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RENOVAR LA FE

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                      RENOVAR LA FE (LNE, 22/07/2017)

               Sé que no tiene mérito el decirlo ahora, pero mi impresión fue siempre la de que Pablo Casado iba a resultar el ganador. ¿Las razones? Las que he confirmado en la calle, en el lugar en que me encuentro, atreviéndome a preguntar a algunas personas desconocidas cuyas manifestaciones jubilares ante el éxito de don Pablo me dieron pie para ello: “es joven”, “no tiene nada que ver con lo anterior”, “hay que cambiar”.
               Digamos que es posible que los motivos que hayan dirigido el voto mayoritario de los compromisarios del PP en su congreso sean, precisamente, los mismos que guiaban las expectativas y deseos de los votantes del PP, no exactamente los de quienes se manifestaron con sus sufragios en las primera vuelta de las primarias: el deseo de cambio, un deseo de cambio que puede tener muchas excusas o aparentes razones: rechazar la corrupción, el enfado por la gestión en Cataluña, las promesas incumplidas de rebajas de impuestos, etc.,  pero que responde a una emoción tan profunda como inconsciente de los votantes del PP y de una gran parte de la sociedad española: lo viejo se ha agotado, ha pasado de moda, se ve como algo rancio y obsoleto que hay que apartar…, conceptuúenlo como quieran. El caso es que hay que barrer lo viejo, bueno o malo, es igual, y abrir las puertas a lo nuevo. Ha sido así para Podemos, lo ha sido en el PSOE con Pedro Sánchez, lo es ahora con Casado.
                No importa tampoco que se haya identificado al candidato del PP con Aznar o que se lo haya tildado de situarse más a la derecha que doña Soraya (por cierto, flaco favor le ha hecho el ex Zapatero a ésta al manifestar sus preferencias por ella en vez de por Casado, si hubiese estado “comprado” por él no habría favorecido más sus intereses); ni siquiera su desaliñada sombra de bigote ha pesado en su contra. Han contado a su favor, es cierto, su dispuesta sonrisa, su mirada directa a la cámara, su facilidad comunicativa y la rotundidad de su mensaje, con menos matices que el de Soraya y con menos referencias al pasado. Pero nada de todo esto hubiera valido de algo si no hubiese existido esa general predisposición social previa de dar por periclitado el pasado y entender que ha llegado la hora de lo nuevo.
Lo que, además, para militantes y votantes  del PP —tanto de los que han seguido fieles como de los que se han ido a otros partidos— es el pretexto perfecto para renovar su fe o volver a ella, sin sentirse comprometidos con un pasado del que ellos mismos han sido cocausantes, en lo bueno y en lo malo, en la medida que lo han aplaudido, votado o no censurado en aquello en que acaso disentían. Para esa catarsis, la candidatura perdedora ha sido el chivo expiatorio; el congreso, su Jordán.
Por cierto, y como siempre, el PP asturiano, con doña Mercedes a la cabeza, se ha quedado en la orilla de lo rancio y de lo que ha perdido pie en el presente social. Y es que su apoyo a doña Soraya constituía  un claro presagio del resultado final.
¡Pobre doña Soraya, que nunca sabrá quién contribuyó a hundir más su barco, si el aplauso de Zapatero o el entusiasmo de doña Mercedes y los suyos!

La campaña del PP gallegu sobre la so llingua

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curiosa campaña del PP (gallegu)

TWITTER oficial del PP:

https://twitter.com/ppdegalicia/status/996737027319259136


¿Tarán aconseyaos pol PP asturianu y Mercedes Fernández?

Pa mexase: los chistes de Mercedes Fernández

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Siento a Mercedes Fernández: "Los que somos hablantes de asturiano estamos a favor de proteger el asturiano, pero no a favor de la cooficialidad".

¡LOS QUE SOMOS HABLANTES DE ASTURIANO!

¡Hai que tenelos como'l caballu de Santiagu!

Un vídeo, un retayu d'una entrevista na radio, una sola intervención parlamentaria y caigo, como Saulo, del caballu (o d'un séptimu pisu, si fai falta).

Un solu, una sola, un segundín nada más.

¡Porfa!

Pa mexase de risa.


Doña Mercedes, ¡manipuladora!

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Siento na TPA a doña Mercedes (la que nel so día, a la xiblata de Cascos, pasó d'oponese a la Llei d'Usu a proponer la cooficialidá) volver cola mesma canción contra l'asturianu:

        "Estamos en contra de una oficialidad a la catalana"

Y erre qu'erre:  

       "Estamos en contra de una oficialidad a la catalana"
¡Coño! ¿Y a la gallega?

Yá ve, doña Mercedes, unes veces en Mieres y otres en Meres, unes manipulada y otres manipuladora.


Cristina Coto, oficialidá, Álvarez-Cascos y mentires

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Como veo que Coto ñega que'l PP, al través de Cascos, Rozada, Cherines y otros ofrecieren la cooficialidá diferida nel trámite nel Congresu de la reforma estatutaria de 1998, ehí va:

El Comercio, 10/11/98
El PP traslada al PSOE la responsabilidad sobre un consenso amplio para el Estatuto. «Deben dejar de hacer el ridículo con el bable», responde Celestino Suárez. Mercedes Fernández, Isidro Fernández Rozada e Isabel Pérez Espinosa anunciaron que el grupo parlamentario popular aceptará la cooficialidad del bable si el PSOE también lo hace.

LNE, 10/11/98
(Negociando en Madrid durante la tramitación del Estatuto). EL PP culpa al PSOE de no pactar la oficialidad del bable en el Estatuto (mediante la cooficialidad diferida del PAS).

LNE, 12/11/98

(Negociando en Madrid durante la tramitación del Estatuto). Cascos pide a Noval que acepte la vía para la oficialidad del bable (la de la cooficialidad diferida del PAS, rechazada en Asturies). El PSOE se niega. Rozada se confiesa molesto por su cambio de postura sobre la lengua asturiana, ya que hasta hace unas semanas el PP se oponía a la oficialidad del bable.

LVdeAS, 12/11/98
Cascos y Noval no desbloquean el Estatuto. Ambos dirigentes se reúnen sin éxito al rechazar el PSOE la cooficialidad. El encuentro duró más de una hora, y en el mismo también estuvieron presentes el presidente del PP de Asturias, Isidro Fernández Rozada, y la diputada popular Mercedes Fernández.

LNE, 15/11/98

Entrevista de José Manuel Piñeiro con Xuan Xosé Sánchez Vicente: —«¿Quién le iba a decir que llegaría a ver a Álvarez-Cascos pidiendo bable nes escueles? —«El PP hace un alarde de incompetencia, porque lo mismo que ahora apoyan en el Congreso —incluir una reserva de ley en el Estatuto para que la Junta pueda declarar en su día, y por sí misma, la cooficialidad del bable— les fue propuesto hace dos años y lo rechazaron.

El Comercio, 24/12/98
Rozada critica «el miedo» del PSOE a dar a la Junta la potestad del bable. Cuestiona su negativa a ampliar el consenso estatutario.

El Comercio, 26/12/98
Marqués critica el «sorprendente» giro del PP con el asturiano y recuerda que la Ley del bable fue una de las principales acusaciones del PP contra su Gobierno.

¡Qué antigualla! (El PP y los salmones)

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Asina, nun plenu de la Xunta Xeneral:

El diputado Luis Venta (PP) tacha de "capricho socialcomunista" la negativa del Gobierno a vender los salmones de los ríos asturianos.

Nun entró a valorar si tien o nun tien razón. Pero ¿qué retórica ye esa? "Capricho socialcomunista". ¡Qué bárbaro! Pero estos, ¿a quién falen?



Y, per otru llau, ayer, na Xunta del PP asturianu, doña Mercedes, refiriéndose a los presumibles atracos de Ignacio González y otros al erariu públicu, diz que son:

"sucesos no deseados"

¡Home, muyer, nomenón!  Deseaos sí que fueren: deseaos, naguaos, arranaos, allampaos..., lo que quies decir ye que son "indeseables".

Defenderán el castellanu frente al asturianu, pero con esa retórica y esi dominiu de la llingua nun sé ónde van dir nin cómo queda lo que defenden.


Llingua, PP, oficialidá, Llei d'Usu, Mercedes Fernández,

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Asoleyo agora íntegru l'artículu que LA NUEVA ESPAÑA publicó'l 06 d'esti mes.

                   HERAKLES, MEMORIA, DESFACHATEZ

                Después de una década larga de escaso cumplimiento de la Ley de Uso y Promoción del bable/asturiano, el gobierno del PSOE presenta un “planín” para ofrecer algunas asignaturas en algunos colegios en enseñanza bilingüe. El PP y su presidente, doña Mercedes, a la cabeza —con diez cañones por banda y viento en popa a toda vela— están dispuestos a hundir la frágil chalupa del gobierno, haciendo “casus belli” de ello y llevando el asunto a los tribunales; acaso a la manera de Marirreguera: “cuál con un rial, cuál con dos, / seguiremos esti pleitu, / fasta llevalu ente Dios”. No es de extrañar: doña Mercedes manifiesta contra el asturiano, la misma enemiga o repugnancia que siempre mostró.
                Memoria. En el primer año de Sergio Marqués como presidente pactamos con él, a cambio del apoyo presupuestario, que entendíamos como imprescindible para Asturies —y que fue muy fructífero para el empleo, búsquense los datos—, lo que después fue la Ley de Uso y Promoción del asturiano. Por otro lado, desde muy temprano, empezó en el PP, tanto aquí como en Madrid, el “llanto y crujir de dientes” contra su propio gobierno, por discrepancias que empezaron a surgir desde el primer día, unas de índole política, otras de intendencia: los partidos no ganan las elecciones para no tener un razonable reparto de cargos y prebendas. “¿Nun creéis que esti Presidente nun val nada, que había que cambialu por otru?”, nos decía en Madrid don Isidro Fernández a los representantes del PSOE, CDS, IU y PAS pocos meses después de la investidura de don Sergio.
                Podría contar aquí cómo se desarrolló aquella legislatura entre las filas de los populares y cómo, por ejemplo, incluso en actos institucionales, los grupos de la derecha parecían un enjambre de abejas excitado criticando sin discreción alguna a su propio gobierno. En cualquier caso, uno de las cuestiones que avivó la crítica y la ulterior ruptura fue ese acuerdo de la Ley de Uso. Si ya entre la mayoría de los cuadros del PP aquello no gustó nada, su excitación llegaba al paroxismo con las continuas llamadas “al orden” que, personal o telefónicamente, recibían de forma pertinaz, no de la “caverna”, como dice el actual presidente, don Javier; si acaso de “la caverna lingüística”, un grupo notable de ciudadanos ilustres, trabajadores de la inteligencia de todas clases, filólogos, filósofos, expulsos o idos de Perlora…
                De esa forma, había pasado un año y medio —y otros presupuestos aprobados— y no habíamos recibido ni una sola línea sobre lo acordado. Cuando lo reclamamos en la Conseyería correspondiente, recibimos un papel infecto, absolutamente impresentable. Hubimos de apelar al honor de don Sergio y de don Ramón García Cañal para que se cumpliesen los acuerdos. Y allí, en el despacho del Presidente, se negoció la ley de donde salió ese concepto clave, en términos jurídicos, de “lengua tradicional” para el asturiano —que, por cierto, se debe a Xesús Cañedo— y ese doblete “bable/asturiano”, que conjuga antigua y nueva legalidad, sensibilidad de la derecha y sensibilidad del asturianismo. Con todo, el prólogo de la Ley aún conserva el rancio olor de aquel papel inicial
                Herakles. Si aquella época y parte de lo anterior tienen las trazas de una comedia grotesca, la cosa adquiere, sobre mentira, las trazas de un esperpento (tal vez fuese mejor decir, “pa mexase de risa”) cuando doña Mercedes afirma que “la ley de uso y protección de la lengua asturiana fue aprobada por un gobierno del PP, el de Sergio Marqués” o cuando David González Medina, portavoz de Educación de ese partido, asevera que “El único gobierno que ha hecho algo real, concreto y efectivo por el asturiano en la historia de la democracia fue un gobierno del Partido Popular, que aprobó la Ley de Uso y Promoción del Asturiano en 1998”. ¿Ustedes los padres de esa Ley? De serlo, en todo caso, lo serán al modo en que Anfitrión fue padre de Hércules en Alcmena, su esposa, tan solo putativo; o, en términos de hoy, habrán sido ustedes un vientre de alquiler, bien caro, por cierto.
                (Tangencialmente: no me digan ustedes que no tiene virtudes la Ley: ha hecho que don Javier, el Presidente, en un debate con doña Mercedes sobre el “planín”, haya dicho su primera palabra asturiana en público en toda su vida, “préstame”. Hasta los cielos se habrán conmovido).
                ¡Ah! ¿Me dicen que falta una palabra de las tres del titular? Nun cayera nello.


                Xuan Xosé Sánchez Vicente

Güei, en LNE: Herakles, memoria, desfachatez

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Herakles, memoria, desfachatez

La ley de Uso y Promoción del Asturiano y la hipocresía del PP

06.04.2017 | 03:47
Herakles, memoria, desfachatez
Después de una década larga de escaso cumplimiento de la ley de Uso y Promoción del Bable/Asturiano, el gobierno del PSOE presenta un "planín" para ofrecer algunas asignaturas en algunos colegios en enseñanza bilingüe. El PP y su presidente, doña Mercedes, a la cabeza -con diez cañones por banda y viento en popa a toda vela- están dispuestos a hundir la frágil chalupa del gobierno, haciendo "casus belli" de ello y llevando el asunto a los tribunales; acaso a la manera de Marirreguera: "cuál con un rial, cuál con dos, / seguiremos esti pleitu, / fasta llevalu ente Dios". No es de extrañar: doña Mercedes manifiesta contra el asturiano la misma enemiga o repugnancia que siempre mostró. 

Memoria. En el primer año de Sergio Marqués como presidente pactamos con él, a cambio del apoyo presupuestario, que entendíamos como imprescindible para Asturies -y que fue muy fructífero para el empleo, búsquense los datos-, lo que después fue la ley de Uso y Promoción del Asturiano. Por otro lado, desde muy temprano, empezó en el PP, tanto aquí como en Madrid, el "llanto y crujir de dientes" contra su propio gobierno, por discrepancias que empezaron a surgir desde el primer día, unas de índole política, otras de intendencia: los partidos no ganan las elecciones para no tener un razonable reparto de cargos y prebendas. "¿Nun creéis que esti Presidente nun val nada, que había que cambialu por otru?", nos decía en Madrid don Isidro Fernández a los representantes del PSOE, CDS, IU y PAS pocos meses después de la investidura de don Sergio. 

Podría contar aquí cómo se desarrolló aquella legislatura entre las filas de los populares y cómo, por ejemplo, incluso en actos institucionales, los grupos de la derecha parecían un enjambre de abejas excitado criticando sin discreción alguna a su propio gobierno. En cualquier caso, uno de las cuestiones que avivó la crítica y la ulterior ruptura fue ese acuerdo de la Ley de Uso. Si ya entre la mayoría de los cuadros del PP aquello no gustó nada, su excitación llegaba al paroxismo con las continuas llamadas "al orden" que, personal o telefónicamente, recibían de forma pertinaz, no de la "caverna", como dice el actual presidente, don Javier; si acaso de "la caverna lingüística", un grupo notable de ciudadanos ilustres, trabajadores de la inteligencia de todas clases, filólogos, filósofos, expulsos o idos de Perlora? 

De esa forma, había pasado un año y medio -y otros presupuestos aprobados- y no habíamos recibido ni una sola línea sobre lo acordado. Cuando lo reclamamos en la Conseyería correspondiente, recibimos un papel infecto, absolutamente impresentable. Hubimos de apelar al honor de don Sergio y de don Ramón García Cañal para que se cumpliesen los acuerdos. Y allí, en el despacho del Presidente, se negoció la ley de donde salió ese concepto clave, en términos jurídicos, de "lengua tradicional" para el asturiano -que, por cierto, se debe a Xesús Cañedo- y ese doblete "bable/asturiano", que conjuga antigua y nueva legalidad, sensibilidad de la derecha y sensibilidad del asturianismo. Con todo, el prólogo de la Ley aún conserva el rancio olor de aquel papel inicial 

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Un 10 pa Mercedes Fernández

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Gabino de Lorenzo apaeció'l miércolos, día 9, na TPA faciendo unes declaraciones sobre'l PP: pidiendo un congresu abiertu, falando de los muertos que taben censaos, llamando discretamente "vieya" a Mercedes Fernández ("non-y pediré'l carné porque soi un caballeru"), proponiendo a Caunedo como presidente futuru del PP y otres coses.

Na so respuesta, Mercedes Fernández dio una llarga cambiada a les declaraciones de don Gabino, calificándoles de "propies d'él" y "burbujeantes".


Pa completar el significáu d'eses palabres convién ver el videu de les declaraciones: el verbu arrastráu de don Gabino, los sos güeyos zarramicos, la llentitú del so discursu. Eso de "burbujeantes" merez un diez. Si non è vero, è ben trovato



Güei, en La Nueva España: Paxaronos y paxarinos

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(Trescribo, como davezu, los primeros párrafos.)


L'aprecederu

Paxaronos y paxarinos

Sobre el ataque a la escultura de un águila en Colunga

10.03.2016 | 04:03
Paxaronos y paxarinos

En un jardín de Colunga un águila corona una columna. La escultura proviene de unos jardines que estaban a unos metros de allí. Pues bien, por tercera vez en pocos años, unos vándalos la han mutilado. Acaso se trate de una rapazada, pero es muy posible que la motivación haya sido una "valentía contra el fascismo".
Desde hace tiempo, los centros de enseñanza y el discurso dominante vienen transmitiendo una visión idílica de la II República y conformando en muchas mentalidades adolescentes la idea de que comulgar con aquello lo hace a uno mejor. Cuando un día expliqué a mis alumnos de literatura de 17/18 años que la República había empezado con tensiones, entre otras cosas por la quema de iglesias, un alumno de primera fila, inteligente y un poco incauto, exclamó: "¡Entonces la República no era tan buena como nos dicen!". En esa línea, como, además, es gratis dar grandes lanzadas a moro muerto, posiblemente el águila sea uno de esos actos de magnificación del autor. [...................................................................................................................]

Sobre'l píu-píu de Mercedes "Pelayo"

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La verdá ye que les informaciones sobre l'usu del asturianu nuna Comisión especial de la Xunta son toes confuses y tracamundiaes. Y que'l píu-píu de Mercedes "Pelayo" (compórtase como si tuviere escorrexao d'Asturies a Muza y al obispu traidor Opes al mesmu tiempu) ye mentira.

Na Xunta Xeneral pue facese y faise tolo que la Llei d'Usu y Promoción (que, por ciertu, ye del PAS y mía, y ye l'únicu testui llegal que tenemos pa la llingua, como l'artículu 4º l'Estatutu, que tamién ye míu) permite facer:

1. Que los diputaos (como cualquier asturianu énte l'Alministración) falen n'asturianu y que se trescriba asina.

2. Que los partíos y los diputaos puean presentar tolos testos billingües que-yos dea la gana y que se recueyan asina.

(Asina, que nesi aspectu, nun hai denguna prohibición pal asturianu nel Parlamentu).

De lo que se tuvo aldericando na Xunta Portavoces onde se faló'l tema fue si les convocatories de la comisión podíen facese solo n'asturianu. Y ehí fue onde quedó'l tema, pa estudiu.

Al mio entender, la Llei d'Usu permite esto tamién, masque pueda haber otres interpretaciones.

Si les coses paecen otro ye porque: 1. Salió Mercedes "Pelayo" diciendo una mentira y faciéndolo a lo babayo moderno (con un píu-píu). 2. Otros partíos aprovecharon pa embarullalo dando informaciones confuses.

Y, finalmente, a mi paezme que la mayoría la xente, incluyíos los partíos del Parlamentu, nun saben de que tán falando satamente, esto ye, "Vívese d'oyíes", como diría Manuel Asur (Manuel González García).



¿Por qué solo metese col PP?

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Hai escándalu y xaréu col píu de Mercedes Fernández presumiendo de que, como nel dibuxu de Caro Baroja sobre Feijóo, escorrexara l'asturianu como usable nes convocatories oficiales del Parlamentu asturianu.
Val, ye bastante faltona. ¿Pero por qué se mete l'asturianismu solo con ella? Nun ficieren falta los votos del PSOE y C'S pa tomar l'alcuerdu?
Velehí los problemes de fondu de l'asturianismu, podía aplicáse-y aquello de "Al saltar la portiella / vite los baxos: / nun llevabes puntielles / yeren pendaxos".


Enfocicada al sentir lo del asturianu

Gayolera al escorrexalu


Güei en LNE: Tres vestidos, tres estilos

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Ropa esterior y interior nos candidatos (doi, como davezu, los primeros párrafos):

Tres vestidos, tres estilos

De los propósitos aparentes a la inoperancia del socialismo pasando por el discurso adolescente

01.07.2015 | 03:51
Tres vestidos, tres estilos
En homología, acaso, con su discurso, don Javier Fernández, traje azul oscuro, corbata roja, camisa blanca, expuso un programa de propósitos aparentemente razonables (lástima que sobre algunos de ellos, como el del arte asturiano, no haya hecho nada en estos años), insistió en su condición de gobernante de izquierdas, llamó al entendimiento, y asestó alguna puñalada a Podemos: señalando su prepotencia, su discurso falsificado sobre el mundo y su sometimiento a Iglesias, a los intereses de este.
Doña Mercedes Fernández, un vestido blanco más tachonado que estampado de motivos vegetales, florón rosa sobre su pecho izquierdo, construyó su discurso sobre la inoperancia del socialismo a lo largo de 30 años (lástima no haberse acordado del empuje suicida de su propio partido en la ocasión en que pudo gobernar), en las quejas por las cosas concretas que no funcionan bien y en una larga serie de leyes: cuáles para gobernar mejor y con mayor transparencia, cuáles para garantizar o mejorar servicios, cuáles para impulsar la economía, todo ello articulado con su particular elocución que tiene como pautas la parsimonia y el leixaprén o anadiplosis.
Lo que une a don Javier y a doña Mercedes es el descreimiento que ambos tienen del presupuesto, ................................................................

¿Les prieses de Montoro yeren una falcatrúa política?

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Manifesté nel so día que la esixencia de qu'Asturies presentase llueu un plan de financiación fecha al altu la lleva pol ministru Facienda, el señor Montoro, asina como les esixencies de plazos incumplibles nun yeren más qu'una falcatrúa política p'ayudar al PP (vía Mercedes Fernández) a romper con Foro pal gobiernu desurdíu del parlamentu escoyíu'l 26 de marzu. La forma escandalosa de sopelexalo facíalo evidente.


Agora faise más evidente que, en principiu, la cantidá que Foro proponía recortar yera aprosimada o un pelín mayor que la que propón agora'l gobiernu socialista de Javier Fernández. Si ye asina, y anque tenga que modificase dempués un migayín al alza, ¿nun ye ñidio que l'escandalosu pregón y l'actitú de Montoro y el PP de Rajoy nun yeren otra qu'una cibiella pa Foro y una gabita pa Mercedes Fernández?

¡A que va ser que sí!

¿Fai eso meyor a Foro y el gobiernu de Cascos? Non, pero pon embaxo la llume afayaíza'l comportamientu'l PP nesta cuestión.

ESTAMPAS Y MAGDALENAS ASTURIANAS

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Allá en los primeros años de la posguerra civil hervía el discurso patriótico en pro de un «Gibraltar español». Pues bien, uno de aquellos tipos célebres que ya han desaparecido de nuestras calles, un tal Calpena o Carpena, creo recordar, un tanto aficionado al Baco barato y abundante, harto quizás de tanto discurso, se embarcó en la aventura de recorrer las calles de Xixón arrastrando con cadenas un morrillu y proclamando, entre paradas e hipidos:

—¿Nun queríes el peñón? Pues ehí lu tenéis.

Las crónicas acaban con él en comisaría y una buena tolena en llombu.
Como la tópica magdalena proustiana, me ha traído la evocación de este episodio ciudadano la renovada propuesta forense del «Gibraltar español», que tanto entusiasmo ha concitado en otros foros, los nefelibáticos y digitales. Pero no es hoy de magdalenas, carpenas o tolenas de lo que quería hablarles, sino de estampas próximas de la campaña electoral asturiana.

Digamos, en primer lugar, que es de una sosería insuperable, según ha sido siempre. Salvo Foro, que está obligado a decir, en parte, algunas cosas distintas (en gran medida dice lo mismo que el PP, como es inevitable), PP, PSOE, IU y UPyD (sé que hay otros, pero, lo siento, su voz es absolutamente inaudible) repiten lo mismo, punto por punto, que sus «mayores». Y es que aquí los partidos centralistas nunca han sido más que delegaciones oficinescas de Madrid, con escasa imaginación y con nula vocación de iniciativa propia: su papel se ha limitado, en todo caso, a gestionar con mayor o menor fortuna los intereses locales de la cartera de clientes de sus casas centrales. Cuando esa gestión ha sido deficiente, parte de esa clientela se ha rebelado, pidiendo no un nuevo contrato, sino mayor eficiencia en la aplicación del antiguo.

De esa manera, da igual sentir a don Gaspar que a don Cayo, a doña Mercedes que a don Mariano, a don Antonio que a don Alfredo: con horas de diferencia repiten las mismas propuestas, las mismas lisuras, iguales soserías, idéntiques bocayaes. La única variable es la reiterada petición de don Antonio de tener un mano a mano con doña Mercedes para hacer patente que, aunque hace ver como que no tiene programa, «lo tiene tan grande y tan monstruoso» que lo tiene que ocultar a fin de no espantar a quienes ha seducido (don Mariano, quiero decir, no doña Mercedes, supongo).

Por lo demás, el atuendo de los cabezaleros nos depara un puñado de imágenes que, a veces, causan pasmo, suscitan ternura en ocasiones. Así la aparición por los mercados asturianos de Álvarez Sostres completando el pinturero pañuelo de bolsillo con una gorra de paño de filiación manchego-andaluza. O la vuelta a las andadas de don Francisco, habiéndose escapado del estilista o asesor que lo había pulido en los últimos tiempos, y retornando a esas cazadoras rojas, esos jerseys de color rosa y esos vaqueros, indumentaria que, sin duda, lo proustmagdalenea a tiempos más juveniles, quizás cuando acompañaba a Fraga por las veredas fluviales de Asturies y los salmones eran más abundantes que en el presente.

Don Gaspar se había caracterizado hasta ha poco por su sincorbatismo. Vestía bien y caro, pero habitualmente de manera informal. En esta campaña, sin embargo, para pasmo del observador, no abandona la corbata, ya corteje al altivo cirujano, ya trate de seducir al pescador de ruin barca. Y es aquí cuando mi memoria regurgita otro episodio del pasado. Se produce en el Parlamento asturiano. Se acerca a mí un prócer del socialismo, un prócer de muy destacados cargos y desempeños a lo largo de décadas, y me dice:

—¡Como se nota que yes de dereches!

—¡Home! ¿Por qué, fulanu?

—Porque siempre uses corbata.

Me estremezco de horror y deseo en lo más íntimo de mis entrañas que no tuviese razón aquel prohombre de la FSA. Porque, de ser así, con la corbata perpetua de don Gaspar —que ni siquiera es roja— se habría derrumbado uno de las últimas columnas que, tras el desmoronamiento del muro de Berlín y la huida de doña Rosa Aguilar, sostenían en pie el edificio de la conciencia crítica occidental, el faro que nos indicaba el camino del futuro y la emancipación a los mortales de a pie, que somos la gran mayoría. ¡Don Gaspar con corbata, habrase visto!

Pero pronto me tranquilizo pensando en que posiblemente no es muy sutil el juicio del notable socialista y que probablemente no vale más que un bono de deuda soberana griega, pues fue él uno de los contribuyó, en su día, a seleccionar a don José Luis Rodríguez Zapatero como el mejor de todos los hombres (y mujeras) del PSOE, y recuerdo que, además, se vanaglorió siempre de lo atinado de su elección.

Mas al momento siguiente un nuevo pensamiento viene a conturbarme, y aprieta mi corazón como dicen que lo aprieta el Pesadiellu en los terrores nocturnos: ¿Y si es, efectivamente, bueno su juicio? ¿Y si don José Luis era y es, efectivamente, el mejor de todos los militantes (y militantas) del glorioso partido de Pablo Iglesias? ¡Entonces, la corbata de don Gaspar, si no anuncia la llegada de la gran Prostituta, es por lo menos la rasgadura del séptimo sello! ¡Penitentiam agite! ¡Está cerca el fin de los tiempos!