo; sin entender que el exceso de hoy ha de pagarse mañana, no sólo en dinero, también en paro. Esa mentalidad tiene como consecuencias prácticas el ocultar o hacer de menos todo lo relativo a la iniciativa privada, y en dificultar muchas veces, por vías variadas, el crecimiento económico.              

               No se me escapa que es ese un mal común en España, y aun en gran parte de Europa, pero aquí, en Asturies, esas mentalidades tienen un peso especial por nuestra historia económica minera e industrial y por el volumen de la empresa estatal con Franco. Además, desde la Transición, esas mentalidades se han constituido como dominantes, tanto en el discurso colectivo como en lo que podríamos denominar la ocupación de los medios, constituyendo en estos un relato, sino exclusivo, sí al menos predominante y, desde luego, reduccionista. Y en todo caso, sean cuales sean las manifestaciones de esos males fuera de nuestras lindes, lo que a nosotros nos deben preocupar —y lo que debemos solucionar— son nuestras cosas.

Entrevista n'ASTURIES.COM

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entrevista de Pablo R. Guardado p'ASTURIES.COM el 18 de Marzu de 2012


Sánchez Vicente: "Na campaña eleutoral nun se ta tocando nin un solu tema d’interés p’Asturies"

El 25 de marzu Asturies tien una cita nueva coles urnes. Xuan Xosé Sánchez Vicente (Xixón, 1949), presidente del PAS, escritor y comentarista políticu, faló con Asturies.com de l’actualidá del país.

¿Qué-y paez el desarrollu que ta teniendo la campaña eleutoral hasta’l momentu?

Una riestra rutiazucos de tópicos insulsos.

¿Tán tratándose temes d’interés p’Asturies o más bien ye una campaña venceyada a los intereses de los partíos estatales?

Creo que nun se ta tocando nin un solu tema d’interés p’Asturies. Lo único que se fai, por toos, ye repetir les posiciones de caún nel tableru d’España. Eso incluye a Foro y a IU.

¿Qué papel tien l’asturianismu nesti contestu?

Pues, prácticamente ningún. Y, anque lu quisiere tener o s’esforzare nello, ye dafechamente invisible pa la población.

¿Cree que Foro pue considerase un partíu rexonalista/asturianista?

Nun paez otra cosa qu’una versión del PP, más la palabra ‘Asturias’, pero ensin ningún conteníu asturianu/asturianista/nacionalista. El so discursu ye’l discursu casquista, nada más, per agora.

¿Ve a la formación de Francisco Álvarez-Cascos como un partíu de llargu percorríu o cree que ta condergáu a tornar al PP?

Eso, ¿quién lo sabe? Depende de los resultaos d’estes y de les prósimes, asina como de la propia persona de Cascos. Ensin él, Foro esapaez.

La encuesta del CIS da como ganador al PSOE y prevé la entrada d’UPyD na Xunta Xeneral, que sería llave de gobiernu. ¿Confía en que se dean estos resultaos el 25-M?

Yá lo veremos. Yo creo que nin los electores, una parte importante, sabe si va votar nin lo que va votar.

¿De qué color va ser l’Executivu próximu?

Pues nun lo sé. En ningún casu, nin asturianu (política y culturalmente, claro; sí personal o geográficamente) nin asturianista.

¿Qué supondría pa la llingua y cultura asturiana la entrada d’UPyD nun hipotéticu Gobiernu?

El casu d’UPyD ye perreru. Ye un partíu contra les autonomíes, que tien como programa central reducir les autonomíes o suprimiles, y devolver competencies como sanidá y educación al estáu central. ¿A qué se presenten a un parlamentu autonómicu?

Esti mes cúmplense 14 años de l’aprobación de la Llei d’Usu del Asturianu, iniciativa del PAS que siguen ensin cumplise.

Convién recordar que costó munchu (y, en parte, costó-y a Marqués que lu echasen del PP, que lu echase Cascos). Convién recordar que diximos a tol mundu que diba ser lo único que díbamos tener en décades (o pa siempre). Y convién recordar que los ‘fenómenos’ (sedicentes asturianistes, l’Academia, IU…) ficieren una campaña terrible escontra nós por algamalo. Güei, como dixéramos, ye lo único qu’esiste (y, por desgracia, lo único que vamos tener). Los efectos fueren que l’únicu partíu que fexo daqué pol asturianu ta fuera’l Parlamentu. ¡Asturianaes!

¿Tienen los partíos políticos más consideración hacia la llingua asturiana anguaño qu’hai cinco llustros?

Apaecío. O sea, nada, la mayoría. Un migayín, dalgún. Menos mal qu’esiste la Llei y tienen que cumplila (toponimia, enseñanza…) y hai ehí un sitiu onde garrase. ¡Vamos ver lo que dura, con toles organizaciones parlamentaries despreciando l’asturianu o teniéndolu en casi nada!

Asturies camina hacia los 100.000 paraos y Arcelor-Mittal amenaza con desllocalizaciones. ¿El país tien futuru?

Más bien prietu. Y colo que se va votar nes prósimes elecciones, peor, sea cualo sea lo que se vote.

¿Cree que la ciudadanía ta realmente desencantada colos políticos?

Ta perdesencantada, pero son los ciudadanos los responsables de lo qu’hai y los que vuelven votar a los mesmos políticos a los que critiquen.

¿Qué valoración fai del movimientu 15-M?

Que too ello tien mui pocu contactu cola realidá, que ye parte del movimiento contra la política, y que tolos movimientos contra la política y los políticos inxamás tuvieren bonos resultaos pa la democracia y, polo tanto, pa toos y caún de los ciudadanos.

ASTURIES.COM del 18 de Marzu de 2012