Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
De los sueños hicimos pesadilla (Pravia)
El pasáu 23, martes, presenté en Pravia De los sueños hicimos pesadilla.
Tuve un conceyu prestosísimu, con muncha xente que conociera a mio padre, con dos politicos y amigos de la época de la fundación de la democracia, Francisco Javier Fernández Casielles y Carmen Ortiz Durán.
Esta, además, fizo una presentación cariñosísima de la mio obra, lo mesmo que la bibliotecaria, Cristina Jerez.
Pongo tres semeyes de la presentación y la presentación de la bibliotecaria, Cristina Jerez:
Está tan bien reflejado el ambiente y lo cotidiano del Gijón de la época, escenario principal, aunque no el único en el que se desarrolla la obra, que nos parece estar paseando por él. Desde el luego el proceso de documentación fue un gran trabajo que le llevó dos años, aunque se sirvió también de retazos de las historias que escuchaba de niño. Porque los más de trescientos personajes que pueblan la obra son todos reales, ya sea con nombre y apellidos verdaderos o camuflados bajo otros. En este sentido, es un gran acierto el índice de personajes que facilita la lectura y aclara las relaciones entre ellos. Otro aspecto positivo que vemos es la estructura. La novela está organizada en siete capítulos que agrupan “escenas” ubicadas temporal y espacialmente que la dotan de agilidad y cierto aire cinematográfico.
Respecto al contenido, ya el título nos anuncia con ese “hicimos”, como apuntó el editor de la obra, la ausencia de maniqueísmo, la intención de exponer los hechos históricos sin tomar partido, porque todos somos partícipes y afectan a todos, de una u otra manera. Queda patente también la idea de la vida como corriente que nos lleva, lo poco conscientes que somos de la importancia del azar en nuestras vidas y la sinrazón de la violencia ciega. En definitiva, una lectura muy recomendable para disfrutar y reflexionar sobre el pasado y el presente.
Como detalle anecdótico que aportó emoción a la tarde, asistimos al reencuentro de tres amigos que coincidieron como diputados en la Junta General en la década de los ochenta y que participaron de los sueños y esperanzas de la transición. Una tarde redonda!
Obra completa de Jesús Martínez Fernández (II)
El pediatra y amigu Venancio Martínez faime llegar los dos tomos de la Obra Escrita de so padre, Jesús Martínez Fernández, médicu puericultor, investigador, escritor y eruditu, arreyáu siempre a la so Navia natal y de los sos amores.
Esti ye'l segundu tomu, comprende dellos estudios sobre Xovellanos y otros varios: sobre Campoamor, estudios médicos históricos, arqueolóxicos... Consta de seiscientes ochenta y siete páxines y un epílogu del fíu.
Obra completa de Jesús Martínez
El pediatra y amigu Venancio Martínez faime llegar los dos tomos de la Obra Escrita de so padre, Jesús Martínez Fernández, médicu puericultor, investigador, escritor y eruditu, arreyáu siempre a la so Navia natal y de los sos amores.
Esti ye'l primer tomu, dedicáu íntegramente a dellos estudios sobr la villa, que van de la prehistoria a los nuestros díes. Consta d'ochocientes trenta y seis páxines.
Tanto retrata lo dicho como lo callado
(Ayer, en La Nueva España)
TANTO RETRATA LO DICHO COMO LO CALLADO
Vistiendo un traje azul muy claro, casi gris, corbata más rosa que roja y nudo simple, la insignia del Principáu en la solapa, sendas pulseras de tela en las muñecas, el Presidente comparece durante una hora para, con dicción clara y pausada, hacer, al mismo tiempo, rendición de cuentas de la gestión del Gobiernu y anuncios de futuras actuaciones, casi todas, por cierto, ya conocidas o pregonadas con anterioridad.
Los éxitos económicos, la mejora en el empleo, la buena marcha de los instrumentos de impulso a la actividad abren su discurso, al que siguen inevitables tópicos de la actualidad, el cambio climático, por ejemplo, los incendios, o, más tarde, Gaza y sus masacres.
Junto con las cifras invertidas o las que se anuncian para el futuro, aparecen los problemas sin resolver: el Huerna, la red eléctrica, los posibles recortes de la PAC y otros fondos para el campo. Frente a todo ello, anuncia determinación y pide consenso. Aduce también las ayudas concedidas a las empresas, el apoyo a las mismas, las agencias destinadas a captar inversiones o acelerarlas.
A medida que avanza el discurso se entra en materias que tienen al menos un punto de ideología en su consideración y tratamiento: la sanidad, la educación (en las decisiones de cuya materia -escuelines, matrícula universitaria gratuita, pacto escolar- don Adrián se muestra especialmente orgulloso y reconoce algún error), la acogida de menores, las políticas de igualdad y la lucha contra la violencia, la memoria histórica y las fosas comunes.
La estaya discursiva al respecto de la cultura la hizo en asturiano -lo que aplaudo-, con especial referencia a la cultura tradicional, la llingua y la sidra; e hizo un anuncio de una imprecisa de momento “Llei de la cultura”, que ignoro si será en parte, o no, coincidente con lo que don Ovidio Zapico planteaba el sábado 20 en LA NUEVA ESPAÑA.
Dos observaciones. La primera, referida a su continua apelación al diálogo y al acuerdo. Es ello difícilmente conciliable con sus continuos «plizquinos» a la derecha, especialmente al PP, acusándolo de estar entregado a la ultraderecha y de no tener planes ni dirección. La segunda, su huida de enfrentamientos con el Gobierno central, con el Gobierno de los suyos. Anuncia, por ejemplo, que va a acudir a Europa por el asunto del Huerna, pero es don Pedro Sánchez el que se niega a eliminar el peaje, es más, va a bajar otros antes que el de Asturies. Es del Gobierno central de quien depende el anillo central eléctrico, para poder atender nuevos requerimientos industriales; para Cantabria y el País Vasco ya se ha comprometido el reforzamiento del sistema eléctrico. Financiación justa e igual para todos, se reclama. Perfecto, ¿pero tenemos algo que decir sobre Cataluña?
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
EMPEDRADOS DE BUENAS INTENCIONES
BOPA y BOE, están, como el infierno, empedrados de buenas intenciones, es decir, de promesas.
Lamento volver sobre los retrasos en pagos o el incumplimiento de los compromisos sobre ellos. Me centraré en lo relativo a la vivienda. Como saben, la Unión Europea ha impulsado medidas de reforma de los edificios de una cierta edad, con el fin fundamental de reducir el consumo energético. Obviamente, esa actividad anima la industria de la construcción y propicia el empleo. Al tiempo, mediante los instrumentos económicos destinados a estimular y subvencionar esas actuaciones, permite que puedan participar muchos vecinos que no alcanzarían a esos gastos sin las ayudas. El impulso de la Unión Europea, como es natural, se ha trasladado desde el BOE y desde los boletines autonómicos, el BOPA, en nuestro caso.
Pues bien, todas esas buenas intenciones quedan después desatendidas o fracasan en la práctica. Dos ejemplos. El primero, nuestro. En titulares: «Decenas de edificios se quedan sin reformar en Asturias por el retraso de las ayudas». La razón, la demora en tramitar los expedientes por parte del Gobiernu. Es más, algunas de las subvenciones concedidas podrían tener que devolverse, porque las obras no estarían acabadas antes del plazo establecido (30 de junio de 2026). En total: el daño, más de 14 ó 18 millones, en números redondos.
El BOE no le va a la zaga. En uno de esos decretos mangaráu u «omnibus» decaídos este año, venía la prórroga para la deducción por obras para la eficiencia energética, por el que se podía desgravar en cinco años hasta un 60% de lo invertido, cuyo plazo concluía a finales de este 25. ¿Se ha renovado de forma individual esa deducción mediante un decreto específico? No, y, sin embargo, se ha hecho con otras medidas decaídas en los «omnibus»: electrointensivas, coches eléctricos…
¿Interés por la propaganda? Todo. ¿Por la economía real y por los ciudadanos? Muy escaso.
Un nuevu comentariu, d'una llectora
Hoy quería invitaros a leer este magnífico trabajo convertido en libro de mi amigo desde los 17 años, Xuan Xosé Sánchez Vicente, vió la luz en diciembre 24 y ya va por la 2ª edición y a más que llegará, trata sobre lo ocurrido en la nefasta guerra civil española; los asturianos fueron masacrados igual que en otras partes de España. El libro es un fiel y verídico reflejo de lo ocurrido. No os lo perdáis.
Ehí ta
Ehí ta. Por fin. Tardó cinco años, pero, por fin, llegó la reparación del dique de Llastres. Pel mediu, mentires, sobrecostos, rocees...
Rolles y colores
Rolles y colores.
De va poco p'acá, munchos ganaderos tán emplegando plásticos de colores pa endolcar les rolles d'herba.
Agradecémoslo el paisaxe y yo.
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
«NO HAY PLAZO QUE NO SE CUMPLA…
Ni deuda que no se pague», escribía Tirso de Molina, antes de completar el título con aquel «y convidado de piedra». Pues bien, nuestro Gobiernu, aficionado a los clásicos, tiene por costumbre dejar correr los plazos hasta su cumplimiento, pero no cumplir con las obligaciones que entrañan esos plazos. Están plenamente de acuerdo en que no hay deuda que no se pague, pero, sobre el cuándo, él es partidario del también clásico «Dios proveerá», y dilata el cumplimiento de sus plazos y obligaciones ad kalendas, sabedor de que, paciente o impaciente, al acreedor, al ciudadano, ¿qué otro remedio le queda? Algunos ejemplos, en titulares recentísismos:
«Las ayudas de los incendios de 2017 siguen sin pagarse». «El Gobierno asturiano concede 1,55 millones de euros en subvenciones [al coche eléctrico] solicitadas entre agosto de 2022 y febrero de 2023». Añadan que, a finales de agosto, la ejecución presupuestaria era solo del 36%, con lo que pueden calcular nuevos plazos incumplidos y deudas no pagadas.
El Gobierno tampoco le anda a la zaga: en septiembre de 2021 se produjo una erupción volcánica en La Palma. Pues bien, a principios de este mes transfería 6,1 millones de atrasos comprometidos para paliar daños, y quedan todavía 52,5 millones pendientes. En Valencia, 43.592 personas solicitaron las ayudas directas destinadas a paliar daños personales, materiales y pérdidas en viviendas y enseres. Sin embargo, solo 6.102 familias han recibido el pago, lo que equivale al 14 % del total. El 86 % restante, más de 37.000 hogares, continúa esperando. El Gobierno central mantiene pendientes más de 620 millones.
La solución, según muchos pregonan, es fácil: reduzcamos los días que trabajan los funcionarios, a sólo cuatro a la semana. Así, más felices, serían más productivos y los expedientes volarían. Y no ocurriría lo que cuenta Gan Pampols: «Pedí voluntarios para la reconstrucción y logré 2 técnicos y 11 interinos, de 23.000 funcionarios».
Pongámonos al día.
Un nuevu comentariu (De los sueños hicimos pesadilla)
(D'una llectora)
“De los sueños hicimos pesadilla” es una novela que atrapa desde las primeras líneas. Está muy bien escrita, lo que no me sorprende.
Cuenta una de las tragedias de nuestros tiempo, la España de los años 1929-1945, de la que se habló poco en familia. Ese es otro de sus méritos, rescatar los hechos y contarlos. Los personajes, de todo tipo y condición -otro de los hallazgos- viven sus vidas en medio de acontecimientos políticos que, como sucede ahora, polarizan. Hay odio, pero también amor, amistad, cambios sociales.
El relato dramático deja un poso de tristeza. La condición humana no puede dejar de ser como es. Gijón es, en este caso, el escenario, pero podría ser cualquier ciudad española en esos años.
Enhorabuena. Por cierto, me pareció muy cinematográfica.
Vaques y garcines
Vaques y garcines (13-09-2025), L'Aspu, Llastres, Colunga.
De xemes en cuandu, les garcines van comer nel focicu les vaques, que nun remunguen.
Un imposible y algunos posibles
(El sábadu, en La Nueva España)
INCENDIOS: UN IMPOSIBLE Y ALGUNOS POSIBLES
Me atrevo a decir alguna cosa sobre los incendios del campo y lo que pudiere hacerse en el futuro para reducir su número o violencia. El primer remedio, el remedio fundamental que se propone, es un imposible: «Para frenar los incendios del monte asturiano hay que reintroducir una especie en extinción: el paisano», escribía, aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, José Antonio González Díaz, profesor de Geografía y Ordenación del Territorio en la Universidad de Oviedo, el 22 de agosto. Pero eso es imposible: desde hace décadas el campo se ha ido abandonando por razones económicas y vitales, y aún quienes quedan hoy allí tienen una media de edad muy alta. Eso no tiene reversión. La consecuencia, en gran medida, es que, abandonados el campo y el bosque al matorral, los fuegos son ahora más virulentos y corren por una extensión mayor. ¿Cabe hacer algunas cosas para limitar la situación y prevenir el daño?
Diría que la principal es no seguir incentivando a quienes aún viven de la ganadería y la agricultura -principalmente de aquella- para que se marchen, es decir, dejar de crearles molestias innecesarias o de exigirles actuaciones que pudieran ser menos complicadas o inexistentes. Pero, en general, lo que sienten los habitantes del campo es que se los hostiga permanentemente o que se desconoce cuál es la realidad de su trabajo y su ámbito. Y ya me dirán si consideramos las palabras de alguien que estuvo en la Administración, aunque no las tengamos por generalizables universalmente: «La triste realidad es que odian a los ganaderos. Yo he oído hablar a algunos funcionarios de la Consejería de Agricultura (o de Medio Rural) y para ellos un paisano con vacas es un elemento a perseguir».
Señalemos dos fuentes permanentes de molestias o impedimentos. La primera tiene que ver con la burocracia y la política, y son las dificultades y trámites que los paisanos tienen para limpiar, desbrozar, cortar leñas o hacer quemas controladas. El discurso oficial es que todo ello es posible y que las quejas no tienen motivación o que responden a un discurso político. La realidad es que cuando se pregunta, no a los discurseadores de los medios o a los funcionarios, sino a los habitantes del agro las respuestas son tajantes: todo son dificultades y trámites impertinentes. La respuesta de un padeciente: «Sí, llegalmente hai una normativa que regula les quemes controlaes ente ochobre y marzu, el problema ye qu'esa normativa ye casi imposible de cumplir y la xente ya renuncia a solicitar quemes porque cuando se autoricen nun quema y les zones que permiten nun son realmente les que más falta tienen. N'Onís por exemplu solicitóse munches vegaes nos caberos años y namás se autorizaron dos y fue depués de tar tola nueche orbayando. Como anécdota, ún d'esos dís yo gasté dos mecheros y nun llegó a quemar nada...». O de otro: «ta prohibíu tou, hasta jacer un borrón en un práu, hai que pidir permisu y dántelu pa quemar el día que orbaya. Lluego piden acotar lo quemáu al ganáu cinco años pa que rexenere. ¡En cinco años sin carga ganadera ta pa quemar otra vez, hom!». Y si desean más información real sobre la realidad: https://www.lne.es/asturias/2025/08/31/revolucion-desbroce-emerge-rescoldos-incendios-121089836.html.
La segunda de esas fuentes de ataques a la actividad campesina es el lobo. Su cada vez más frecuente actividad provoca que el ganado ocupe cada vez menos zonas de pasto alejadas de la casería y, por tanto, que estas se vayan llenando de maleza. Al margen de que, como es evidente, levanta entre los ganaderos una sensación de burla y persecución por parte de las administraciones y los defensores del pueblo lobuno que invita a desistir de su ocupación, a poco que se den las condiciones para abandonarla.
Otro de los aspectos en que se pueden intentar modificar las cosas es en la propiedad de los montes. Estos días ha menudeado el ejemplo de Soria y otros lugares, y la escasa incidencia de los incendios en sus bosques. Una de las causas que se aducen es el aprovechamiento colectivo de sus montes y su gestión comunitaria, de vecinos y ayuntamientos. En Asturies, sin embargo, tenemos un 50% de los montes comunales que son en realidad propiedad de nadie. Modificar legalmente esa situación, implicar a vecinos y ayuntamientos, como desde hace décadas vienen, entre otros muchos, reclamando Juan Luis Rodríguez-Vigil y Jesús Arango, que fueron miembros del Gobiernu y que no pertenecen a las “fuerzas del mal”, y a los que, sin embargo, hacen menos caso que las monjas de Belorado a su obispo, sería necesario; aunque, a decir verdad, la limitación de “efectivos”, de habitantes en activo, en el campo asturiano, condicionaría su efectividad.
Se pueden tomar algunas decisiones más. Por supuesto, se puede mejorar la coordinación entre administraciones, la prevención, los medios contra incendios, etc. Ahora bien, lo que hay que tener presente es que les perres nun les dan les sebes. Dicho de otra forma, he visto propuestas que multiplican ad infinitum y para todo el año las dotaciones personales, los medios, las actuaciones, etc. Es una visión del mundo muy general, ya no carmencalvista, sino milagrera. Ha de tenerse en cuenta, además, que existen multitud de corporaciones locales de escaso músculo financiero y mínima dotación de personal.
Un par de notas marginales, pero pertinentes. En enero de 2020 don Pedro creaba el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Y en 2021 presentó un plan multimillonario para hacer frente a la «pérdida de población, la dispersión poblacional y baja densidad y el envejecimiento de la población», al que se destinaban 10.000 millones de euros. Hoy, gastados 13.000 millones en cosas varias dentro de ese programa, ya ven ustedes cómo sigue todo, en el abandono progresivo de los pueblos y en escasez de medios.
Segunda nota. Es de este periódico, del 5 de septiembre: «Los afectados por los incendios que hace ocho años arrasaron 2.000 hectáreas de los municipios de Ibias, Allande, Degaña y Cangas del Narcea no han recibido todavía ni un euro de los 500.000 anunciados en ese momento por el Gobierno de Asturias. Mientras que en 2023, tras uno de los mayores incendios de la región, el 40 por ciento de los afectados se quedaron sin ayuda regional».
Pues nada, ustedes dirán.
Historia de la Lliteratura Asturiana (I)
La nueva "Historia de la Lliteratura Asturiana", una obra de "referencia"
La reedición, revisada y ampliada, del volumen que en 2002 coordinó el fallecido Ramos Corrada, incorporara un segundo tomo dedicado a los siglos XX y XXI
Marta Mori y Xosé Ramón Iglesias Cueva son los coordinadores de la reedición, actualizada y ampliada, de "Historia de la Lliteratura Asturiana", cuyo primer tomo, que abarca desde la Edad Media hasta finales del siglo XIX se presentó ayer en Oviedo, en la Biblioteca de Asturias. La nueva edición, indicó Mori, pretende erigirse en "obra de referencia" para estudiantes e investigadores, "el manual que usarán los estudiantes de Filología asturiana y que utilizarán investigadores de otras universidades que se interesan por el asturiano", y servir, en palabras del presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, como "una carta de presentación de la literatura asturiana a lo largo de los siglos".
"Historia de la Lliteratura Asturiana" es una reedición, revisada y en dos tomos, del volumen que en 2002 coordinó Miguel Ramos Corrada, ya fallecido. "La literatura asturiana contemporánea estaba sin estudiar, toda la del XXI, 25 años de producción, y la generación joven lo reclama", indica Mori. De aquel trabajo de 2002 hay capítulos que mantienen su estructura, como el dedicado a la época medieval, a cargo de Xosé Lluis García Arias, y el que trata sobre la segunda parte del XIX, firmado por Xosé Ramón Iglesias Cueva. Marta Mori se ha ocupado de actualizar el dedicado al siglo XVIII, con nuevos datos. Hay un capítulo sobre la literatura oral, del que en la primera edición se ocuparon Ana Cano y Antonio Fernández Insuela, a quienes ahora se incorpora la joven investigadora Marta López Fernández. De la actualización de los dos capítulos que firmó Ramos Corrada en 2002 se han ocupado ahora Xuan Xosé Sánchez Vicente y Xaime Martínez.
"El estudio de la literatura de nuestra tierra, a la par que la creación literaria, es la mejor garantía del futuro de las letras asturianas", hizo constar González Riaño, que, aprovechando la presencia de José Mompeán, coordinador de la Candidatura de Oviedo a Capital Cultural Europea, expresó el respaldo de la Academia a la iniciativa y ofreció su colaboración en la planificación de actividades y eventos. Al acto de presentación asistió también el director general de Acción Cultural y Política Llingüística del Principado, Antón García.
(Información d'Elena Fernández Pello, en La Nueva España del 11/09/2025)
"La columna", nel cargaderu de la playa del Astuera
"La columna", na playa del Astuera, restu, xunto col pantalán, de la instalación que traía mineral, vía aérea, de Carrandi pa cargalu nos barcos.
De los sueños hicimos pesadilla
De los sueños hicimos pesadilla. La presentación d'ayer en Llastres. A mi prestóme abondo. Yo creo qu'a los asistentes (casi too muyeres), tamién. Dellos yá teníen lleída la novela.
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
ENTRE LOS «CUENTINOS» Y LAS INCÓGNITAS
Destacados miembros del Gobiernu Asturianu acusaron al PP de antiasturiano cuando en enero, este año, el Congreso rechazó dos decretos mangaráu (habitualmente llamados «omnibus»). En uno de ellos se proponía la continuación de las ayudas a la industria electrointensiva, lo que en Asturies afectaba a centros como Arcelor o Azsa. El decreto decayó por el desacuerdo de parte del bloque que nombró al Gobierno y lo sostiene, así como por el de la oposición. Pero no se acusó de la derrota, por sus efectos, a los socios del Gobierno, sino, únicamente, a una parte de la oposición, al PP.
Ahora bien, a finales de agosto, el Gobierno obligó a las eléctricas a aplicar, con efectos retroactivos, a las electrointensivas el descuento que había decaído con el rechazo de enero. Como ven, las cosas se arreglan cuando se quiere y se cuentan como da la gana. Proceso parejo ocurrió, recuerden, con las ayudas a coches eléctricos.
Si bien no se sorprenden ustedes con ese vicio de los «cuentinos» (creo que lo llaman «rellatu»), sí quizás se sorprendan con alguno de los aspectos relacionados con la vivienda. El ruxerrux omnipresente es el relativo a su progresiva carestía, a su escasez y a las dificultades de la mayoría de la población para acceder a una vivienda. Pues bien, el número de hipotecas para la compra de vivienda no para de crecer. En junio, en el conjunto de España, aumentó un 31,7% sobre el mismo mes del año anterior, y el número total de préstamos fue el más alto desde 2022. En Asturies, creció un 29% en un año, por encima de la media estatal (25%), alcanzando cifras que no se lograban desde 2011. ¿Cómo casa esta realidad con otras, y, sobre todo, con el discurso de tintes absolutamente negativos, sin matices, es cosa que habrá que pensar y repensar para tener una visión más precisa de la realidad?
Güei, en Llastres
Esta tarde, a les 6, nel Centru Social de Llastres (SDTL), tengo un alcuentru con vecinos y llectores pa falr de la mio última novela en castellanu, De los sueños hicimos pesadilla. Vémonos ellí.
Identidades indiscutibles y discutidas
(El día d'Asturies, en LNE)
IDENTIDADES INDISCUTIBLES Y DISCUTIDAS
El 25 de agosto de 1707 nacía en Madrid el primogénito de la unión de Felipe V y María Luisa Gabriela de Saboya, el futuro Luis I. Ese mismo año se publicaba una composición, escrita el 2 de septiembre, titulada «Carta que escribe un asturiano de esta Corte, à otro asturiano, dándole cuenta, cómo parió la Reyna nuestra Señora a un Príncipe de Asturias; vá en su Lengua Antigua». El poema es un larguísimo romance en asturiano, en cuatro hojas. He dicho en asturiano, bueno, en un lenguaje que pretende ser asturiano, utilizando en muchas ocasiones lo que podríamos llamar «hiperasturianismos». Tiene interés el texto, sus expresiones y su tono, pero no es ello el motivo de mi comentario, sino otro: de forma semejante a lo que Busto Cortina estudiará para villancicos de los siglos XVII y XVIII, la Carta remeda lo que se podría tener como la lengua no castellana de Asturies, por motivos variados que podríamos discutir, pero que, en todo caso, implican el reconocimiento de una lengua no castellana, y, acaso, de una lengua no castellana en Madrid, mantenida entre los numerosos asturianos en esa villa y Corte. En otras palabras, implican el reconocimiento de una identidad.
Esa diferencia identificativa, particularizadora, es una evidencia incontrovertible para Xovellanos y sus amigos. A propósito de su proyecto de una Academia y de un diccionario del asturiano o bable, afirma: «Habíalo oído yo hablar de continuo y aún lo entendía y hablaba yo de continuo en mi niñez […] me condujeron a meditar sobre el origen de mi dialecto natural». Si avanzamos en el tiempo, anotaremos que, cuando al regreso de la primera vuelta al mundo del buque escuela Nautilus, al atracar en Puerto Rico, se homenajea a Fernando Villaamil y sus guardiamarinas con las dos más evidentes señas de identidad de que disponen, en cuanto asturianos, homenajeadores y marino, una fabada y un discurso en asturiano.
Hace pocos días acaba de ver la luz, editada por la Academia de la Llingua Asturiana, una recopilación realizada por Lluis Ánxel Núñez y por mí, Escritos Asturianos en Méxicu, en dos volúmenes, que van de 1870 a 1930. El lector me disculpará el subrayar que durante esos sesenta años, al menos, el asturiano es la lengua de la emoción y la identidad (también para la propaganda comercial) de todos esos emigrantes patrios que crean esos textos.
Sin embargo, esta seña de identidad colectiva e histórica, independientemente del número de hablantes efectivos hoy de la lengua, se encuentra negada como tal por un grupo no pequeño de ciudadanos. Y más que negada, hostigada, caricaturizada, llegando a fabular que tras ella se encuentra una conjura que tiene la intención de llevar el país a una terrible dictadura izquierdista. Es un discurso de raíces complejas, donde se entremezclan ignorancia, autoodio lingüístico y estrategia política.
Covadonga es al tiempo un lugar y un símbolo. Un lugar donde se entemecen los significados religiosos y los políticos. Poca aclaración merecen los religiosos, por su evidencia. Los políticos unen la creación del Reino de Asturies con la figura de Pelayo. Envuelve el conjunto un cierto halo misterioso, de prejuicio o superstición, si quieren, que hace que, por ejemplo, muchos conductores acerquen hasta el lugar sus coches recién estrenados, y, créanme, lo hacen gentes de escasa o nula creencia. Es lo mismo que me decía el tempranamente muerto Rafael del Riego (por cierto, emparentado con una de las víctimas de la memoria ocultada del 34), el que fuera defensa del Sporting: «yo no creo en ello, pero cuando voy a la montaña, miro con emoción hacia allí, porque algo hay allí».
En los últimos tiempos, sin embargo, Cuadonga y sus celebraciones del 8 de septiembre están siendo víctima de un proceso de descreimiento y hostigamiento. Por un lado, del religioso, debido a razones intrínsecas desde fuera de la fe, y, en general, desde la izquierda, rechazando la asistencia de las autoridades a las celebraciones religiosas en el lugar. No negaré que la boca no bien pastoreada del pastor de los fieles católicos arroja buena cantidad de ramascaya a ese incendio, pero, en el fondo, sus declaraciones no son más que una escusa para la causa. Y, sin embargo, no debemos olvidar que fue el propio Rafael Fernández, llegado del exilio, quien empezó la costumbre de asistir a los actos religiosos el día de Cuadonga. Y Rafael Fernández sabía bien toda aquella historia del 34, la Guerra Civil y Cuadonga (los invito, a conocer o revivir todo ello, incluido lo del antecesor de Rafael del Riego, en mi De los sueños hicimos pesadilla).
Por otro lado, se viene produciendo un «descreimiento» de la figura de Pelayo y de la batalla de Cuadonga, en parte por razones históricas que establecen precisiones sobre uno y otra o sobre sus dimensiones. Pero, por más cierto que sean todas esas acotaciones, lo incuestionable es que Pelayo y lo que fuere Cuadonga o luchas parecidas son el origen de algo innegable, de un episodio histórico único y de importancia europea al menos: el origen del Reino de Asturies, o, si lo prefieren, del Estado de Asturies. Verdad es, asimismo, que nunca los asturianos han dado demasiada importancia a ese hecho nuclear, si es que son conscientes de ello, lo que nos llevaría a hablar de una seña de identidad generalizada en nuestra patria: la de despreciar lo que somos y la de nuestra falta de voluntad identitaria actuante -no sentimental-, o, dicho de otro modo, de someternos siempre a Madrid y esperarlo todo del Estado. Pero van a permitirme, dada la efeméride, no ahondar hoy en esa otra seña de identidad.
Todo ello hace que una parte de los ciudadanos del mundo de la izquierda y del asturianismo doctrinal estén hoy empeñados en buscar una fecha que sustituya a Cuadonga y el 8 de septiembre. Y esa fecha está apuntando al 25 de mayo, data en que, en 1808, los asturianos comenzamos el levantamiento español contra las tropas de Napoleón para restituir el trono a la familia real y al Príncipe de Asturies, secuestrados por el Corso.
Esti xueves, en Llastres
Esti xueves, a les seis de la tarde, tengo un alcuentru con amigos, vecinos y llectores de Llastres pa falar y presenta-yos la mio última novela en castellanu, De los sueños hicimos pesadilla, que yá va pela segunda edición.
L'alcuentru, nel Centru Social.
Les pites y el llavaderu
Pa mexase de risa y nun char gota dempués
Trescribo equí esti magníficu artículu de Carlos Fernández, en LNE del 21 d'agostu de 2025
Tensión en el lavaderu y polémica rural en Llanera: identificado un vecino por lavar su alfombra con jabón chimbo
Polémica rural por el lavado de una alfombra en un pilón de Llanera
Guyame es una aldeína soleyera de Llanera, a dos kilómetros mal contados de la capital del concejo, Posada. Está orientada al sur, lo que es gran ventaja en nuestro Principado norteño, y mirando desde ella hacia ese viento se disfruta de una vega arbolada rematada por la Sierra del Naranco. Una preciosidad de vista.
Esta aldea risueña pertenece a la Parroquia de San Cucufate, inmigrante africano que martirizaron en el año trescientos y algo en San Cugat del Vallés (lo que podría dar a pensar que lo de Junts no es de ahora...), y tiene un castillo de verdad, la Torre de Los Valdés, que sigue en uso desde mil trescientos y pico. También, una capilla medio arruinada a la que le pegaron fuego en la Guerra Civil y que en los años sesenta unos vecinos de buena fe intentaron reconstruir con más voluntad que idea, siendo el resultado una especie de caseta de ladrillo, de aspecto deplorable, pero con buena historia y nombre terrible: la Capilla del Diablu. Hay varias explicaciones para esta acepción. Al parecer había una imagen de San Bartolomé pisando a Satanás, pero -muy propio tratándose del ángel caído- ardió todo. Aunque lo razonable en nuestro siglo es dudar con cierto peso de la existencia del diablo, hay gentes -según me cuentan- que se resisten a pasar por allí de noche. Igual llevan razón.
Los habitantes tradicionales de esta parroquia poseían el carácter de hidalgos, por lo que se supone que sus descendientes seguirán portándolo. Una suerte.
Guyame es también tierra de frontera, pues unos prados más abajo comienza Oviedo. De hecho, es por esta aldea abierta y grata por donde se accede al centro ecuestre, o lo que sea ahora, de El Asturcón, justo al lado, pero ya en suelo carbayón. Marcaron por ahí la raya cuando la tierra de Llanera se independizó del concejo de Oviedo, a mediados del Siglo XIX, es decir, el otro día, usando el río Nora como divisoria.
El lavadero de la polémica
Pero además de todas estas cosas tan guapas, Guyame tiene lavadero. Un lavadero de verdad, antiguo, con buenas losas de piedra, estructura estupenda de madera -recientemente recuperada- con cubierta de teja, y el caño de la fuente al lado, pero independiente, como debe ser.
No se sabe desde cuándo, mínimo la Edad Media, las mujeres de Guyame iban allí a las tres funciones del local: lavar la ropa, centralita de comunicaciones, y sala de despiece, aunque la llegada de la radio, el teléfono y las lavadoras redujeron a la mínima expresión el uso de siempre.
Días atrás un vecino de Guyame se acercó al lavadero con una alfombra de su casa. Las grandes losas eran ideales para enjabonarla. Pero cuando estaba en medio de la labor, llegó la policía. Una pareja de municipales en el sentido paritario de la palabra: hombre y mujer.
Tras el saludo correspondiente, de forma educada le comunicaron que habían recibido el aviso de que alguien estaba lavando con jabón en el lavadero.
El señor paró de cepillar, se sintió algo desorientado unos instantes, y respondió sorprendido que aquella instalación efectivamente se trataba de un lavadero, público además, que existía desde tiempo inmemorial para la función de lavar, que estaba en uso precisamente por haber sido restaurado por el Ayuntamiento pocos años atrás y que el modo de lavar que él conocía era con agua y jabón.
Uno de los agentes, con maneras correctas, le respondió que debido a esa acción estaba contaminando con productos químicos el agua de la pila, que desaguaba en un reguero.
Aclaró el lugareño que estaba usando lo que habían utilizado su madre, su abuela, y sabe Dios cuantas generaciones desde antaño: la pastilla de jabón chimbo de toda la vida, agua y cepillo, nada más. Si el jabón contaminaba, la sociedad estaba perdida, pues se trataba de un producto que usaba diariamente todo el mundo, menos los que no se lavaban, que alguno habría.
Los municipales, aunque manteniendo las formas, no recibieron de buen grado aquel razonamiento, y el hombre ya se veía con su alfombra chorreante, los dos, metidos en la furgoneta del Ayuntamiento, camino del cuartelillo.
El otro policía amplió la información: "Además esto no es solo un lavadero, también es una fuente pública".
El hombre del cepillo respondió que era cierto, pero lavadero y fuente estaban separados. Quien usase el lavadero no podía contaminar la fuente, aunque en aquel caso no parecía tener mucha relevancia, dado que al lado del caño de la fuente aparecía una placa con el escudo del Ayuntamiento además y el aviso "Agua sin garantía sanitaria".
"Pero el agua con jabón que usted está generando va al arroyo, y de ahí al Nora" -aclaró uno de los agentes.
El vecino alegó que era imposible contaminar más el Nora; no se le veía el fondo dada la opacidad del agua, no había fauna piscícola, a veces los olores eran antológicos, prueba todo ello del funcionamiento imperfecto de la gran estación depuradora de aguas arriba, asunto de general conocimiento. Por otra parte entendía que si el agua de aquel lavadero tenía que derivarse a una depuradora pero no lo hacía, parecía más lógico que los agentes se dirigiesen al propio Ayuntamiento, que era el suyo, o a la Confederación Hidrográfica, o a la Consejería del ramo como entidades responsables del incumplimiento, y no al vecino que había ido a lavar la alfombra al lavadero del pueblo, lugar en el que por cierto no aparecía ninguna indicación relativa a la imposibilidad de lavar, aunque entendía que no apareciese, pues ello generaría regocijo popular y posiblemente inaceptable pitorreo dirigido al Ilustrísimo Señor. Alcalde y demás autoridades municipales, porque ya se sabe que la gente es jaranera e irresponsable y aprovecha cualquier cosa para la rechifla.
El hombre, sin disminuir su perplejidad, aunque controlando, se interesó de forma insistente en base a qué ley, decreto, ordenanza, o lo que fuera actuaban, cuestión a la que el dúo policial no supo responder, limitándose a exponer que los habían llamado avisando que en el lavadero se estaba lavando.
Tras proceder a la identificación del penitente por parte del policía varón -DNI, domicilio actual, teléfono, todo eso-, y hacerle fotos a la pastilla de jabón y la alfombra -la policía mujer-, la pareja de municipales se retiró. El vecino de Guyame acabó de lavar y con el cuerpo del delito, la alfombra y la pastilla de chimbo, se fue a su casa. A día de hoy no sabe cómo acabará la cosa.
El caso de las gallinas en Las Cuencas
Un caso similar -choque de lo consuetudinario con "la modernidad"- se dio en un municipio de la Cuenca del Nalón que no se cita para evitar daños colaterales. Una familia procedente de una ciudad (que tampoco se describe por el mismo motivo) adquirió una casa en una aldea apacible de uno de los concejos mineros. Al poco tiempo el nuevo habitante denunció en el Ayuntamiento las molestias sonoras que generaba el gallo de una vecina al cantar en horas tempranas. Tras la hilaridad inicial del personal municipal, se dejó de lado la queja del foráneo.
Al poco llegó una segunda instancia del mismo, instando a que el Ayuntamiento diese la respuesta debida al asunto. Se analizó la cuestión, dándose discusiones con cierto encono entre los técnicos implicados -responsables del área rural y de la oficina técnica-. Triunfó el segundo, y se subió con un sonómetro a escuchar al gallo en cuestión, un hermoso ejemplar franciscano de cresta enhiesta y pecho orgulloso. El animal resultó un tenor digno de emular al mismísimo Pavarotti: 37 decibelios; dos más de los permitidos por la ley para núcleos urbanizados.
La propietaria del cantante, una señorina mayor, nacida en el pueblo, al igual que sus padres y abuelos, alegó que cantaba como todos los gallos si no están afónicos, y que nunca habían molestado a nadie, que eran así, y que cantaban por la mañana, y a veces fuera de hora, en su casa y en otras, y que jamás había pasado nada. Otros vecinos apoyaban a la vecina y al gallu, vocingleros, amedrentando a los funcionarios -doy fe-.
Hubo una reunión en el Ayuntamiento, técnicos, jefe de la policía local, servicio jurídico y dos concejales. "No queda otra -dijo uno de los concejales, famoso por su buen humor y su carácter expeditivo-: con la normativa vigente en la mano, hay que escoger, o coramos al gallu o al forasteru". Ya se sabe cómo son los de Les Cuenques, donde los de Bilbao vinieron a hacer el cursillo.
Se coró al Pavarotti. La señorina, dolida, se deshizo de las gallinas. Los restos de comida y de huerta con los que alimentaba al gallinero transformando los detritus en huevos de buena yema amarilla, ahora los mete en una bolsa y los deja en un contenedor que el camión del servicio municipal de limpieza retira una vez a la semana, para ser trasladados a Serín por carretera. Y la señora compra los huevos al de la furgoneta, procedentes de una granja avícola de Valladolid.
La pregunta es por qué suceden estas cosas. La respuesta es muy sencilla: porque los técnicos que elaboran los documentos base para generar la legislación al uso así como los políticos que la valoran y aprueban, los ecologistas de salón, no los de verdad, la mayoría de la gente, que en su buena fe se deja arrastrar por ideas y modas peregrinas, y hasta los mismos guardas rurales, son de ciudad, y tienen muy poca idea, o ninguna, de cómo es la vida en la aldea y, lo más importante: desconocen las normas consuetudinarias del mundo rural, que también son ley para sus habitantes. De ahí surge el "no toque usted esa ortiga", los abusos de burocracia, el final del ganado menor por el lobo -no defendido sino idolatrado- y demás conflictos. Resultado: el campo se sigue abandonando, la maleza coloniza y los incendios van haciéndose cada año más pavorosos y destruyéndolo todo.
El llavaderu del asuntu. Semeya de La Nueva España.
Bocayaes
Ayer, en La Nueva España
BOCAYAES
Per verba ad animam. La boca es el caño por donde vierte nuestra mente. Por ahí sale lo que pensamos, lo que queremos, lo que odiamos, lo que fingimos, lo que ignoramos, nuestra visión mágica del mundo… Más turbio o más claro, el chorro siempre evidencia lo que es nuestra mente o lo que está en ella.
Comencemos por las risas y por los medios de comunicación. Varios periódicos: «La ONU decreta la hambruna en Gaza». Pobres palestinos, como si no tuvieran poco con lo que tienen, viene ahora la ONU promulga o decide la fame en Gaza. ¡Si cuando tantos afirman que la ONU no vale para nada, pero esto es peor! Y ahora, una emisora (25 de agosto, 9 de la mañana): «Un grupo de ciudadanos estadounidenses perpetran una denuncia contra Maduro por narcoterrorismo». «Perpetrar: ´consumar un delito o culpa grave`». Ya se ve que la emisora no está muy a favor de la denuncia. ¿O sí?
Caigamos ahora al ámbito político. ¿Manquín, yes empresariu? Muchos de ustedes conocerán la anécdota. Ante un retraso imprevisto en el teatro, mandaron salir a dar explicaciones a un personaje muy conocido y de poca importancia, el Manquín. Nada más asomar al proscenio, una voz burlona gritó «¿Manquín, yes empresariu?. Pues bien, he aquí que un preboste gubernativo izquierdounidense sale a escena para criticar las palabras del arzobispo Sanz Montes a propósito de cierta prohibición en Jumilla. Y, al margen de otras razones, afirma que el arzobispo «se sitúa al borde de la herejía». ¿Manín, yes teólogu? Y lo más gracioso es que la afirmación teológica fue loreada por otros muchos prelados de la iglesia izquierdista -no digamos ya por los diáconos, subdiáconos u ostiarios de la misma- como si fuese una evidencia con la fuerza de la verdad de la Ley segunda de la termodinámica.
Santa Rita, Rita, Rita… El Gobierno y sus satélites acordaron en su día el cierre de todas las plantas nucleares para 2035. Ahora, los socialistas, en consonancia con ciertos aires europeos y catalanes, están pensando en prolongar la vida de esas centrales. He aquí la respuesta de doña Yolanda Díaz Pérez, Vicepresidenta segunda: «España zanjó este debate de forma exitosa hace años y no tiene nigún sentido volver a abrirlo». Pues bien, no solo no se puede volver atrás en ningún asunto, ni discutirlo, lo que se da no se quita, sino que prolongar la vida de las nucleares «significaría no dejar espacio suficiente para el imprescindible despliegue de las energías renovables en nuestro país». ¿«Espacio suficiente»? Amén.
Y no podría faltar aquí don Pedro Sánchez Pérez-Castejón. A mediados de agosto acude a Galicia y propone allí un «pacto contra el cambio climático» («contra la emergencia climática», dicen otros medios). En realidad don Pedro repite el concepto del Pacto de París de 2015 «para luchar contra el cambio climático». Pero contra el cambio climático no se puede luchar, se pueden realizar acciones para limitar o atajar sus efectos, pero «contra él», como si fuese un ente o una persona, nada se puede hacer. Si acaso, rogativas.
Bueno, y terminemos con lo que es una expresión de la «voluntad popular». Durante décadas existió en Xixón un autocine, un lugar en el cual, desde el coche y al aire libre, se podían ver películas. Próximamente, y por las razones que sean -ingresos menguantes, jubilación, oferta por la parcela…-, sus propietarios han decidido cerrarlo. Pues bien, una parte de la ciudadanía xixonesa se ha manifestado en contra y han llegado a reunir 5.100 firmas para que la instalación no se clausurase. ¿Han organizado una sociedad para convertirse en propietarios y mantener así su supervivencia? ¿Se han comprometido a abonarse durante un tiempo para garantizar sus ingresos? En ningún caso, lo único que han hecho es manifestar que estaban en contra del pieslle.
Como tantos manifiestos públicos: exhibición -dicho en el mejor sentido de la palabra- de anhelos, deseos, voluntades, esperanzas, afectos, pero nada que pueda cambiar el curso de las cosas, ni siquiera, poner algún medio para torcerlas.
En último término, lo mismo que las rogativas para pedir la lluvia o su cese.

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L’APRECEDERU
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Hay en mi barrio cuatro chigres por los que paso. Los cuatro están atendidos todas las horas del día por una sola persona, su propietario. ¿Creen ustedes que, de dar para más la cosa, no tendrían un empleado? ¿E imaginan la alegría con que recibirían, de tenerlo, la propuesta de que su empleado trabajase un día menos cobrando lo mismo, o, acaso, un par de horas menos a la semana?
Pues esas son las alegres iniciativas de la progresía, sindical y política: menos horas de trabajo o, incluso, un día menos, cobrando, por supuesto, lo mismo, y sin perder ningún otro derecho.
Ahora está en marcha una campaña para que la semana de cuatro días se traslade a la Administración. En plata: que los funcionarios trabajen solo cuatro días a la semana. No se rían ustedes, pero, según afirman los proponentes, ese trabajar menos días, aparte de aumentar la satisfacción y la salud de los trabajadores -cosa indudable-, los haría más productivos, es decir, que, trabajando menos días, “sacarían más papeles”. Si tienen contacto con la Administración, ya saben cómo andan las cosas: siete días para una cita, con suerte.
O este otro dato: las ayudas, ya autorizadas, para los coches eléctricos o sus lugares de recargo llevan tres años de retraso porque están atascadas. Si los funcionarios trabajasen menos aún, todo sería más rápido.
(La argumentación lleva ímplicito un razonamiento inevitable: si trabajando menos horas sacasen más papeles, es que ahora no lo hacen porque no quieren).
Pero supongo que la propuesta no será solo para los oficinistas, será también para médicos y profesores. Calculo que no se pretenderá que cierren consultas y clases un día a la semana, sino que se contratarán más médicos y profesores. ¿Y el dinero? ¡Ah!, eso en las propuestas progresistas nunca existe.
Bueno, en realidad, se oculta que lo pagarán los demás trabajadores, con más impuestos y más paro.
La Casa'l Pescador. Llastres
Bueno, pa daqué val.
Gastárense hacia 600.000 euros n'aperiar la Casa'l Pescador, propiedá de la Cofradía de Llastres. Lleva un añu cerrao. Nun s'abrió la biblioteca, nun se fan reuniones, nun se puso un chigre, nun...
Bueno, pero pa daqué val, como se ve nes semeyes. Tien un teyáu preciosu pa les gaviotes y los gaviotes. ¡Menos mal!
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