
Quedamos a la espera de ver les sos declaraciones pa col Festival Eróticu de Xixón, seguro que serán impactantes (vean de lo que falo EQUÍ).
Por si acasu, dalgunes alternatives pal añu que vien ...
Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu


Lancia, como probablemente van sabiendo munchos asturianos, fue la ciudá más importante de l'Asturies tresmontana, y nella prodúxose una resistencia notable contra Roma.



¿Pa qué voi decir nada? Ríanse ustedes solos.
Pa más información:
«El Principado admite que calculó mal sus ingresos», decía un titular de La Nueva España el 7 de abril. Ahí, en ese titular, se resume lo que es una parte muy importante de la política de los sucesivos gobiernos del PSOE y de sus socios de IU: la mentira sistemática, y, en este caso en particular, la mentira y el engaño con las cifras.
Por otro lado —y al margen ya de los efectos económicos— el cubileteo y la mentira con las cifras sirve a sus manipuladores ya de milagrosa varita mágica, ya de rebenque, alternativamente. De varita mágica, para engañar a los incautos y a quienes no quieren realizar esfuerzos para ver el mundo circundante tal como es. De rebenque, para los numerosos votantes adictos a la disciplina inglesa y al cuero, que no esperan otra cosa sino a que los sigan golpeando con la fusta del engaño para tener el gozo de poder renovar su fidelidad una y otra vez.
La autovía del Cantábricu nun lleva n'execución más que venti años. Tou esti añu tuvo parada no que faltaba, bien porque nun tuviere proyectos, bien porque nun tuvieren adxudicaos los tramos ensin facer, bien porque, tando adxudicaos, el Gobiernu nun pagó a les empreses lo que facíen.
Asina que, en vísperes de les autonómiques, pa mayu, veremos inaugurar un subtramu d'un subtramu d'un migayín d'autopista. Y va haber dos o tres maquinuques escargatando pelos praos.
Estos rapazos del PSOE son maestros en la mentira y el disimulo. Como todo el mundo sabe, en Afganistán hubo y hay una guerra. Primero de frentes, luego de guerrillas; ahora, en una combinación de guerrilla, guerrilla urbana y frentes. En esa guerra han muerto ya 92 ciudadanos españoles.
Muestras de Xixón, han manifestado las patronales de empresarios y constructores -se lo juro por LA NUEVA ESPAÑA, de donde extraigo los textos, que es literal-: «Estamos totalmente despistados en este momento. Lo que sí podemos decir es que, en materia de infraestructuras, Asturias no cuenta para la Administración central como debiera». Y, asimismo, resume un titular: «Las empresas instan al Principado a plantar cara al Gobierno para salvar la obra pública». Y, ahora, las inquisiciones: ¿Pero es que alguna vez Asturies y su Gobierno han pintado algo para el central en materia de infraestructuras o cualquier otra? ¿Acaso en alguna ocasión un Ejecutivo del PSOE ha osado levantar la mirada hacia arriba ante las órdenes de Madrid, cuando ellos gobiernan en la capital? ¿Y no es más cierto que la mayoría de los empresarios deben venir votando habitualmente a PSOE y PP (que se comporta exactamente con la misma sumisión que el PSOE) y que, por otro lado, jamás se les ha oído quejarse de la nula voluntad de autonomía de estos dos partidos, y hasta la han aplaudido como muestra de «sensatez y prudencia»? ¿Y no pertenecerán, además, un gran número de esos gerifaltes a esa enorme cantidad de asturianos que está en contra del poder autonómico y quiere sustituirlo por el central, porque piensa que éste los atendería mejor?
La segunda manifestación pasmosuscitante o ablucante ha sido la de don José Ángel Villa, jerarca del SOMA, que «exige al Principado que se plante ante el parón de la autovía». Y que «acusa al Gobierno central de incumplir el plan minero si relega el eje a La Espina». Y vuelvo a entrugar: ¿Pero este don José Ángel no es uno que estuvo en la ejecutiva del PSOE? ¿Y no dio él la batalla por poner a don Javier Fernández por don Vicente Alberto? ¿Y no presumen don Ángel y don Javier de haber aportado ellos los votos decisivos para que triunfase don José Luis en el congreso del PSOE y fuese así presidente del Gobierno? ¿Y entonces de qué hablan? ¿O a quién representan? ¿O acaso no son los mismos unos y otros? ¿O es que no pintan nada los del PSOE en Asturies y sólo valen para llevar votos, incienso y mirra (como los del PP) a sus jefes a Madrid?«El TSJA anula la designación a dedo de más de 200 altos funcionarios del Principado (a través de sucesivas sentencias)». El anterior titular de La Nueva España, de 6 de julio de 2009, venía a resumir parte de los frecuentes fallos contra las decisiones administrativas del Gobierno socialista (anulación de oposiciones, anulación de la llamada carrera profesional para el personal no sanitario, anulación de las plantillas de los centros de enseñanza…). Esa continua mala práctica de gestión y administración socialista obedece a distintas razones: una de ellas es la chapucera forma de gobernar, administrar y legislar con que, en general, se manifiestan los diversos poderes del Estado en las últimas décadas, comportamiento en el que los socialistas, especialmente los asturianos, resultan primorosos.
Ahora bien, esa conducta rutinaria no obedece únicamente a un actuar ignorante o desidioso, sino que, especialmente en los casos que afectan al empleo, responde a una voluntad deliberada de exhibición de poder, con su corolario de sumisión de los individuos y fidelidad electoral. Efectivamente, quienes saben que, por ellos o para ellos, se ha violentado la ley refuerzan su compromiso si ya son propios, agradecen la dádiva si son próximos, toman nota de cuál es el camino, si ajenos. Y todos, unos y otros, saben quién tiene la fuerza y cómo la hace sentir, dulce o amargamente, según el «corrimiento hacia el rojo» que uno tenga con respecto al manantial de beneficios.
En cualquier caso, ese proceder socialista con respecto al derecho no es de hoy ni se produce únicamente en el ámbito de gobierno de la administración del Estado. Podemos recordar una de sus manifestaciones en la interpretación torticera de la Constitución que durante la II República se hizo para desalojar a Alcalá Zamora de la Presidencia (con las consecuencias que ello conllevó). Es también notorio en el conjunto de la redacción del estatuto de autonomía de Cataluña, por ejemplo, estableciendo en él —en la parte—, cómo debería ser la futura legislación de financiación de las autonomías —del todo—, anomalía que, con su habitual sutileza expresiva, ha subrayado hace poco en estas páginas don Bernardo Fernández Pérez. Se advierte en las reiteradas amenazas del Honorable Montilla, en caso de que el Tribunal Constitucional modificase sustancialmente el nuevo estatuto catalán.
De modo que esa violencia o menosprecio al imperio de la ley y sus límites no es endemismo local ni enfermedad hodierna, sino que constituye una especie de libro de estilo, de manual corporativo del partido socialista (no de todos sus miembros, es obvio). Que ello sea así obedece a razones más profundas y de más arraigo que las de las ventajas en el ejercicio del poder. ¿Cuáles son?
A mi juicio, un complejo conjunto ideológico/discursivo y emocional del que podemos entresacar dos vectores. El primero, la idea de que el socialismo (y su personificación, por tanto, el PSOE) no es una más de las fuerzas que actúa en el sistema, sino la que encarna su superación y la que representa el futuro, y, en consecuencia, «la buena», la que tiene el depósito de superioridad moral. El segundo, la persistencia, más o menos confusa, de una vieja idea izquierdista, la de que la democracia hodierna es la «democracia burguesa», una pseudodemocracia en la que las reglas de juego están siempre trampeadas a favor de los poderes ocultos. Desde esa perspectiva, el circunvalar la ley o traspasarla no sólo tiene el atenuante de que se sortean inconvenientes injustos, sino de que se labora siempre a favor del “bien” y del futuro inevitable, en la dirección del viento teleológico de la historia.
Y, sin embargo, el respeto a la ley y los procedimientos, las limitaciones impuestas por ellos no son únicamente un perifollo de la democracia, un envoltorio molesto que nos dificulta el aprovechamiento de su meollo. Los aspectos procedimentales y normativos, las reglas, los límites, son parte tan constitutiva de un sistema de libertad como los contenidos sustantivos del mismo; son ellos los que defienden el todo del abuso de una parte o de la apropiación total o fragmentaria de lo colectivo por una facción.
Como debería saber cualquier demócrata.



Parez ser qu'un de los artífices de los "magníficos" actos que nos esperen pal día de la Nación Asturiana, ye Jose Luis Moreno (el famosu ventrílocuo).
En xabaz competencia pola so asturianía, y por recoyer lo mejor del «sabor y tradición asturianes» (Areces dixit), anden engarriaos estos díes l'Ayuntamientu d'Uviéu (PP) col Principáu d'Asturies (PSOE+IU) poles principales actuaciones folixeres (ver la prensa d'estos díes).
Nota. imaxen de j.j na Nueva España.