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Ellos sí que lo son

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(Ayer, en La Nueva España) ELLOS SÍ QUE LO SON Tras la proyección del magnífico reportaje cinematográfico de Inaciu Galán que revisaba los comienzos -hace cincuenta años- de Conceyu Bable e indagaba en los logros de aquella iniciativa, se me invitó a hacer alguna consideración. Entre otras, manifesté mi desazón con el himno de Asturies, desde el primer momento en que la canción astur-cántabra se convirtió en tal. Entiendo que, al hacerlo, Pedro de Silva evitó una larga polémica sobre la letra para llegar a un resultado que sería para muchos insatisfactorio y aprovechó una composición ya conocida universalmente, que no necesitó promoción. Sin embargo, la segunda y la tercera estrofa de nuestro himno -bueno, la primera, con su desiderativo “estuviera” y su temporal “en todas (antes “en algunas”) ocasiones” tiene ya su aquello, pero dejémoslo-, que no son más que una apegadiella a la primera, constituyen una verdadera perla: subir a un árbol a coger una flor como regalo de cortejo (“al monte”, circula en una de las versiones primitivas de la canción aún no himno) no es escasa muestra de despiste o tacañería: ¿qué flores dan los árboles que valgan de obsequio de galantería? Y la tercera, ese empeño en subir al árbol a por la flor, la quiera o no la cortejada, ¿no es un ejemplo de necedad y testonería?, ¿de que, en realidad, el objetivo de esos actos no es el cortejo, sino el mero esguilar y recoger? Por eso no les extrañe que, aún hoy, prefiera uno tararear esas estrofas -como si fuese el himno de España- antes que verbalizarlas. En 2021 don Pedro Sánchez y Mittal se encontraron y acordaron -afirmaron- la descarbonización de las plantas de Asturies. Las mismas aseveraciones reiteraron en 2022 y todavía en enero de 2023, en Davos. 450 millones de ayudas se ofrecieron desde el Gobierno y la UE. Ahora bien, a medida que pasaba el tiempo las advertencias de las industrias y de los expertos eran unánimes: el hidrógeno verde, energía clave para la puesta en marcha del DRI, está aún verde, es muy alto el costo de su obtención, lo que hace inviable la nueva planta porque sus productos tendrían un precio que los invalidaría. Al margen de ello, toda Europa se encuentra sumergida en una profunda crisis industrial, como nos avisan los despidos y cierres en el sector de fabricación de acero o de coches, debido a la competencia ilegítima, los altos precios de la energía y las urgencias descarbonizadoras. Tan es así que, aquí mismo, en Asturies, Reny Picot y Central Lechera Asturiana han renunciado estos mismos días a las ayudas para llevar adelante planes de descarbonización. El que tiene que producir para vender -y mantener las fábricas abiertas y sus empleos- ha de hacerlo en términos que permitan vender en competencia con otros, y no cerrar, cosa que obvian a menudo los discurseadores y ciertos políticos. En ese panorama, ArcelorMittal ha decidido suspender todos sus proyectos europeos de DRI. Lo sorprendente son las reacciones reiteradas que, ante ese panorama, han manifestado los gobiernos asturiano y español: “Barbón anuncia que se buscará una alternativa a ArcelorMittal si la multinacional descarta invertir en Asturias” (aclaremos, esa concreta inversión, que otras las está haciendo). “El Gobierno negocia con varias empresas para que construyan la planta de DRI que descarta Arcelor” , y así lo ha afirmado (o amenazado) Jordi Heréu, el ministro del ramo. “El futuro del proyecto no está en duda en ningún caso”, recalca la secretaria de Estado de Industria. Y muchas más declaraciones en ese sentido. De modo que si Arcelor no construyese la planta de DRI se buscaría a otra empresa para que lo hiciese y, al parecer, con la finalidad de, aquí son más oscuros los augurantes, ponerla después a disposición de Arcelor. Y uno, que es ignorante en casi todas las materias, se pregunta: en ese caso, ¿en qué terrenos?, ¿en los actuales de Arcelor? Y construida, ¿se encargarían los que la hiciesen de suministrar el material producido a las plantas de Arcelor de Xixón y Avilés? ¿A qué precio? ¿Con pérdidas que el Estado sufragaría para que el producto fuese competitivo en el mercado mundial o a su costo real? ¿Lo querría entonces Arcelor? Y si se entregase, digamos, gratis, ¿podría utilizarla la siderurgia con unos costos energéticos de producción fuera de mercado? Bueno, todo eso no importa, el caso es que, si Arcelor no quiere, nosotros construiremos la planta de DRI. Sí, sin duda, estos muchachos son mucho más asturianos que yo, de subir al árbol a coger la flor, póngala o no la morena en el balcón. “Que lu quiera Arcelor, / que nun lu quiera Arcelor, / tengo de facer el DRI, / y dempués… yá dirá Dios”. Asturianísimos. ¡Tan como del himnu...!

El lecho de Procusto de las ideaciones

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(Esti 29/09/2024, en La Nueva España) EL LECHO DE PROCUSTO DE LAS IDEACIONES He aquí unos titulares de LNE (16 de septiembre): “Las ventas de vehículos eléctricos se desploman en Asturias”. “España está a la cola en matriculaciones y en Asturias las ventas caen un 50%”. Para tener una perspectiva adecuada de la cuestión es necesario recordar que la fábrica de ensueños europea establece que en el 2035 quedará prohibido fabricar y vender vehículos automotores de combustión; por lo tanto, todos deben ser eléctricos. Bien he ahí la voluntad y la teoría. Los fabricantes deberían estar produciendo vehículos sacros a todo pasto y los ciudadanos comprándolos. Y, sin embargo… ¿Qué está pasando? Pues que una cosa son los ensueños y los discursos y otra la dura realidad. Para empezar, el coche eléctrico es mucho más caro que el de combustión, lo que requiere mayor capacidad de inversión para unos ciudadanos que, salvo los jubilados, han visto en estos años disminuir su capacidad adquisitiva. De hecho, lo que está aumentando exponencialmente es la compra de vehículos de segunda mano, lo que quiere decir que, al margen de las capacidades monetarias, la gente no quiere comprar un eléctrico, pero, vista la amenaza, tampoco invertir en un coche nuevo de combustión. Pero, además, el uso del coche eléctrico tiene enormes problemas. Solo algunos: la inversión en puntos de recarga en los garajes particulares y la necesidad de ponerse de acuerdo con otros vecinos, si es comunitario; las limitaciones de la carga eléctrica para el número de kilómetros recorridos o el tiempo que se tarda en cargar el coche en carretera. Les doy un titular del 10 de septiembre de “La Voz de Galicia”: “Cargar un coche eléctrico en el 70% de la red gallega requiere entre 3 y 19 horas”. Todo ello constituye un marco intensamente problemático que se complementa con la competencia desigual del eléctrico chino y que conlleva la destrucción de empresas y empleos, como está ocurriendo y alerta el informe Draghi. En otra de las ideaciones, la del verde hidrógeno verde y la descarbonización a tuerto o a derecho del acero, nos encontramos con un lacerante desajuste entre el deseo y la realidad. Como ya se lo he contado hace poco, a ello les remito: https://www.lne.es/opinion/2024/09/15/acero-madrid-108150533.html. Déjenme añadirles que, en los últimos días, al problema ha venido a añadirse una fantasía con voluntad de remiendo, tejida por el ministro de Industria, Jordi Hereu: crear un consorcio (¿entre quiénes?) que ponga en marcha el DRI que de momento Arcelor no ve viable por los costos del hidrógeno verde, que fabrique acero (perdiendo dinero) y que después venda ese acero con pérdidas a Arcelor (¿para que este gane?). Se rumorea que el horno se llamara “Begoña 1”. Otro de los lechos de Procusto en que se pretende que se acomode la realidad es el de la Ley de Bienestar Animal, constituida desde la perspectiva de que los animales son casi como las personas (o sin “casi”) y que, consecuentemente, tienen “derechos”. Pues bien, aparte de que ha sido redactada, como me gusta decir, “con las témporas”, por utilizar un eufemismo, y que ha provocado, por ejemplo, el abandono frecuente de mascotas, la norma ha venido a constituir un problema inabordable para muchos ayuntamientos, que no tienen capacidad para cumplir con las exigencias de la Ione, digo, de la Ley. Les copio de LA NUEVA ESPAÑA: “Tienen que implementar una larga lista de medidas, a menudo ‘inalcanzables’", según apuntan desde varios consistorios. Varios ejemplos: deben desarrollar "programas de control de identificación y cría autorizada y de gestión de colonias felinas" o "contar con un servicio de urgencia para la recogida y atención veterinaria de estos animales, disponible las veinticuatro horas del día". La normativa incluye labores como “la vacunación, desparasitación o proporcionar alimentos a los animales callejeros. Los ayuntamientos se están enfrentando a un laberinto legal, por la falta de medios propios para poder desarrollar todas estas normativas”. Bueno, y a los ideacionistas procusteros, ¿qué diablos les importa eso? Ellos cumplen con su ensueño -y con el entorno que los empuja y los vota-, se repletan de las endorfinas subsiguientes al acto y, después, ¡allá la realidad! Personas instruidas como son todas ellas, se dirán aquello de “Fiat justitia et pereat mundus”, es decir, “Hágase justicia (esto es, mi ideación) y perezca el mundo”, o, tal vez, de modo más prosaico, “que se j…” P.S. No hace falta que les recuerde que Procusto era un bandido que invitaba a los viajeros a dormir en su lecho. Disponía de dos: si el viajero sobresalía en el que le tocase, comprimía sus huesos hasta ajustarlo a la yacija; si no llegaba, descoyuntaba sus huesos para estirarlos. La cuestión era hacerle tomar la medida justa del lecho que dispusiese el anfitrión. A costa de sus huesos y su vida, claro, o, como diría don Francisco de Quevedo, “a jornal de su pena y su cuidado”.

El acero de Madrid

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(Ayer, en La Nueva España) EL ACERO DE MADRID El acero de Madrid es una obra de Lope de Vega escrita en 1608, pero no vamos aquí a hablar de la obra ni de Lope, sino de otra cosa. Pasen y vean. En las últimas fechas vienen desvelándose una serie de gravísimos problemas que amenazan nuestra industria, en general, y la siderúrgica en particular; problemas que no son únicamente españoles, sino europeos, como acaba de subrayar el informe de Mario Draghi (https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/el-informe-draghi-no-deberia-terminar-en-un-cajon/). Pero esto no es una novedad, desde hace bastantes años quienes están en el mundo real, en el mundo de la producción de bienes, y no de discursos, vienen señalando los problemas de la industria europea para competir en condiciones de igualdad con otros países en donde los requisitos para producir bienes son inexistentes o lo son muy leves en cuestiones medioambientales y de salarios, con lo cual, y en una situación de prácticamente libre comercio, esos países inundan nuestros mercados de productos más baratos, que expulsan a los nuestros. Una parte de la opinión pública piensa que ese es un problema de los capitalistas, que ganan menos, pero no lo es únicamente de ellos -que lo es solo de manera relativa-: significa el despido de trabajadores, el cierre de fábricas en los casos más extremos, la limitación de salarios. Como he dicho, esa denuncia, esas llamadas de atención no son de ahora ni son singulares, sino múltiples y reiteradas. Por dar solo un ejemplo, en una entrevista de 2018 en este periódico, Álvaro Platero, el presidente de Astilleros Gondán, denunciaba la absoluta desigualdad de condiciones competitivas entre las empresas españolas/europeas y las de otros países en materia de construcción de barcos. “Europa, contra la industria”, resumía yo. Pero, además, el empixe por convertirnos en los más guaisdelparaguay del mundo y en cumplir un programa medioambientalista que hace abstracción de la realidad y no tiene en cuenta las actuaciones en el resto del planeta nos lleva a la destrucción de empresas y empleo. Miren las palabras de Javier Targhetta: “El objetivo cero emisiones no puede ser a costa de millones de empleos en Europa" (https://www.lne.es/economia/2024/07/28/objetivo-cero-emisiones-costa-millones-106169752.html). También, con respecto a este tour de force autodestructivo, sus palabras son también compartidas, aunque no ocupen las primeras páginas, como las del discurso dominante, que avanza ciego sin ver las víctimas y argayos que deja a su paso. (Y, a propósito, ¿de dónde creen ustedes que viene una importante parte del voto a Donald Trump o a la ultraderecha en países de Europa?). Con respecto, concretamente, a la siderurgia, las amenazas no dejan de desvelarse en los últimos meses: a la competencia desigual con otros países exportadores se suman los costos de la electricidad, una capacidad productiva excesiva y un cierto parón en la actividad económica. Solo un titular reciente: “Eurofer alerta de una situación "explosiva", con inversiones detenidas, capacidad productiva parada y peligro de que se vaya a cierres definitivos”. Aquí, en Asturies, tenemos nuestros calvario y discursos particulares. En 2021 hubo una reunión entre los Mittal y el presidente del Gobierno, don Pedro. Allí se acordaron una serie de inversiones y de subvenciones para las acerías asturianas, entre otras, una de 450 millones de euros para una planta de reducción directa de mineral de hierro (RDI) mediante hidrógeno verde. La planta de RDI se ha convertido desde entonces en una aspiración y en un mito. Una aspiración, porque su puesta en marcha aseguraría la acería asturiana por mucho tiempo. Un mito, por una parte, porque vendría a cumplir con las exigencias del discurso medioambiental; por otra, porque su instalación debería realizarse, según algunos, fuesen cuales fuesen las condiciones de su rentabilidad, fuese viable económicamente o no. Sobre la rentabilidad y sostenibilidad del hidrógeno verde en los tiempos inmediatos existen muchas dudas, pero, en todo caso, Arcelor viene diciendo hace tiempo que, con los precios actuales de la energía, la planta de RDI que sindicatos y gobierno y políticos asturianos vienen reclamando insistentemente a tuerto o a derecho es inviable. Y aquí llega la gran sorpresa. Guillermo Peláez, consejero de Hacienda: “Con Arcelor o sin Arcelor, la siderurgia integral se va a mantener en Asturias”. CC OO: “El Estado debe intervenir para que las inversiones sigan adelante, con o sin el señor Mittal al frente de la compañía". ¿Con Arcelor o sin Arcelor? ¿Con Mittal o sin Mittal? ¿Pero de qué hablamos? Y, si hablamos de “eso”, ¿hablamos en serio? ¿Lo hemos tratado con el Gobierno central? ¿Va a hacerse Madrid con el acero asturiano? ¿Lo compramos, esto es, lo pagamos nosotros? Tengo la impresión de que el pasado ha dejado en Asturies una honda huella, una añoranza permanente que nos lleva a confundir los sueños con la realidad, los hechos con las palabras. Parábola. 1997-1998. Se debatía la reforma del Estatuto y, en particular, la posibilidad de incluir en él la cooficialidad. Recibíamos críticas, insultos y amenazas por una gran parte de la izquierda ya que, según ellos, no queríamos nosotros, que, de quererlo, ya estaba hecho. Debate en el salón de LA NUEVA ESPAÑA. Volvimos a aclarar que no había votos para ello y no sería posible. De repente, entre insultos y griterío, una parte importante de los asistentes, digamos, la izquierda de la izquierda, abandona el salón, puño en alto, a la voz de: “Pues lo conseguiremos en la calle”. A mis años me falla la memoria, pero creo recordar confusamente que IU, que ahora también sugiere la nacionalización de Arcelor, formó y forma parte de los gobiernos socialistas o apoyó sus presupuestos. Pues eso.

Hybris

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(Ayer, en La Nueva España) HYBRIS La “hybris” es un concepto griego ligado a la tragedia y a ciertas historias mitológicas. Designa la constitución de la psique de un individuo que lo lleva a transgredir lo razonable o prudente, tras lo cual llega la catástrofe. Es la obstinación, la confianza ciega en el ego propio, la arrogancia, y, por tanto, el ir hacia delante sin conocer límites y sin ver la realidad o la inconveniencia de las propias acciones, lo que caracteriza la hybris y los desastres, personales o sociales, a que lleva. Pues bien, no es este un mal concepto para definir muchos de los discursos y de las actuaciones de algunos políticos; de Pedro Sánchez, por ejemplo. He aquí una manifestación de ello: hace dos semanas, cuando compareció en el Parlamento para anunciar lo que iba a ser pero no fue un “Plan de regeneración democrática” y que constituyó poco más que un mala glosa de un Reglamento europeo, proclamó: “Los bulos han hecho que el 34% de los ciudadanos teman que les ocupen su casa, cuando este problema afecta a menos del 0,06% de las viviendas del país". Bien, aceptemos que los datos de expropiación de viviendas que don Pedro sopelexa son ciertos (que son superiores), ¿y qué? ¿Cuál es el bulo? ¿Es que no hay ocupación de viviendas? ¿Inquilinos que no pagan porque no pueden o porque no les da la gana? ¿Acaso no conocen ustedes casos sangrantes de toda España? ¿Y no saben ustedes que el propietario, a veces una persona prácticamente indigente, tarda hasta dos años, al menos, en recuperar su vivienda y, mientras tanto, ha de pagar los gastos de sus sanguijuelas?¿Y que cuando recupera el piso lo recupera, en ocasiones, destrozado y sin electrodomésticos ni muebles? Las palabras del Presidente son más que un paralogismo; por su intención constituyen una falacia: son esas “realidades” las que han hecho que una gran parte de la población tema que le ocupen su casa. No importa cuál sea el porcentaje de asaltos o impagos sobre el total de viviendas, la realidad es que, en virtud de la ley de Vivienda, de la legislación pedrino-podemita, el propietario se puede ver privado de sus derechos en virtud de los derechos que la ley concede a asaltantes o morosos, y, por tanto, le puede tocar a él “esa lotería” (benéfica). Pero hay más. En virtud de ese temor, muchos propietarios retiran su vivienda del mercado de alquiler, con los efectos de todos conocidos, escasez de oferta y alza de los precios. Les traigo un titular de este periódico, del 21 de este mes: «La escasez de pisos de alquiler alarma al sector inmobiliario asturiano: ¿por qué los propietarios "tienen miedo"? "Hay falta de seguridad jurídica", afirman los profesionales ante las exigencias de la ley de Vivienda. Algunos precios se duplican en un año”. Y da igual que pregunten aquí, en Málaga o en Malagón: causa y respuesta son siempre las mismas, universales. Y aquí llega la cuestión más profunda, la de la hybris de don Pedro: es incapaz de reconocer que su legislación es parte del problema. No hay en ella nada que cuestionar, faltaría más, ellos son perfectos, la culpa es de los bulos, de la histeria, del fango o de la ultraderecha, pero no de una ley voluntariamente mal hecha. Y lo mismo ocurre con otras leyes salidas de la misma fábrica, por ejemplo, la ley Trans. ¿Llevan apuntados ustedes cuántos “militaros” se meten a “militaras” para conseguir las ventajas que “la igualdad” concede a las mujeres frente a los hombres? ¿Cuántos casos existen de cambio de género para conseguir eludir una condena por maltrato? Y la ley “Sisí”, ¿siguen ustedes las rebajas de penas que se suceden? Todo ello no es un problema de legislar con desconocimiento del mundo y desde el prejuicio, de hacerlo a golpe de decreto-ley para evitar informes preceptivos que pueden ser engorrosos, de no escuchar a los expertos; no, lo legislado siempre está perfecto. El problema no está en uno, sino en los demás. ¿No es ello un magnífico ejemplo de hybris? La hybris se hace patente en muchas personas y ocasiones. Toma de posesión de la nueva delegada del Gobierno, doña Adriana Lastra, una de las más destacadas acompañantes de don Pedro en su travesía del desierto. La Delegación del Gobierno tiene como finalidad la conexión entre la comunidad y el Gobierno central, entre este y las administraciones regionales y locales, rige la seguridad ciudadana y otra serie de funciones. Pues bien, doña Adriana, en la toma de posesión proclama que el impulso fundamental que va a regir su acción, su bandera, va ser el feminismo. Y cuando la señora Lastra habla de feminismo seguramente no quiere decir “feminismo”, sino “su feminismo”, es decir, una particular visión del feminismo que no comparten todas las feministas. En todo caso, la reacción fundamental, la prioritaria, de la acción de la nueva delegada no es la de ocuparse del conjunto de la acción administrativa y la de la tutela de los derechos de todos los ciudadanos y sus necesidades, al menos tal como lo proclama, sino de aquello que es el tuétano de su discurso ideológico-sanchista, lo que ella cree que debe anteponerse a los demás, el feminismo. Ahora bien, donde se supera doña Adriana en su hybris es cuando exige a Arcelor que deje de perder el tiempo y que lleve adelante la inversión en la nueva factoría: “Desde aquí quiero hacer un llamamiento a la multinacional para que dé el paso de aceptar la subvención. Su proyecto de hidrógeno circular es clave para el futuro de Asturias” (ya saben ustedes que, de momento, las cuentas no salen). En la tragedia griega, los dioses castigan siempre la hybris de quienes actúan envueltos en ella, a Edipo, a Prometeo, a Ulises… En democracia ni siquiera es seguro que los votantes perjudicados por la soberbia y la prepotencia de quienes los perjudican los castiguen. Lo que sí es seguro es que los Mittal estarán riéndose de la incitación cuasi perentoria de doña Adriana con algo semejante a esa risa potente e inextinguible que solemos calificar como “risa homérica”.

Arcelor: el ruido y la nueces

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(Ayer, en La Nueva España) EL RUIDO Y LAS NUECES: ARCELOR Arcelor viene a representar el 12% del PIB asturiano, emplea directamente 5.000 personas y 1.800 a través de empresas auxiliares. Genera, además, un número importante de empleos indirectos. El posible cierre de un horno alto por no invertir en la nueva plata de reducción directa de mineral de hierro (DRI, por sus siglas en inglés) -para la que existe una cuantiosa subvención europea, 450 millones- constituye una elevada preocupación en todos los ámbitos. Supongo que en el Gobierno Central, cuyo presidente se ha entrevistado varias veces con el propietario de la multinacional siderúrgica y que en 2021 acordó con el mismo el plan de descarbonización de la siderurgia española y la subvención de 450 millones de fondos europeos para la instalación del nuevo horno de reducción directa de mineral de hierro mediante la utilización de hidrógeno verde, habrá cierta preocupación sobre el asunto. En todo caso, algunos altos cargos del Gobierno Central, como Luis Ángel Colunga, que fue sindicalista en Arcelor antes que alto cargo, negaba “que existan inquietudes en cuanto a la inversión de Arcelor Mittal”. Gimena Llamedo, Vicepresidente del Gobierno de Barbón, manifiesta también su confianza “en que las inversiones en Asturias se lleven a cabo”. Ahora bien, la mayor parte de los políticos, los sindicatos y la opinión no están tan seguros, y las reacciones de algunos resultan sorprendentes. Algunas se parecen a una amenaza. Así las de don Adrián: "Espero que ceda, y si no ya hablaremos de otras cosas". “Ya que aceptaron las ayudas, que ejecuten pronto la inversión”. Otras llaman a la guerra, es decir a la nacionalización de la siderurgia, como lo hacen el PSOE gijonés o CCOO: “El Estado debe garantizar el futuro de la siderurgia en Asturias, con o sin Arcelor. La compañía ha tomado a la región como rehén; si no concreta su inversión, debe intervenirse su gestión hasta las últimas consecuencias”. Más discretos, en UGT reclaman un “frente común” político y sindical para defender el futuro de la siderurgia. Y otras suenan a pura jactancia: “Asturias no renunciará a una siderurgia integral” (Adrián Barbón, 22/02/2024). Lo común a todas estas declaraciones es que constituyen un puro flatus vocis, como lo constituyen las amenazas de movilizaciones de los sindicatos: ninguna capacidad tenemos desde aquí, ni con ruegos ni con amenazas, para influir en la cuestión fundamental: los costes de la energía verde para la hipotética planta de DRI y la voluntad de la empresa con respecto a su actividad en Europa y el mundo, esto es, con respecto al negocio, porque Arcelor-Asturias no es una empresa benéfica: ni tiene una deuda con nosotros ni la obligación de respetar “las esencias del pasado”. Y, de momento, el negocio, es decir, la rentabilidad de la nueva inversión del DRI, depende fundamentalmente del costo previsible y sostenido de la energía en el futuro, de esa energía tan verde que es el hidrógeno verde. Un breve paréntesis: Quien se haya asomado a algunas informaciones sobre ese tipo de energía “limpia”, verá que se trata, por el momento, de poco más que un “veremos”, por varias razones, entre otras, la de los precios previsibles para los próximos años. Les doy solo dos titulares de LA NUEVA ESPAÑA: “El hidrógeno verde empieza a cotizar y su precio multiplica por ocho el del gas”. Y estas declaraciones del Director General de Electra Norte, Juan Díaz Díaz: “El hidrógeno verde tendrá cabida, pero no en un futuro próximo; los números no salen” (18/02/2024). Con el hidrógeno verde (o rosa), la descarbonización, los problemas del campo y otras cuestiones nos encontramos con idéntico problema: las ideaciones de ciertos grupos nefelibáticos que dictan normas que no tienen en cuenta su viabilidad, su encaje en la realidad, o su contraste con lo que sucede en un mundo que es interdependiente. Que la clave de las nuevas inversiones descarbonizadoras en DRI es el precio de la energía es evidente: en Francia, donde Mittal ha conseguido un contrato de precio “dopado” a largo plazo con la compañía estatal de energía, EDF, sí se ha comprometido la empresa a poner en marcha la inversión que en Asturies retrasa o niega. Se podrá pensar que esas dilaciones de Arcelor-Mittal aquí se deben a una estrategia de la compañía para garantizarse, además de las subvenciones ya prometidas, otras mejoras. Pues no cabe duda, pero la clave sigue siendo la misma: es un negocio, no una ONG. Se podría pensar, como piensan algunos, que el Estado, para mantener un alto volumen de producción y empleo, podría nacionalizar la siderurgia asturiana o toda la española. Al margen de la añoranza que persiste en muchos asturianos de aquellos tiempos en que que tantos cientos de miles de personas dependían del Estado (¿cuándo era aquello? ¿podrá decirse?), ¿alguien ha calculado si ello es posible y sus costos, así como los costos de transición?, ¿alguien recuerda cómo era la gestión de Ensidesa-Uninsa y la productividad de su empleo? ¿Se ha pensado cómo se solucionarían esos arduos, inevitables y, tal vez, insolubles problemas nacionalizada la siderurgia? Y la pregunta fundamental: ¿A quién se trasladarían los costes de producir con una energía, la del hidrógeno verde, a precios inasumibles? ¿Ya no lo serían bajo la capa que todo lo tapa, la de lo público? Mucho ruido, pero las nueces son las que son. Xuan Xosé Sánchez Vicente

El vivo retrato

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(Ayer, en La Nueva España) EL VIVO RETRATO Arrojar la cara importa, que el espejo no hay por qué Actualicémonos. Olvídense de que somos una población cada vez más envejecida, con menos nacimientos progresivamente, donde las pensiones suponen el 40% de nuestras rentas. El dato peor, el del destino de las nuevas generaciones: “El 56% de los universitarios asturianos quiere quedarse, pero la mayoría no ve alicientes para ello. Ocho de cada diez se irían”. Ya ven, seguimos siendo tierra de emigración, pero cada vez con menos actividad y riqueza. Como una mazanina agurriada, allá por el mes de marzo, cuando apenas tiene jugos. Y las promesas vuelan. Hace pocos meses, Moncloa –sí, Moncloa– anunciaba que Asturies “era candidata a una inversión muy grande”, la del coche eléctrico de los chinos, que ha corrido para Hungría. Y el secretario general de Industria y Pyme, un asturiano, anunciaba que “en los próximos meses habrá más operaciones empresariales” (¿la planta de Preco, en El Musel?), y don Adrián que Asturies será “el polo logístico del Cantábrico”. No quiero recordarles aquí cosas que tardan siglos, como la Zalia. Es cierto que hay sectores que marchan bien, el naval, el de armamento, el de los generadores y otras industrias (regular, el monstruo, Arcelor), el de la alimentación… Pero el conjunto, como se ve, no da para detener nuestra sangría ni para poner en vanguardia de salarios y puestos nuestra economía. Eso sí, nos apuntamos a todo lo que sea retardatario o a lo que, pasando por progresista, impide el crecimiento o encarece la producción o los servicios. Pregunten a los ganaderos por sus beneficios (hermano lobo, aparte), miren a ver los costos de la basura por tomar decisiones equivocadas o no querer tomarlas, pregunten a un inversor cuánto le cuesta poner en marcha un negocio; no queremos jaulas, ni granjas, ni invernaderos, pero sí una cesta de la compra barata. Por cierto, ¿alguien ha mirado el daño que esto supone a las rentas bajas, de quien dicen preocuparse?

Sigue'l Chapugobiernu (Arcelor, Azsa y otros)

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Sigue'l Chapugobiernu (Arcelor, Azsa y otros)

Previu al nocturnu decretu domingueru de paralización de la economía, circularen hasta cinco borradores de les actividaes económiques que diben seguir. Cuando salió'l decretu nocherniegu, les actividades industriales que nun tuviesen relacionaes colos servicios básicos quedaben paraes. D'esta manera llovieren les protestes d'Euskadi, Asturies y Galicia, que tienen grandes centros industriales. Dalgunos, que nun se puen parar.

Sorprendentemente na nueche d'ayer, el Gobiernu asturianu y la Delegación del Gobiernu n'Asturies sacaren una llista d'empreses que sí podíen seguir, pese a que nun taben nel Decretu.

Nel día de güei, nos medios de comunicación de Galicia y Euskadi seguíen mostrando l'enfadu y la esmolición del Gobiernu (PP y PNV) pol disparate que'l Decretu supón al respective la gran industria.

A media tarde, apaeció la ministra Nadia Calviño pa manifestar que "no pueden parar procesos industriales que después no pueden después iniciarse", lo que paez que vien sofitar la decisión del Gobiernu asturianu y la Delegación del Gobiernu central n'Asturies.

¿Fiaránse les empreses? ¿Qué seguridá xurídica ye esta? ¿Nun podíen facelo bien el domingu pela nueche? ¿Nun puen sacar agora una rectificación precisa?

PS. Toi viendo agora mesmo na tele (18,20) un montón de xente y d'empreses que nun saben si tienen que parar o non.


LA MUERTE DE ASTURIES

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Uno de los tópicos más recurrentes de la literatura asturiana a partir de los primeros años del XX es el que he denominado el «ubi sunt identitario». Los poetas se preguntan y lloran por lo que ellos creen que ha desaparecido o está a punto de hacerlo definitivamente (el carru d’esquirpia, la gaita, la montera, la aldea misma) y entienden que ello representa al mismo tiempo la extinción de una forma de ser, la extinción de la identidad asturiana, la muerte de Asturies, en cuanto que esos rasgos, conductas y quehaceres cantados como perdiéndose serían precisamente la caracterización peculiar de la sociedad y del territorio. En lengua no asturiana y aunque parcialmente, La aldea perdida sería la primera y más exitosa manifestación de ese «ubi sunt» elegíaco.

Curiosamente, a finales de la última semana del pasado mes de mayo, se han producido dos intervenciones políticas que nos llevan a una perspectiva semejante a aquella desde que los literatos emitían su planto por la extinción de las cosas. La primera, la de don Javier Fernández, Presidente: «No hay ninguna esperanza para la minería en Asturias si el Gobierno disminuye las ayudas de manera drástica y las retira definitivamente». La otra, la del sindicalista Manuel Fernández, «Lito»: «esta región no podrá vivir del turismo ni de los servicios, y, además, lo que sabemos hacer es industria. Dentro de un tiempo, Hunosa será algo nostálgico y en la siderurgia, como no seamos capaces de adaptarnos a las circunstancias... seguiremos corriendo peligro. ¿A qué nos vamos a dedicar?».

No creo que las implicaciones emocionales de esos acabamientos que ambos líderes señalan sean para ellos semejantes, en el plano identitario-holístico, a las que aquellos otros significaban para los literatos del siglo pasado, pero es posible que lo sean para mucha gente. En todo caso, lo que sí es cierto es que estamos llegando al término de una Asturies, la minera e industrial de producción primaria, que nació en el último tercio del XIX, se prolongó durante todo el XX y tuvo su culmen durante el franquismo.

No es esa la única Asturies que se termina. Lo hace también la ligada a la ganadería de leche. De manera parecida a los sectores industriales primarios y extractivos , desde principios del XX, con el aumento de la renta disponible, el acrecentamiento de la población urbana y las innovaciones técnicas para la conservación y transformación de la leche, el ganado bovino había experimentado un crecimiento exponencial, de tal forma que no quedó en todo el territorio casa o casería donde no hubiese una vaca o vacas; hoy, por el contrario, apenas queda una casa por pueblo en que haya una Cordera, y ni siquiera una pita o un gochu. En cuanto a la producción ganadera, digamos empresarial, se ha pasado de las 28.631 explotaciones bovinas en 2001 (de las cuales únicamente 6.599 eran exclusivamente lácteas) a las 17.614 de 2012 (lácteas, 2.378).

En un artículo publicado aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, ya hace tres años, «Meditación en San Roque», reparaba yo, situado sobre el puerto de Llastres, cómo el paisaje que hacía pocas décadas era todo cultivado o contenía prados de guadaña, era hoy todo monte o eucaliptal, salvo un pequeño retazo. Y añadía « Vuelvo otra vez a la excepcionalidad de la parcela verde claro de San Telmo y pienso que los asturianos de hoy estamos asistiendo a las últimas horas de un paisaje, el de los prados, que tenderá a desaparecer en pocas décadas, pues no sólo disminuye a ritmo exponencial la población que trabaja en el sector primario, sino que mucho de lo que hoy se conserva de naturaleza humanizada lo es porque la cuidan personas ya retiradas a las que mueve una especie de responsabilidad estético-social que los impulsa a mantener despejados caminos y campos.» Para concluir: «De modo que, medito —sobre estar justificada la señardá que provoca mi mirada al contemplar el entorno a estas horas de la tardina—, bien harían los asturianos de hoy en guardar en sus retinas o en sus archivos fotográficos un paisaje que, en sus elementos primarios y en su significación como «idea», como patrón visual significativo de nuestro país, va a dejar de ser».

Pues bien, esa Asturies del último siglo y medio está a punto de desaparecer definitivamente. Ello —aparte de las cuestiones relativas al empleo— conlleva consecuencias de todo tipo. En el plano emocional y vivencial, la de que las generaciones futuras no tendrán con nosotros una experiencia compartida ni, en gran medida, un mundo de presupuestos común.

Pero, por otro lado, las mentalidades a que han dado lugar las estructuras económicas y sociales, y los discursos con ellas producidos, se conservan, por lo general, mucho más allá de que tengan soporte alguno en la realidad. El peligro es que esos discursos ligados al pasado tiendan a interpretar el mundo en nombre de lo que no es ya más que un puro constructo imaginario. Y, lo que es peor, que pretendan la vuelta atrás, hacia un pasado que nunca volverá, impidiéndonos, así, interactuar con el mundo real y preparar el camino hacia lo venidero. Que es, en realidad, lo que llevan haciendo la política y el discurso social dominante en Asturies desde hace al menos tres décadas: mantener el culto al cadáver insepulto del pasado, fingiendo que es un cuerpo con plena vitalidad, impidiendo de ese modo (en parte, de forma interesada) que nazca el presente y se abra el futuro.

Pasen y rían: Javier Fernández recrimina al Principado su «ausencia» en el problema de Arcelor

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Lean: "Javier Fernández recrimina al Principado su «ausencia» en el problema de Arcelor (La Nueva España DEL 03/05/2012)"

¡Pues nada! Estupendo. ¿Pero nun fueren estos rapazos los que gobernaren n'Asturies y en Madrid once y ocho años, respectivamente? ¿Nun fueren ellos los que nun movieren un res por solucionar los problemes de la tarifa llétrica, que ye ún vector importante nos costos competitivos d'Arcelor-Mittal? ¿Pero nun fue esti rapaz ministru d'industria col fenomenal xestor Tini Areces?

¿Nun ye esti el que pon nel cartel electoral garantía, seriedad, empleo, soluciones?.


¡Como l'otru fenómenu! ¿Recuerden nel 2008?: POR EL PLENO EMPLEO.

Yá saben: GARANTÍA, SERIEDAD, EMPLEO, SOLUCIONES.

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Comedia y arcaísmu asturianu (a propósitu de Mittal)

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Estos días ha estado en Asturies el señor Lakshmi Mittal, el accionista mayoritario de la antigua ENSIDESA. Lo ha hecho como ha querido y cuando ha querido, de acuerdo con su disponibilidad de tiempo y con sus propósitos para el negocio. Mittal es, por otro lado, como todos saben, el mayor magnate mundial del acero, producción en la que tiene implicaciones desde las materias primas a la producción.

Pues bien, a propósito de su venida en el “escenario” asturiano ha vuelto a representarse la comedia habitual de los nostálgicos del pasado. El Gobierno asturiano se ha dado por ofendido porque ni ha sido avisado ni consultado, lo sindicatos tampoco, entre otras razones, se ha dicho, “porque Arcelor no es una empresa cualquiera en esta región”.

La idea de que el dueño o accionista mayoritario de una empresa esté obligado a un rendez-vous con los dirigentes políticos de una región o con los representantes sindicales es de una comicidad patética. Pero, sobre ello, es más grave aún: representa el profundo arcaísmo de esta sociedad y de la mayoría político-social que la controla y gobierna. Manifiesta su mentalidad entre de economato y corporativista, que corresponde a esquemas de hace treinta años y que se resiste a entender y aceptar el mundo en que vivimos.

Y, claro, así nos va. (A ellos, por cierto, bien, que viven del invento sin muchos trabajo y con buenos ingresos, no demasiados, pero buenos, demasiados, para no hacer nada, y, sobre todo, para el daño que hacen.)

Arcelor y el desastre.

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La parada -vamos esperar que temporal- del fornu altu d`Arcelor ye un desastre, anque yá s`esperare. Detrás d`ello van venir más cierres d`empreses y más despidos. La riada va entamar enriba en puertu, pero nun va llevar per delantre solo a trabayadores d`Arcelor y de les empreses ausiliares. A medía que vaiga baxando pel valle y corriendo pela llanada hacia la mar va emburriar empreses de servicios, tresportistes, hosteleros, quiosqueres, rapaces d`alterne... Y, pa enriba, retroalimentar el mieu a la inversión nos que tuvieren pensándolo.

¡Una auténtica desgracia p`Asturies y pa tantos asturianos!

Hai que recordar que fai un mes el futuru fenómenu, Javier Fernández auguraba qu`eso n`Asturies nun diba pasar (que pa eso taba Zapatero) y que, en xineru d`esti mesmu añu, los sindicatos aseguraben que nun diba haber despedidos nes empreses ausiliares d`Arcelor. ¡Tropiella más gorda d`ineptos y embusteros nun entra en prau!

Tampoco tará mal traer a la consciencia que fai cinco años, nel 2002, pa les anteriores elecciones europees, toa esta tropiella andaba saltando y blincando de contentu col Protocolu de Kioto. Ná màs que nosotros avisamos de los problemes qu`eso diba traer pa la gran industria asturiana, tanto polo derechos d`emisión como, sobre too, pola tarifa eléctrica. Hasta agora, y al respective, el PSOE, los sindicatos, don Vicente Alberto y el futuru fenómenu, Javier Fernández, nun ficieren más que rascase l`embeligru y tascase contra`l presupuestu.

Nota: el PP nun solo rebiyaba de gustu en prau col Protoclu de Kioto, sinón que fuera él el que lu firmara, con Aznar y Rato a la cabeza. Y el coru de gües mansos d`equí berraba de placer pol sal que los sos amos chaben pa los otros toros de la manada.