El panorama parece enteramente
ocupado por la situación económica (con su fundamental de nuestra estructura
productiva y su coadyuvante de la financiación y la deuda) y por el
independentismo catalán, pero hay otros muchos aspectos de la realidad que,
siendo de menor resonancia o alcance,
son importantes, por preocupantes, significativos o dolorosos; a veces,
por cómicos.
Preocupante es, por ejemplo, la
decisión de Dolores de Cospedal de quitar el sueldo a los parlamentarios de
Castilla-La Mancha. He citado en ocasiones a san Pablo («el obrero es merecedor
de su salario») o a periodistas de comienzos del XX (Adeflor) para señalar que
si quien no tiene riquezas no cobra por su trabajo en la política, esta queda
solo en manos de los señoritos. Vayamos más allá: si los parlamentarios no
cobran en la cospedaliana comunidad no puede haber entonces control del
Gobierno de la doña. Y, una de dos, o es que la doña no quiere que controlen su
acción de gobierno o gasto o es que cree que el parlamento no vale para nada
porque para nada valen gobierno y autonomía. En ese caso, lo honrado es que
devuelva las competencias y disuelva la institución.
Hacia poniente, el presidente de
la comunidad extremeña, el señor Monago, vino estos días a añadir una pieza más
en la exhibición de torpeza y de falta de finura democrática de una parte
importante de la derecha española. Comparar el hipotético referéndum de
Cataluña sobre la soberanía con otro que él pudiere realizar para «declarar
oficial el traje de lagarterana» es de una tal tosquedad intelectual,
manifiesta una tamaña falta de sensibilidad hacia las emociones de los demás,
que tal parece que el señor Monago estuviese actuando con la única finalidad de
atizar aún más las pasiones de aquel territorio.
No hablemos únicamente de los
políticos, hablemos de las instituciones. ¿Qué les parece a ustedes que el FMI,
que viene reclamando desde hace años una política de austeridad y recortes para
España y otros países, proclame ahora que los recortes y la falta de inversión
ponen en peligro la recuperación económica? ¿Les parece de alguna seriedad? ¿No
habría que unvialos a tostar guiaes, como dice nuestra expresión? Al menos, lancémosles
aquel «¿por qué no te callas?» real. Pero menos serias son aún las estimaciones
que, una y otra vez, se realizan sobre los asistentes a las manifestaciones.
Por solo poner un ejemplo: se anunciaba el otro día una concurrencia
multitudinaria (de 10.000 o 15.000 personas) en Avilés a una manifestación en
pro de la reindustrialización. Pues bien, miren ustedes la fotografía del
avilesino Parche con los allí reunidos al final del paseo: son unos escasos
cientos. ¡Un poco de respeto, señores!
O hablemos, mejor, de nosotros
mismos, de nuestros conciudadanos. El 20 de noviembre de 2011, el 44,62% de los
votantes entregaban su voto al PP; nueve meses después, en el Barómetro de septiembre
del CIS, solo un 28,5% «recordaba» haberlo hecho. Según he dicho muchas veces,
la democracia se basa en la irresponsabilidad absoluta de los votantes, no
porque acierten o no al votar aquello que deseen, sino porque se desentienden a
continuación de sus actos, hasta el punto de venir a decir, con su olvido, «que
ellos no han sido».
Pero para I(ncompetencia)+D(espilfarro)+I(incapacidad)
la del PSOE asturiano y sus sucesivos gobiernos. Por tercera vez sentencias o
informes jurídicos han echado atrás la llamada carrera profesional de los
enseñantes, un complemento salarial que venían cobrando desde 2007, al igual
que el resto de los funcionarios. Durante todo este tiempo, estos fenómenos
socialistas y sus compinches de IU y sindicalistas, han sido incapaces de
elaborar bien un documento administrativo. Ahora se pone en peligro esa
percepción económica (que, repito, disfrutan todos los funcionarios del
Principado) y aun se corre el riesgo de que existan repercusiones retroactivas.
Todo ello en un sector que ha perdido el 20% de sus haberes en tres años, que
carga este año con dos horas más de trabajo en clase y dos más de permanencia
en los centros, y que nunca tuvo la rebaja de 37,5 horas a 35 que sí tuvieron
los demás funcionarios por regalo de anteriores gobiernos.
¡Ah!, y a la cabeza de todo este
dislate, aquel egregio don Vicente Alberto Álvarez Areces, aquel a quien pueblo
y élites aclamaban y reclamaban como el mejor gestor del universo.
Pues los demás, todos iguales:
maestros en el I+D+I.
1 comentario:
Nun hai nada que faer, tamos perdíos. A emigrar... Saludos dende Alemaña.
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